jueves, 30 de diciembre de 2010

HACE CINCUENTA AÑOS... (primera parte)

LAS GRANDES PELÍCULAS 1961
1.MÉXICO


Es tan difícil establecer listas de películas preferidas con números específicos. He hecho un ejercicio previo a esta publicación donde quise limitarme a diez títulos por país o región y me fue imposible. Son muchas las admiraciones y han sido tantos los talentos que han trascendido en el tiempo. Aquí quiero compartirles mis preferencias de esos títulos que se tornarán cincuentenarios a partir del primero de enero. Fue la huella que dejaron en mis ojos infantiles (algunas las vi en su estreno) o adolescentes (las que pude conocer por la televisión o el cineclub o el estreno tardío o el “relleno” inesperado de los programas dobles) o más recientemente en la mirada adulta que el DVD nos permite.

La lista viene separada por cintas mexicanas; luego norteamericanas; finalmente del resto del mundo. En las primordiales he colocado un corto comentario; luego me he limitado a enlistar títulos con datos que permiten su localización tanto para profundizar en ellos o buscarlos en el formato DVD.

Ahora bien, el calificativo de "grandes" se refiere a la estética cambiante. Los años nos han dado otra perspectiva cultural. Siempre habrá el amargado que se escude con la palabra "churro" sin haberlo disfrutado. ¿Quién puede negar que lo que se consideraba "basura" del pasado es "prestigio" contemporáneo? Ahora todo mundo adora a Tin Tan y usa a El Santo como emblema de mexicanidad. Este cine es, contra toda opinión negativa, el que nos modificó la mirada a quienes lo gozamos y vimos. ¿Quién puede negar doctamente, con conocimiento de causa, que los adolescentes de "Partes usadas", "Amores perros" o la que se les venga en gana no sean los descendientes de "Los falsos héroes"? Hay límites y niveles, pero todo tiene su valor...


•VIRIDIANA
Dirección de Luis Buñuel.
Coproducción con España.

La novicia Viridiana (Silvia Pinal en la gran oportunidad de su vida) deja el convento cuando cree que su tío Jaime ha abusado de ella. El hombre se suicida y deja su fortuna en dos partes. Una para Viridiana y la otra para su hijo bastardo Jorge quien vendrá a darle otro sentido a la vida de la exnovicia. Una imagen crítica de quienes piensan que el mundo se salvará de acuerdo a su voluntad sin considerar a los otros con sus faltas y defectos. Los ideales de Viridiana están alejados de su realidad.


• LOS HERMANOS DEL HIERRO
Dirección: Ismael Rodríguez.


Principios de siglo veinte. Norte de la república. Un par de medios hermanos han crecido alimentados por el rencor de su madre contra quien asesinó al segundo marido. El menor (Julio Alemán) tiene problemas psicológicos que lo convierten en frío asesino. El mayor (Antonio Aguilar)debe cargar con sus culpas y defectos, además de protegerlo. Imagen del destino trágico en conjunto, de las consecuencias funestas de la violencia, del sacrificio amoroso como metáfora de la piedad que surge entre los deseos de venganza. Prueba mayúscula del valor desperdiciado que fue el maestro Ricardo Garibay como guionista.



• TLAYUCAN

Dirección: Luis Alcoriza.

Los habitantes del pueblo llaman blasfemo a Eufemio (Julio Aldama) por haber robado la perla de la coronita de la virgen ya que pensó que era una señal milagrosa al ver los “flashazos” de las cámaras de unos turistas. Esto lo delata. Mientras tanto, su mujer (Norma Angélica) es el objeto erótico del mirón rico (Andrés Soler) del lugar; una solterona beata (Antia Blanch) se emborracha y copula con un mendigo ciego (Noé Murayama) que vendrá a ser su marido; los cerdos se tragan la perla y habrá que revisar sus excrementos; el erotismo y la ironía vendrán a ser los elementos que definen a un pueblo que todavía cree en el goce y en la solidaridad.


• EN EL BALCÓN VACÍO
Dirección: Jomí García Ascot

Cinta independiente, filmada por refugiados e hijos de refugiados españoles, que habla acerca del dolor de la separación, la historia que se trunca, los hechos absurdos de la política (sobre todo, la franquista). Nunca exhibida comercialmente, realizada en fines de semana, precursora del cine que se haría durante el Primer Concurso de Cine Experimental. Una mujer vuelve, en la imaginación, a la casa de su infancia para tratar de recuperar pedazos de vida: una vida que le fue arrancada contra su voluntad.


• PUEBLITO
Dirección: Emilio Fernández.

