sábado, 24 de agosto de 2013

MANZANA PODRIDA


BLANCANIEVES
2012. España. Dir. Pablo Verger

Una de las peores películas del año
 
            Imposible no dejar de comparar con “El artista” (Hazanavicius, 2011) porque fue filmada inmediatamente después, en tramposo blanco y negro, sin sonido. Sin embargo, ambas comparten sus pretensiones y son igualmente intrascendentes, apantalladoras para un público ingenuo, ganadoras de muchos premios que al final de cuentas no son equivalentes al número de sus espectadores hasta que les llegue el paso por la televisión y la comodidad del vídeo casero. "Blancanieves" es un proyecto que está asentado sobre la mera imagen y la reproducción de época plena de estereotipos y de fantasías. No hay más fondo que la mera forma. No hay giros inteligentes que la alejen de la mera ilustración de una adaptación, además tramposa y complaciente.
 
                    ¿Por qué dicen que es una gran actuación del estereotipado Giménez Cacho cuando               
se la pasa en una silla de ruedas?
 
La paráfrasis del cuento de los hermanos Grimm en la Andalucía de los dieces y veintes del siglo pasado ocurre en el ambiente del toreo. Una cantante da a luz a la hija de un torero y muere, luego de que éste es cornado y paralizado, como consecuencia. La enfermera del torero se mete en su vida y lo tiene como esclavo. La niña vive con su abuela hasta que ésta muere y entonces va a la casa del padre donde sufre las calamidades de la madrastra y lo visita cuando puede hasta… ¡qué tedio!


            Al conocerse previamente el argumento base resulta desesperante para el espectador ir viendo cómo se desarrolla lo que ya se sabe cómo continua. El ambiente es ferozmente artificioso: las modas de época, el contraste del blanco y negro digitalizado, los trucos de estilo que pretenden encontrar el ritmo y aspecto del cine silente sin lograrlo (porque esa fue la intención, obviamente, sino ¿para qué intentarlo?). El argumento sigue con la chica como torera accidental, ya que conoce a seis enanos toreros que viajan entre pueblos.
 
Maribel Verdú en uno de sus roles más ridículos y sobreactuados ¡y se ganó el Goya!
 
Su día de gloria ocurre en la misma plaza donde su padre fue cornado y el golpe final es que la madrastra le ofrece una manzana envenenada que la pone en coma, como exhibición de feria: aquél que logre despertarla con un beso podrá poseerla.

            El truco de la manzana es una resolución absurda que está metida con calzador porque a quién se le ocurre, en su momento de gloria, aceptar una fruta ¡y comérsela!
Mientras escribo me causa risa recordarlo y darme cuenta de que así pueden extrapolarse tantas cintas contemporáneas donde sus creadores, intoxicados de historias e imágenes, emprenden proyectos que entusiasman a personas tan obnubiladas como ellos mismos. Si le llega a gustar, le sugiero que busque y vea verdadero cine silente para que lo disfrute en estilo, tema, ritmo, ingenuidad: luego compare y reflexione. O ya de plano vea la caricatura de Disney donde la manzana sí tiene momento y razón de ser…
 
 

           

 

           

 

EL DIABLO EXISTE


EL CONJURO
(The Conjuring)
2013. Dir. James Wan.

 


            Cuando les comenté sobre la película previa del realizador malayo Wan (“La noche del demonio”, 2010), destaqué su constante tema del mal acechante.
 
En esta nueva obra soberbia, nos enteramos que la bruja Betsabé sigue viviendo en la granja donde se suicidó, asesinando antes a su hijo, para evitar que las madres sean felices con los suyos. Esta vieja casa ha sido adquirida por el matrimonio Perron con sus cinco hijas gracias a una subasta bancaria. Comienzan las malas experiencias y se recurre a una pareja dedicada a la demonología, los Warren, que buscará la manera de deshacerse de ese espíritu destructivo y poderoso.

