Maléfica
(Maleficent)
2014. Dir. Robert Stromberg.
En uno de esos casos raros
en que se exhiben las películas de Disney sin el molesto y ridículo doblaje,
pude disfrutar con mayor razón este autohomenaje que se brinda Angelina Jolie
(coproductora de la cinta) como la villana de La bella durmiente en otra
lectura. Maléfica es un hada, por lo tanto alada, aunque con características
exclusivas: tiene cuernos y sus alas son negras. Conoce la amistad que llega a
transformarse en amor para ser traicionada. Aurora, quien será la durmiente, es
hija del hombre que le robó sus alas y la engañó para alcanzar el trono (la misma Jolie ha expresado que este acto simboliza a las violaciones que sufren las mujeres).
Maléfica hará lo que conocemos de la trama, según la cinta animada de Disney,
lanzando una maldición. En los dieciséis años que deben pasar para que se
cumplan sus malos deseos, Maléfica cuida de Aurora y llega a arrepentirse de su
acción porque aprende a quererla. Al intentar la revocación de su maldición, se
entera que ya es imposible. Así, se llegará al momento anunciado.
La película habla del amor
verdadero, del cual nadie cree, ni Maléfica por la traición que sufrió de su
amado, ni el Rey que decidió sacrificarse por su ambición y vanidad. En un giro
poético y sublime, la villana demuestra que en realidad es sensible y puede
alcanzar la redención. El amor maternal (o su equivalente) es algo más que
verdadero y sin restricciones (en la mayoría de los casos, porque ya sabemos
que existen hienas humanas). La cinta es una serie de efectos especiales muy
bien logrados, que posee humor e imaginación. El reino mágico, fantástico,
donde vive Maléfica, está poblado de hadas, duendes y otros personajes
tenebrosos en su aspecto físico aunque inofensivos.
La narración es ágil. No
se pierde tiempo en elaborar ni en explicar. El ritmo no decae y la trama se
dedica a lo que importa, sin dejar de lado las miradas ni los gestos ni los
momentos de soledad que le dan sentido a los personajes. Aurora (Elle Fanning) es la
dulcificación absoluta y empalagosa, pero esos fueron los dones de sus hadas
madrinas. El príncipe (Brenton Thwaites, el joven de Oculus) es alguien que llega de improviso, la conoce, pero no
llega a enamorarse al grado de poder despertarla. El rey (Sharlto Copley, con facciones duras, imposible de creerle sinceridad) es un hombre ambicioso, cruel, quien vive con el remordimiento de sus acciones, aunque su
rechazo y odio se deben a las predicciones fatales para su hija. Es lo
interesante de esta vuelta de tuerca al cuento de hadas: los personajes son
contradictorios como la naturaleza humana, por lo que llegan a ser símbolos de
nuestra realidad. El realizador Stromberg debuta con esta cinta luego de haber
sido especialista en efectos visuales. Se nota.
No obstante, la película
pertenece al personaje de Maléfica y a Angelina Jolie. Presencia constante,
permite que la excelente actriz (disminuida por el chisme fílmico) se muestre
con diversos matices. El rostro anguloso (debido también a su delgadez) es
todavía intensificado, destacado, por el maquillaje (esos labios rojos) y la
espléndida fotografía. Es fascinante y atrapa al espectador ávido de emociones.
Casi en los albores de la cuarentena, ha crecido como actriz y gran
personalidad. Maléfica es una extraordinaria fábula sobre el amor y sus
consecuencias.