Luego de cinco años sin filmar, el Indio volvió a las andadas con esta relectura simple de “Río Escondido” donde ya no le importaba la violencia para acabar contra la tiranía, pero continuaba con su apología de la educación para ser libres: ahora era la misma ignorancia la que vencía al cacique (Fernando Soler) que añoraba a su mujer (Lilia Prado) y no podía leer la carta que le había escrito. La maestra (María Elena Marqués) quiere su escuela y un ingeniero (José Alonso Cano) buscará la manera de proveer, sobre todo cuando se une la autoridad analfabeta con la buena voluntad.


• ROSA BLANCA
Dirección: Roberto Gavaldón.

La película tardaría once años en estrenarse. La denuncia de compañías petroleras que llegaban al crimen con tal de apoderarse de terrenos donde estaba el oro negro pareció ofensiva a las autoridades gubernamentales para los países que luego sufrieron expropiación. Aparecía el personaje del gobernador de Veracruz (en la vida real Miguel Alemán) y actuaba Christiane Martell (en la vida real, relacionada con los Alemán). Estos elementos que le dieron miedo a mentes chatas pero poderosas le quitaron el impacto que la cinta hubiera tenido en sus tiempos de producción al ser estrenada cuando llegó la “apertura echeverrista”.


• ÁNIMAS TRUJANO
Dirección: Ismael Rodríguez.

Un indio zapoteca, borracho y soberbio, quien desea ser el mayordomo de las fiestas y llegará a cualquier extremo para lograrlo. Retrato de las ambiciones pequeñas e inútiles; indicio de la persona que se marea con un poder prácticamente nulo e indiferente; imagen de quienes viven sumergidos en su propia ignorancia con el sueño de triunfar sin mérito; Rodríguez importó a Toshiro Mifune para darle mayor resonancia y Figueroa filmó en efectivo Cinemascope que no ha sido restaurado para los medios electrónicos.


• EL TEJEDOR DE MILAGROS
Dirección: Francisco del Villar.

Una pareja de indígenas miserables, donde la esposa está a punto de parir, llega en Nochebuena a un pueblo donde les da posada una comadrona y abortera. La situación que asemeja al nacimiento de Jesús permite explotar al fanatismo religioso de la comunidad por parte de los ricos y cínicos del pueblo ante la ira de un sacerdote (Pedro Armendáriz ya mostrando su calvicie sin pudor) igualmente contrastante y ambiguo. Crítica de la ignorancia e imagen de la hipocresía. Un nuevo realizador que daría lugar a un vasto zoológico en sus títulos fílmicos.


• LA FURIA DEL RING
Dirección: Tito Davison.

Un honesto promotor de lucha libre es asesinado porque se niega a arreglar sus encuentros. Su hijo es golpeado y hereda el negocio pero no así la manera de ser de su padre. Regresa un amigo que desea ser luchador y logra triunfar. Entran en disputa afectos e intereses particulares para que se vaya desarrollando lo que en realidad es un melodrama acerca de la dignidad humana dentro del género. El realizador Davison era un hombre cuidadoso y la cinta se nota diferente a las de El Santo, sobre todo en las secuencias de lucha libre que ya no son filmaciones de rutina sino escenas planeadas para su filmación.


• LOS FALSOS HÉROES
Dirección: Carlos Toussaint.

Un joven (Alfonso Mejía) es atropellado por una mujer mayor (Evangelina Elizondo) y ella lo protege y convierte en su amante. Además, ella lo introduce dentro de un grupo de otros jóvenes vividores para hacerlo consciente de su situación personal: es pobre, hijo de alcohólicos y nunca ganará lo que ahora disfruta fácilmente. Se une con los otros para robar bancos. Interesante descripción de la perversión dentro de cierto grupo social que incluye tanto a ricos ociosos como las rémoras que solapan corrupción y aspiran a una vida fácil.


• JÓVENES Y BELLAS
• MUCHACHAS QUE TRABAJAN

Dirección: Fernando Cortés.

Dos películas generacionales que muestran retratos idealizados de la juventud y el desarrollo económico de la capital. Ya sea por idilios en el campo donde las tensiones sexuales están presentes entre jóvenes sanos y optimistas hacia muchachas urbanas, sin problemas; ya sea porque hay un centro comercial en la incipiente área suburbana de la capital para brindar otro tipo de oferta consumista; ya sea porque los repartos juveniles describen una etapa particular de nuestro cine (Gastón Santos, Alfonso Mejía, Erna Martha Bauman, Ofelia Montesco, Angélica María, Álvaro Ortiz, entre otros que pronto serían desplazados); ya sea porque son divertidas, tienen música entrañable y contrastan mundos ideales y realistas.


• SANTO CONTRA LOS ZOMBIES
Dirección: Benito Alazraki.