 

Patrick Wilson y Vera Farmiga es la pareja demonóloga
 
            Igual que en esa cinta previa, ya mencionada, estamos ante el tema de la casa embrujada. En aquella ocasión, había que usarse el don del viaje astral y el descenso a los infiernos. Ahora es el fantasma insistente, vengativo, celoso, que se aferra a las espaldas de la madre, víctima sensible. Podría pensarse en cualquier antecedente semejante como “El terror de Amityville” o “Extrañas apariciones”, pero es una cinta de Wan que trasciende al género y que da muestra de su conocimiento fílmico y las diversas vueltas que da a temas y secuencias ya conocidas. De ahí que juegue con atmósferas y solamente muestre las imágenes demoniacas de manera intermitente.

 

Lili Taylor es la ama de casa poseída por el espíritu de una bruja
 
            Aquí no hay sueños, ni recreaciones de otra dimensión infernal: es el pasado eternamente sostenido de muerte, crimen. Son los pájaros que chocan contra la casa para matarse por el ambiente de terror. Wan retorna al uso del títere para mostrar un prólogo sugerente (que no tiene nada que ver con lo que luego se contará) pero que pone los pelos de punta y que, después, servirá para entrelazar estos mundos unidos por el eje fantasmal.  


La obsesión del realizador Wan por los muñecos y títeres
 

            Está basada en un hecho reportado de la vida real. La pareja Warren existió (Lorraine sigue viva a los 86 años; Ed falleció en 2006) y fue la que investigó precisamente el caso Amityville. Warren tenía la facultad de conducir exorcismos pero siempre atento a las indicaciones del Vaticano. En la película se ve obligado a tomar la decisión de enfrentar al demonio con todas los peligros y consecuencias derivadas de ellos.


Ron Livingston es Roger Perron quien descubre un sótano oculto en su casa
 
            James Wan, luego de una oscura producción filmada en Australia, llamó la atención con “Juego macabro” (Saw, 2004) que dio lugar a una franquicia exitosa y apasionante. Dueño de un estilo visual propio, directo, con ritmo adecuado y ambientación sugerente, se ha dedicado a hablar de las fuerzas del mal. En esta cinta se termina con una frase del verdadero Ed Warren donde especifica: “El diablo existe. Dios existe. Y para nosotros, humanos, nuestro destino depende de cual sigamos”. Ya sea el infierno sobre la tierra o en la dimensión que imaginemos, nos queda únicamente nuestro libre albedrío.

James Wan, uno de los grandes realizadores del siglo XXI
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




 

sábado, 17 de agosto de 2013

DESENCUENTROS


TO THE WONDER – DEBERÁS AMAR
(To the Wonder)
2012. Dir. Terrence Malick



            Uno de los directores más estilizados y alejados del cine consumista y popular de Hollywood nos ofrece su nueva película sin que pasen muchos años entre títulos (veinte años entre “Días de gloria” y “La delgada línea roja”; luego han sido cinco años; apenas lleva seis títulos completos). Vuelve a mostrarnos conflictos de familia aunque en este caso es una relación que se forma y luego desconforma.
 


            Neil (Ben Affleck) conoce a Marina (Olga Kurylenko) en París. La lleva a Oklahoma junto con su pequeña hija Tatiana, pero con el tiempo, la situación no puede continuar. Ella retorna a Francia y Neil reencuentra a Jane (Rachel McAdams), un viejo amor de la infancia. No obstante, es una relación que no tiene posibilidades. Marina vuelve (sin su hija) y se casa con Neil.
 
 
Alrededor de todo esto hay un sacerdote español, Quintana (Javier Bardem), quien tiene dudas en su fe.
 


