martes, 14 de enero de 2020

FELLINI CENTENARIO


FELLINI CENTENARIO
(1920 – 1993)
Y
LA DULCE VIDA
(La dolce vita)
1960. Dir. Federico Fellini
         Este 20 de enero se celebra el centenario del nacimiento de Federico Fellini, realizador extraordinario, modelador del cine contemporáneo en el siglo XX, creador de imágenes únicas que luego fueron copiadas infinidad de veces. Como joven periodista, luego argumentista, asistente de director y finalmente como autor de una filmografía sin paralelo, siempre dirigió la misma película (según sus propias palabras) basándose en sus experiencias de vida o adaptándolas como metáforas existenciales. Sus primeros títulos en los años cincuenta, más cercanos a las narraciones neorrealistas (de hecho, colaboró con Rossellini y Germi como guionista y actor) son conmovedoras y nos llevan hacia las vidas miserables aunque esperanzadoras (La strada, Las noches de Cabiria) o hacia las críticas, todavía suaves, de los habitantes pueblerinos (El sheik blanco, Il bidone), pero abrió la década de los años sesenta con “La dulce vida”, otra de sus tantas obras maestras que cumple su sexagésimo aniversario sin mostrar señales de envejecimiento: quizás parezca ingenua para nuestros ojos audaces de siglo XXI, pero su esencia, su disección del desencanto y del vacío emocional, hoy se encuentra más vigente que nunca.

La frívola actriz de cine
         “La dulce vida” es como una larga novela. Su personaje principal, Marcello Rubini (Marcello Mastroianni) es un periodista de espectáculos y chismes sociales. A lo largo de la película vamos siendo testigos de su vida cotidiana que significa días y noches de fiesta, centros nocturnos, las mesas de los cafés de la Vía Veneto, aventuras con personas de sociedad o gente vulgar, como si fueran los capítulos que lo van describiendo y analizando; la acción es constante y nunca cesa. Su frustración como escritor, porque no ha logrado continuar con su deseo de terminar una novela, se ancla en otro escritor al cual admira, Steiner (Alain Cuny), porque sabe interpretar a Bach, vive en un ambiente modelo de arte, libros, intelectualidad, aparte de tener una bella esposa y dos hijos pequeños. De alguna manera es quien lo anima a dejar su vida vacía y a perseguir su sueño, algo que Marcello toma en serio para luego caer en una gran decepción. Así, vemos los altibajos de una existencia que no encuentra solución a la vida rápida e insensible que le rodea: estrellas de cine que muestran frivolidad, una novia con tendencias autodestructivas, un padre siempre lejano que aparece para todavía subrayar ese alejamiento.
Steiner y Marcello
La vida nocturna
         Imágenes surrealistas como el inicio donde un helicóptero transporta a una inmensa estatua de Jesús con los brazos abiertos para trasladarlo con el Papa o un monstruo marino que complementa a la sociedad en la cual está inmerso. La cinta introduce el nombre de un fotógrafo insistente y escandaloso llamado Paparazzo, para que se acuñara como nuevo término en plural (paparazzi) que se hizo famoso. La música incidental de Nino Rota es de las que se quedan en la mente, aunque también se utilizan fragmentos de melodías (“Arrivederci Roma”,“Stormy Weather”, “Jingle Bells” y hasta “Patricia”, la famosa canción de Pérez Prado). Y así, como el término mencionado, el título se volvió famoso en todo el mundo. Para hablar de riqueza o de comodidad o de decadencia simplemente hay que definirla como “la dolce vita”. Hay mucho más que decir, pero es mejor que usted lo descubra...
Los paparazzi
         Fellini filmaría otras joyas con los años: Ocho y medio, Julieta de los espíritus, Satiricón, Roma, Amarcord, siempre con la calidad y prestigio que lo llevó a ganarse muchos premios internacionales. Es de los realizadores que afectaron los mundos personales de los espectadores al mostrar la esencia del ser humano. No deje de revisarlo con cualquiera de sus películas, como tributo a sus 100 años. ¡Viva Federico Fellini!
El desencanto