Inicio de una industria icónica del cine nacional. El Santo debutó para la producción regular de los estudios Churubusco, fuera de las cintas en episodios que marcaran su debut tiempo atrás (y que volvería a hacer en este año y después). En esta película debe luchar contra una organización que “fabrica” zombies, apoyado por tres agentes especiales donde uno de ellos es una mujer interpretada por la también debutante Irma Serrano. La fórmula se instala: largas secuencias de lucha libre en una repleta Arena Coliseo, algún número musical, aditamentos entonces impensables para el personaje aunque realizados de manera paupérrima con cartón y pegamento.


• EL BARÓN DEL TERROR
Dirección: Chano Urueta.

Película de culto entre los aficionados al cine de terror: Vitelius es quemado por la inquisición en 1661 y retorna tres siglos más tarde gracias a un profético cometa para convertirse en una especie de hombre con cabeza de mosca que succiona masa encefálica a sus víctimas que son, en general, descendientes de sus verdugos. El monstruo es ridículo pero más gracioso resulta Abel Salazar, actor del personaje y productor de esta cinta como lo había sido de “El vampiro” y a quien deberemos otras joyas del género (como “La maldición de la llorona”, filmada poco después, bajo la dirección de Rafael Baledón).

Y “Cielo rojo”, “Atrás de las nubes”, “El tigre negro”,"Espiritismo", etc…

LAS SOMBRAS QUE ENVUELVEN



RABIA
2009. Dir. Sebastián Cordero.



Basada en una novela del argentino Sergio Bizzio acerca de un hombre que comete un asesinato y se esconde en la inmensa mansión donde trabaja su novia como sirvienta, sin que ella lo sepa, Rabia es una película acerca de las prisiones que nosotros mismos nos formamos intentando escapar de ellas. José María (un gigantesco y meritorio Gustavo Sánchez Parra
quien llega hasta cambiar físicamente entre inicio y final de película) primero golpea a los tipos de un taller que habían insultado a su novia Rosa (Martina García);
luego, mata al capataz de la construcción donde trabaja como albañil cuando éste lanza una frase injuriosa hacia la muchacha. Apenas acababa de conocer la casona donde trabajaba ella y aprovecha su ausencia para introducirse y comenzar a escapar de la justicia escondiéndose en un desván y vagando como alma en pena durante los tiempos muertos para sobrevivir. Así pasan los días, luego semanas y meses. Todavía alcanza a matar al hijo de la familia, un tipo pusilánime que había violado a Rosa haciéndolo pasar como accidente. Rosa, embarazada, recibe llamadas de José María, sin saber que usa la segunda línea de la casa, desde dentro.

Rabia
habla de los celos que desatan la furia interna. Estos celos equivalen a una mimesis del sentido del honor. Igualmente es un amor enceguecido que lleva al hombre a extremos que naturalmente no se encuentran a flor de piel. Por otro lado, el escondite ideal sería aquel que te permitiera estar lejos y próximo a la misma vez. Un desván que separa la cercanía física pero que deja escuchar, ofrece la alternativa para ver, incrementa la impotencia ante la soledad o la indefensión del ser amado. No obstante, da lugar a la justicia, ya sea como verdugo de criminales o teniendo la oportunidad de conocer al fruto del amor antes de expirar.

Uno ve la película para darse cuenta que Cordero era el realizador adecuado para ella. Su primera cinta “Ratas, ratones, rateros” filmada en su Ecuador natal (1999)
era acerca de los delincuentes jovencitos que perdían lo poco que le daba sentido a sus existencias debido a motivos poco importantes; la segunda cinta “Crónicas” (2004)
era acerca de la justicia cuando se culpaba a un inocente de cometer crímenes perversos, aunque podía informar acerca del verdadero monstruo (un violador y asesino de niños). Ahora tenemos la confluencia de temáticas aunque con mayor fineza y un esquematismo eficaz. Está el tema de la justicia, del honor, pero en esta ocasión se enfatiza en el amor como detonante de hechos extremos que no tendrán otra alternativa que un final de redención, pero con muerte obligada.

La cinta utiliza la canción peruana “Sombras” en la voz de Julio Jaramillo, ecuatoriano, primero, para luego dar paso a la voz ya cascada de Chavela Vargas como correlato musical (“Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras… Te buscarán mis brazos, te buscará mi boca…”) para ilustrar metafóricamente esa soledad, esos sentimientos oscuros de cada integrante de la pareja. De esa imagen primera donde la pareja yace desnuda en una “pequeña alcoba” (como dice la canción) hasta el magistral final cuando un largo recorrido visual viaja desde el piso alto hasta la parte exterior de la casona que ahora significa despedida, muerte, liberación, hemos sido testigos de esa creación de sombras alrededor del desesperanzado y amoroso personaje hasta el momento de su desaparición...

martes, 28 de diciembre de 2010

CINE MEXICANO, AÑOS TREINTA (II)

SU ÚLTIMA CANCIÓN
1933. Dir. John H. Auer.