            La cinta está filmada con muchas elipsis. Hay tomas que dan sentido a lo que sería un cine “visual”, bastante bellas y ensoñadoras (el fotógrafo es el mexicano Lubezki). Muy pocos diálogos que ocurren entre la constante narración que mezcla tiempos e imágenes. Malick nos habla de la fragilidad de las relaciones amorosas (por ende, está ese amor del sacerdote hacia Cristo) y cómo todo puede acabar por molestia, infidelidad, aburrimiento.



            La película dura poco menos de dos horas y, no obstante, atrapa al espectador. No son tomas largas ni estáticas. No es la acción vertiginosa. Es la belleza visual, la imagen del tiempo que transcurre lento en un pueblo cuya existencia no puede ser la de las grandes urbes. Todo se va conectando paulatinamente y lo que es una sencilla historia de encuentros y desencuentros nos ofrece las posibilidades de una larga novela: no conocemos pasado ni futuro de personajes pero sus actos y sus impulsos nos los definen. Esa es la gran cualidad de una simple, bella, circular y desgarradora historia.

 

martes, 13 de agosto de 2013

DE NADA SIRVE...


HELI
2012. Dir. Amat Escalante.

 
 

            Así como “Los bastardos” era un largo viaje hasta el efecto especial para apantallar a pendejos e ingenuos, ahora tenemos una primera parte circular para decirnos que los que cuelgan cuerpos sobre puentes son la policía o el ejército. La denuncia inútil. No pasa nada, ni pasará nada, como “Presunto culpable” no modificó leyes ni castigó a jueces corruptos (ni siquiera “De panzazo”  ha cambiado la educación nacional con todo y el encarcelamiento chic de la monstruosa Elba Esther).

            Heli (Armando Espitia) trabaja en una fábrica de automóviles en el Bajío. Tiene 17 años, está casado y tiene una hijita. Su hermana de doce años es novia de un cadete militar que roba dos paquetes de cocaína que uno de sus superiores tenía escondido en un terreno. Los esconde en la casa de Heli. Los encuentra el joven y los tira a una poza. Llega un comando armado a casa de Heli, traen al cadete golpeado, matan al padre del muchacho. Se llevan a Heli y a su hermana. Los someten a tortura. Al cadete lo cuelgan de un puente. A Heli lo dejan golpeadísimo y libre. La hermana desaparece. Heli comienza a mostrar violencia e impotencia sexual. Vuelve la hermana embarazada. No habla pero le indica a Heli donde estaba prisionera. Heli va a matar al tipo que la violó. Vuelve a casa y parece que todo vuelve a la normalidad.

            Escalante usa actores no profesionales (y feos) para “mostrar la realidad”. Abusa de la imagen extrema que llega a ser pornografía de la violencia. Quiere provocar el asco o la solidaridad emocional del espectador, pero todo se queda lejano, ilustrativo, sin sentido y sin consecuencia. ¿De qué sirve mostrar a un joven al cual le rocían los genitales con fluido inflamable para quemárselos? ¿Por qué dejaron vivo al protagonista cuando fue culpable de la destrucción de su droga o sea de mucho dinero? Entre chantajes (la escena de la tortura donde dos chamacos o participan o son testigos porque sucede en un cuartucho de su casa), trucos (la horrible detective Maribel que muestra sus senos para incitar al muchacho) y abominaciones (el joven músico efímero, con botas de puntas extremas, que pregunta a la mujer de Heli si es de Durango para referir a los narcocorridos: ¡qué inteligencia, sutileza e ingenio!), aparte de los pésimos actores y ese ritmo irregular, la cinta es fría (desperdicio para chiqueros). Al final de cuentas todo vuelve a la normalidad, todo ha quedado en el pasado: la hermanita embarazada duerme plácidamente y Heli puede volver a coger.

            Si esta fue la mejor dirección de Cannes 2013, de veras que el cine mundial está en decadencia perniciosa (y los jurados seleccionadores fueron simplemente apantallados, como mi querido Spielberg que debe dedicarse a dirigir).  No vale la pena dedicarle más espacio.