jueves, 16 de enero de 2020

EL TRISTE FINAL DE UNA VIDA


JUDY
2019. Dir. Rupert Goold.
         La película abre con una joven Judy Garland en el set de filmación de El mago de Oz (Fleming, 1939) donde el productor Louis B. Mayer prácticamente la condena a una vida de engaños y sacrificios para alcanzar el estatus estelar por manipularla todo el tiempo, recordándole que sería una más del montón si no estuviera bajo su cuidado. Luego, la acción nos lleva al invierno de 1968, el año previo a su muerte, cuando Judy vive de hotel en hotel mientras no le nieguen el crédito económico, la acompañan sus hijos pequeños Lorna y Joey Luft, a los cuales tiene que llevar a casa de su padre, el productor Sid Luft (Rufus Seawell), del cual se ha separado y está en constante disputa por su custodia, cuando no le queda otro remedio. ni otro lugar a dónde ir. Su único refugio es la casa de su hija mayor, Liza Minnelli, donde conoce a Mickey Deans (Finn Witrock), con el cual iniciará una nueva relación y lo convertirá en su último marido, pero antes partirá hacia Londres donde su agente le ha conseguido cinco semanas de conciertos diarios en el espléndido centro nocturno “Talk of the Town”, porque la quieren, le pagarán bien y no tiene los problemas que la rodean en Estados Unidos. Ahí tendrá experiencias que le harán reflexionar sobre su realidad pero será también su final.
         Inspirada en una obra teatral que ficcionaliza ciertos momentos (la relación que tiene con una pareja gay o con su asistenta personal durante estas presentaciones) pero resalta otros verdaderos (la boda con Mickey Deans quien resultó ser un oportunista), la película sirve para ofrecer el retrato de un alma atormentada: Judy Garland fue un ser especial, con talento múltiple (actriz de excelencia, bailarina capaz, aparte de contar con una voz única y privilegiada) pero sin mostrar una belleza física y gran tendencia a la gordura, por lo que tuvo desde pequeña grandes presiones por parte de la MGM, su estudio de cine, que la sometió a tratamientos de pastillas para adelgazar, que le causaban insomnio, y otras para dormir, por lo cual su cuerpo estuvo siempre dominado por las drogas.
Una extraordinaria caracterización que se eleva
por la prodigiosa actuación de Renée Zellweger
         La cinta refleja esa tortura emocional ya en etapa avanzada. Son los tiempos en que las consecuencias de tanto abuso y uso de pastillas están presentes. Judy es un manojo constante de nervios, la inseguridad la lleva a beber en exceso y, por lo tanto, estropear sus presentaciones. La búsqueda de afecto, además de la soledad, le permite abrirse ante cualquiera que se lo ofrezca, y de ahí que se refugie por una noche en la pareja de admiradores que le dan a entender que el amor está presente en el público, aunque en su calidad de estrella, por lo que nunca será suficiente.
         Judy está cimentada en una gran actuación de Renée Zellweger quien reproduce gestos, manierismos, expresiones corporales y parece ser que es la misma Judy quien está actuando en la película. Su audacia consistió en cantar con su propia voz en lugar de realizar “playback” pero eso le da mayor autenticidad. Para quienes conocemos la voz de Garland, nos damos cuenta de que hay cierta semejanza con la original y se debe principalmente a que estamos viendo la imagen de la Garland, como si fuera ella. Zellweger parte de fotos icónicas: el cuerpo reclinado mientras está sentada, los vestuarios idénticos a los originales, las coreografías, la mirada, la forma de mover los labios, los minúsculos temblores de manos y rostro. Ya lleva varios premios importantes por esta película. 
Judy y su joven marido Mickey (Finn Witrock)
         En alguna entrevista, Bette Davis, hablando de sí misma, comentó que tuvo, por suerte, la disciplina y educación de su familia, además de que pudo siempre mantenerse saludable, pero que le costó gran esfuerzo, si se consideraba que el espectáculo producía nervios persistentes y constantes. Garland, por el contrario, cayó presa de las exigencias de su profesión y fue víctima de la ambición e intereses de un negocio donde las estrellas eran materia prima para explotar mientras representaran ingresos económicos y tornarse fácilmente desechables cuando les fueran inútiles. Fue persona frágil, sensible. La película nos muestra esta última etapa, su destino final, su soledad, su hartazgo del sufrimiento, su autodestrucción, de manera admirable.