John H. Auer (1906 – 1975) fue un realizador húngaro que inició su carrera como asistente de dirección y responsable de versiones extranjeras en los Estudios Universal de finales de los años veinte. En 1932 fue llamado por la Compañía Nacional Productora de Películas (responsable de “Santa”) para filmar la tercera cinta sonora mexicana (“Una vida por otra” ) donde fue asistido en los diálogos por Fernando de Fuentes (quien así comenzaría a dirigir para el cine nacional). La cinta se distinguió entre la precaria producción de esos tiempos (seis cintas en el año) por lo que al año siguiente se le asignó “Su última canción” para lucimiento del cantante Alfonso Ortiz Tirado.



Los créditos indican “La última canción”, aunque es de esperarse que se deba a alguna distribución posterior de la cinta ya que en la Cartelera Cinematográfica 1930-1939 (de Jorge Ayala Blanco y Ma. Luisa Amador) se le asigna ese título y el libro fue producto de una exhaustiva investigación hemerográfica. Sería la única incursión del médico y cantante Ortiz Tirado en el cine nacional donde aparece como Pepe Limón, cantante venido a menos debido a su alcoholismo. La película (novena sonora según el índice oficial mexicano) inicia con el hombre caminando sin rumbo por las calles nocturnas junto con su perro. Se sienta en la banca de un parque. A un lado, una joven intenta suicidarse pero Pepe logra arrebatarle el veneno que quería tomar. Ella explica que no tiene a nadie, se siente sola y no vale la pena vivir. El hombre le da alimento y habitación en su cuartucho. Busca trabajo y lo encuentra como lavaplatos de un centro nocturno donde lo reconoce un antiguo empresario. A pesar de su mala reputación, este hombre lo contrata para que vuelva a la ópera. Delia (nombre de su protegida, interpretada por María Luisa Zea) también consigue un rol como comparsa. Conoce a otro miembro de la compañía, Juan (Víctor Urruchúa), del cual se enamora. Pepe ha vuelto a adquirir fama y renombre. Cuando quiere declarar su amor a la muchacha, ésta se le adelanta y le pide su consentimiento para casarse con Juan. Pepe, decepcionado, finge alegría, pero los felicita. Luego, quema su contrato y vuelve a caer en el alcohol, el juego y en la nada. Dos años más tarde, barbón y desaliñado, pasa por la casa donde viven Delia y Juan quienes no lo reconocen, ni siquiera porque canta, y le dan una limosna.

La película pertenece a uno de los años más interesantes de nuestra pionera industria porque se estaban estableciendo temáticas, la censura era prácticamente inexistente y se buscaban argumentos que atrajeran a un público que prefería escuchar diálogos en su idioma. “Su última canción” no deja en claro hasta qué punto intervino De Fuentes cuando Auer abandonó la filmación. No obstante, el productor Gustavo Sáenz de Sicilia y el propio realizador habían escrito argumento y adaptado el guión, por lo que llaman la atención la imaginación visual de ciertas secuencias.

El tema es sencillo: dos almas que no tenían motivos para vivir se apoyan para continuar con sus existencias. Cuando una de ellas alcanza el amor, se redime y encuentra la felicidad. La otra, decepcionada, vuelve a perderse. Pepe Limón cayó en el vicio porque no valoró la fama y no tenía soporte amatorio. Delia estaba sola y sin esperanza. Su relación les permitió tener otras perspectivas. Dentro de la fantasía cinematográfica, Pepe consigue trabajo de inmediato por la nueva obligación adquirida al proteger a la muchacha. Igualmente es reconocido por un empresario que el Destino le colocó enfrente cuando ya le tocaba una buena etapa en su gris existencia: otra oportunidad. Surge el amor, pero la muchacha lo encuentra en un hombre joven y atractivo mientras que Pepe era una simple figura paterna. Pepe, entonces, fue una mera escala de salvación en la vida de la joven. Estamos ante el héroe trágico como víctima del azar.

Sin embargo, a nivel narrativo, para ser una cinta pionera, “Su última canción” se sale de los estudios y nos muestra a una capital con bellos parques, muchos árboles, un Xochimilco (donde pasean Delia y Juan en trajinera) limpio, sin la avalancha turística, además de calles que mostraban, por ejemplo, un restaurante que ofrecía comidas completas a 50 centavos. Un ingenioso juego de edición muestra a Pepe admirando al cuartucho desaliñado alternando con imágenes del lugar limpio en diversas partes gracias a la aportación de la agradecida Delia luego de pasar la noche en él. Otro momento importante es cuando Pepe vuelve a caer en el vicio: su nombre aparece sobre la pantalla, de manera intermitente, mientras que en el fondo vemos instrumentos musicales, copas, una fila de mujeres que ríen. Luego viene la convención del calendario cuyas hojas se mueven para dar idea del paso del tiempo, pero en este caso es elíptica: una mano arranca una hoja que indica 1930 para dar lugar a otra fecha de 1931 y finalmente a 1932.

Alfonso Ortiz Tirado (1893 – 1960) nació en el mismo pueblo sonorense de María Félix. Fue doctor de Frida Kahlo, Cantinflas y de Agustín Lara. Su incursión en la farándula se debió a su voz de tenor que lo llevó hacia diversas giras pero nunca descuidando su profesión médica. Esta cinta sirve como documento para conocerlo en su faceta artística (interpreta un aria de “Manón” de Puccini, aparte de “Estrellita” de Ponce, entre otras) y en realidad no era mal actor.

María Luisa Zea (1913 – 2002) tuvo una larga carrera en el cine mexicano y debutó con esta película (de hecho, solamente en 1933 filmó seis películas) para convertirse en estrella importante de una década pionera. No era agraciada de rostro (un servidor la llama “María Luisa Fea”) pero tenía buen físico que la mantenía vigente e interesante describiéndola como ejemplo de “india bonita”. Fue modelo del pintor Helguera para sus imágenes de calendarios, además como cantante realizó giras en varios países sudamericanos.



Víctor Urruchúa (1912 – 1981), estudiante de arquitectura, fue amigo de Xavier Villaurrutia quien lo introdujo en el ambiente artístico. Fue actor de teatro e intervino en una cinta muda de 1926 hasta que en 1932 apareció en la segunda cinta sonora (“Águilas frente al sol”). “Su última canción” puede considerarse como el primer estelar en su carrera que le permitió obtener un lugar como galán pionero. Al año siguiente sería uno de los “Dos monjes” (Juan Bustillo Oro), melodrama expresionista donde compartía créditos con Carlos Villatoro para contar desde diferentes perspectivas una rivalidad por el amor de una mujer.



Auer haría una carrera discreta, abundante en cintas con bajo presupuesto, en Hollywood. Sus cintas mexicanas fueron peculiares por estar entre los primeros intentos de un cine sonoro que no deja de ser apasionante. “Su última canción” es todo un descubrimiento para nuestros ojos empapados de siglo XXI.

LA FE EN DIOS



MARCELINO, PAN Y VINO
2010. Dirección: José Luis Gutiérrez Arias.




La pregunta que más importa es conocer el motivo o la necesidad de filmar una nueva versión, en estos tiempos que vivimos, del cuento de José María Sánchez Silva que tanto éxito tuviera en 1955, dentro de la producción franquista, al grado de ganarle a su director Ladislao Vajda el Oso de Plata en el Festival de Berlín (aunque siendo justos, dicho evento fue adquiriendo mayor seriedad en los siguientes años). Una trama netamente sustentada en la fe del espectador católico que utiliza las convenciones más elementales para narrar cómo un niño abandonado desde bebé en las puertas de un convento franciscano (al cual nombran Marcelino por ser el santo que se celebraba en el día de su hallazgo) llega hasta los cinco años de edad para tener un encuentro directo con una efigie del Cristo crucificado (quien toma vida ante sus ojos) al cual lleva pan y vino para alimentarlo. La obsesión de Marcelino es encontrarse con su ignota madre y el Cristo se lo cumple. En la cinta española el niño muere al lado de la efigie; en la versión nacional, por medio de los efectos especiales parece un rapto alienígena que se convierte en ascensión al cielo.

Esta nueva versión sucede en los albores de la Revolución Mexicana (hay una imagen al inicio de la película donde la actriz Teresa Ruiz repite la posición de la famosa fotografía de la soldadera que mira interrogante hacia la derecha porque hay un actor interpretando a un fotógrafo que debería apellidarse Casasola en la vida real: ¿sutilezas de guión?) y quizá se le quiso insertar dentro de las conmemoraciones que vivimos hasta el mes pasado. Sin embargo, su mismo realizador lo negó. Por otro lado, el autor original nació en 1911 y ya está cercano su propio centenario, pero nadie lo ha destacado. La cinta habla de solidaridad y de que se están viviendo tiempos peligrosos, donde nadie sale de casa. Tal vez se quiso continuar con el discurso de reafirmación católica que inició ese bodrio higiénico y optimista llamado “El estudiante” (2009, Roberto Girault) donde todo se soluciona gracias a la buena voluntad de las personas y a la intervención divina. Aquí tenemos a un jefe revolucionario como testigo del milagro donde Marcelino es subido a los cielos y la imagen final es la de un convento que celebra abiertamente a Marcelino, con el catecismo para los niños y la vida feliz cuando estaba por aparecer el movimiento cristero.

No encuentro, entonces, mayor respuesta a mi pregunta que la fe como solución a los problemas, luego de ver una producción muy bien filmada, con fotografía espléndida de lugares que uno ni se imagina que todavía existen en este país depredador, con elenco desigual (Alejandro Tommasi es el padre guardián que no lleva tonsura mientras que sus subordinados sí, con mayor o menor proporción dependiendo de la peluca; actores magnéticos como Guillermo Larrea o Waldo Facco o caricaturescos como Jorge Lavat, luego de, precisamente, “El estudiante” ). Y lo que se asemeja mucho con la cinta española es en el intérprete infantil Mark Hernández: tan bobito como Pablito Calvo, que recuerda a nuestra nacional María Gracia de aquella “La sonrisa de la virgen” (1957, Roberto Rodríguez), pero que tiene ojitos verde olivo y aunque se diga que apenas tenga cinco años, no es pretexto para que parezca tontito: el niño que sale a su lado, del cual no recuerdo el nombre (solamente el de su personaje: Eleuterio niño) tiene mayor coherencia y más simpatía.

Lo que más me sorprende es que el realizador José Luis Gutiérrez Arias haya sido el responsable de “Todos los días son tuyos” (2007), su ópera prima, que hablaba de temas más terrenales. Quizá su decepción ante el recibimiento de esa cinta lo llevó a los niveles celestiales y a quienes nos gustó ese debut, nos la contagió, paradójicamente, con este nuevo resbalón... perdón, quise decir escalón en su carrera.

viernes, 17 de diciembre de 2010

ALMAS TORTURADAS


LA REUNIÓN DEL DIABLO
(Devil)
2010. Dir. John Erick Dowdle.




Apenas pude ver esta película que me intrigaba por la sinopsis breve que aparecía en la cartelera de El Norte pero no tenía idea (por fortuna) que estaba involucrado M. Night Shyamalan, el director de la espléndida "El sexto sentido" (1999) pero muchas pifias posteriores. La película está basada en un argumento del realizador (de hecho, el título completo es "The Night Chronicles 1: Devil", lo que da a entender que es la primera de lo que será una serie) con el buen tino de dejar que otro guionista lo desarrollara (nada menos que Brian Nelson de quien conocemos dos joyitas: "Niña mala" y "30 días de noche") y otro realizador la dirigiera (Dowdle quien nos dio la versión norteamericana de "Rec" bajo el nombre de "Cuarentena" pero que no fue mejor ni distinta a la original).

La película inicia con tomas de cabeza del río Delaware mostrando a una Filadelfia con rascacielos hacia abajo y puentes colgantes que retan visualmente a la gravedad, mientras escuchamos la voz del protagonista principal, el detective Bowden (un mesurado y magnético Chris Messina)narrando una añeja historia que le contaban sobre el diablo. Luego se entra de lleno a la trama: una persona se ha suicidado tirándose desde una oficina en lo alto de un rascacielos. En ese mismo edificio, cinco personas (una mujer mayor, un guardia temporal, una joven muchacha, un vendedor de colchones y un mecánico)toman un elevador que queda varado entre pisos. Empiezan a suceder hechos extraños: la luz se va y cuando vuelve, alguno de los prisioneros de ese cubo metálico, ha sufrido agresión o muerte. Todo es presenciado por los guardias de seguridad, y por el detective Bowden quien ha sido llamado al lugar, a través de monitores. Se identifican a cada uno de ellos menos al mecánico.

Por otro lado, el detective Bowden trae una pena consigo: cinco años atrás su mujer e hijo pequeño fueron muertos en un accidente de carretera donde la persona que los chocó huyó del lugar, dejando una simple nota con la frase "Lo siento mucho". Nos enteramos que ha vivido con rencor hacia el criminal y que se está recuperando de haber caído en el alcoholismo. Hay otro personaje secundario: uno de los guardias de seguridad es de ascendencia latina y su religiosidad hace que explique los hechos como obra del diablo. Todavía otro elemento: todos los personajes del elevador tienen alguna forma de pecado y culpa: asalto, robo, estafa, engaño, muerte.

Con todo ello, nos acercamos a una trama esquemática, muy bien establecida, que mantiene la atención porque produce que el espectador esté alerta e informado de lo que posiblemente sucederá más adelante. Es semejante a las fallidas cintas bajo el título de "Actividad paranormal" cuyo gran defecto era que solamente pasaban cosas en vídeos que grababan presencias fantasmales y lo demás era aburrido y sin sustancia. Aquí,la gran diferencia estriba en la estructura narrativa, en que los hechos del elevador están sustentados en todo lo que ocurre alrededor de ellos en el exterior, aparte de no caer en trucos imaginativos: todo se ve (excepto los asesinatos) y el ritmo es preciso. Como ocurre en las tramas imaginadas por Shyamalan, hay giros sorpresivos y se descubre algún elemento oculto para llegar a la solución de su historia.

Sin revelar identidades ni conectar situaciones, solamente les diré que tiene dos hermosos finales: uno de redención ante el pecado cometido; otro de perdón con una carga emotiva que estremece al espectador y restablece al equilibrio. La hermosa y estética fotografía de Tak Fujimoto nos lleva a la conclusión de la cinta mostrando las mismas imágenes del inicio pero ahora correctas, sin desquiciamiento ni cabeza abajo. Todo se ha ordenado: las almas torturadas han alcanzado el final del camino ya sea condenadas por el pecado, salvadas por el arrepentimiento o liberadas del dolor.

jueves, 16 de diciembre de 2010

BLAKE EDWARDS (1922 - 2010)

LA PANTERA ROSA ESTÁ DE LUTO


Muere Blake Edwards a los 88 años dejando tras de sí clásicos del cine norteamericano que alegraron nuestra niñez y adolescencia ("Muñequita de lujo", "Días de vino y rosas", "La pantera rosa",


"La fiesta inolvidable"
), hasta la edad adulta ("10", "Víctor/Victoria", "El hombre que amaba a las mujeres"). Fue otro joven realizador fresco, surgido a finales de los años cincuenta para darle matices diversos a los géneros del cine norteamericano. Otro personaje talentoso que nos hizo feliz la existencia, por lo que debe estar descansando en paz al lado de Peter Sellers, Audrey Hepburn, Jack Lemmon, Lee Remick, Capucine y tantos otros de sus cómplices.



martes, 14 de diciembre de 2010

FUGAZ Y ENGAÑOSA

LA RED SOCIAL
(The Social Network)
2010. Dir. David Fincher.




Un acercamiento contemporáneo al pobre billonario, solitario y sin amor, que siempre vivió recordando su momento de felicidad. Versión accidental, sin compromiso ni reflexión, al Charles Foster Kane de hace setenta años en la obra maestra de Welles (“Ciudadano Kane”, 1941) o al maniático Howard Hughes de hace apenas seis en la opus magna de Scorsese (“El aviador”, 2004). Aquí estamos con un ser todavía joven y vivo: somos testigos y cómplices de su gran creación cibernética y se nos narra que tuvo que tornarse frío y calculador para defender sus fines (al estilo Kane y Hughes) por no haber sabido mantener al amor de su vida (personaje que aparentemente es ficticio: la joven Erica que lo desprecia cuando se da cuenta que su novio no se distingue por su delicadeza, es impulsivo y luego la insulta y expone a través de su blog porque ha cortado relaciones). Es lo que viene siendo la gran "sustancia" y sustento del génesis del Facebook.

Mark Zuckerberg inventa su sitio de internet que permite el entrecruzamiento de datos de personas que pueden relacionarse con otras gracias a la computadora, formando aliados que luego deja de lado. Mark es fácilmente influenciable. A Mark no le interesa el dinero ni pertenecer a los clubes exclusivos de Harvard donde estudia y es un genio. Mark piensa que su red social le permitirá volver a acercarse a la amada Erica. La cinta inicia con un momento en el pasado, en 2003, cuando se va a gestar el famoso Facebook. Asistimos al primer intento que destroza a la red universitaria y luego conocemos a la pareja de hermanos gemelos, ricos y deportistas, que dan una idea de red pequeña e interna a Mark para que su inteligencia la lleve a estilo macroscópico. Luego se alterna esa historia con el presente, cuando los abogados de Mark litigan contra los abogados de Eduardo, su primer socio, luego alejado despótica y traicioneramente de lo que permitió poniendo el capital exiguo de mil dólares.

La cinta adquiere un ritmo vertiginoso y los hechos se van ilustrando para dar un retrato del genio y, luego, de la ambición. Es el mundo de los negocios y nada mejor que el gran invento para el internet (luego del mismito y maravilloso internet) como metáfora de la globalización y del estado neoliberal. Defensa de los intereses particulares para que luego todo siga normal, sin problema: uno es usuario y lo que vivan Parker, Severin, Winklevoss y Zuckerberg, nos tiene sin cuidado mientras podamos entrar al “feis”, enterarnos de los últimos chismes y recibir peticiones de amistad de gente que nunca hemos conocido.

La gran cualidad de la cinta reside en su reparto. Jesse Eisenberg
tiene un carisma infinito que le permite recrear una gama de emociones a gran velocidad y ofrece una actuación de primera categoría (simplemente hay que recordar “Tierra de zombies” o “Un verano memorable” y antes, en rol pequeño, “Historias de familia”). Andrew Garfield
(el memorable Anton de “El mundo imaginario del Dr. Parnassos”)quien es el humillado Eduardo Severin cuyas intenciones de comercialismo son pisoteadas por un visionario mayor y convenenciero llamado Parker, al que le da vida Justin Timberlake
(otro ejemplo de gran talento que era menospreciado como cantorcillo de conjunto para despegar como solista soberbio y luego como actor versátil). Finalmente, Rashida Jones,
como la abogada que le hace ver a Mark su verdadera naturaleza para dejarlo solo, pidiendo a Erica que lo acepte como amigo, refrescando a cada rato la página esperando contestación y cerrar de manera amarga a esta cinta bastante irregular (su director siempre ha filmado un cine vacío, magnético, que ilustra sin pensar ni recrear y, por lo mismo, termina siendo intrascendente) que es redimida por estas referencias del verdadero gran cine al cual nunca se acerca: por eso la película es “oscareable” (y gusta al gran público porque está de moda) pero correrá la suerte de tanto título que se convierte en el éxito del momento para luego caer en el olvido porque fueron fugaces auroras boreales.

martes, 7 de diciembre de 2010

LOS ADJETIVOS DE MARTHA



TE PRESENTO A LAURA
2010. Dir. Fez Noriega.





En una entrevista dada al periódico Excelsior, Martha Higareda comentó lo siguiente sobre esta película donde aparece actuando, además de ser autora del guión y coproductora entre otras personas: “Es una película romántica, fresca, diferente…”. Luego de verla tenemos que estar contra el adjetivo “diferente” porque la trama sobre una muchacha que tiene un mes de vida ya que, nos enteramos engañosamente al inicio de la cinta, será eliminada por un contrato que no puede cancelarse, trae el recuerdo de Tin Tan en “¡Mátenme porque me muero” o de Mauricio Garcés en “Espérame en Siberia, vida mía” o de Jorge Rivero y Rafael Inclán en “Muñecas de medianoche” ya que han querido morirse porque pensaban que estaban condenados a una enfermedad terminal. Luego nos enteramos que está planeando lo que queda de su existencia en ese mes y nos trae a colación la hispanocanadiense “Mi vida sin mí” donde la protagonista hacía lo mismo, pensando en los demás (o Marga López como mamá que hacía esperar al infarto fulminante hasta que todos sus hijos estuvieran "salvados" en "La agonía de ser madre" ). El título, además, nos recuerda a los nostálgicos que dentro de la cinta “La noche americana” de Truffaut se filmaba otra película ficticia que se titulaba “Les presento a Pamela”, aunque no tenga nada que ver con la que hoy trato, excepto por los problemas de pareja y la frase casi semejante. Finalmente hay un crimen orquestado para parecer real cuando es mera ficción para que nos demos cuenta que es un final falso que nos ha recetado el cine de Hollywood por muchísimas ocasiones para que se alcancen todos los finales felices del mundo.

Los adjetivos que sí pueden aplicarse son “romántica” ya que muestra las ensoñaciones de Higareda para lograr un cine comercial y magnético para agradar tanto al gran público como atraer a los diversos y múltiples patrocinadores que la apoyaron y que tienen a sus productos abiertamente presentes en pantalla (desde el grupo Reforma y Televisa hasta chicles, motos, autos, bebidas), porque en el caso de romance de pareja se queda corta y su desarrollo es tan entrecortado e irregular que no convence; el otro sería “fresca”, pero parcialmente y de manera accidental: hay una secuencia donde la muchacha se mezcla con un grupo que asiste a terapia de “optimismo” y que pudo haber sido la película que estaba latente y no se explotó ya que una parodia inteligente acerca de estos grupos nefastos, artificiales, que usan psicología barata y juegos ridículos daría mucha tela que cortar. En ese caso, uno de los personajes ancianos sufre un accidente que lo mata antes que a la protagonista y no tiene ninguna consecuencia en el tema. Lo mismo sucede en otra secuencia dentro de una funeraria. Se desaprovechan además, a la divertida y graciosa Mónica Huarte, como la "terapeuta" y a la sorprendentemente efectiva Silvia Navarro (tan nula en otras cintas y en telenovelas que me sorprendo a mí mismo al afirmar lo anterior) que serían esos elementos “frescos”.

Podríamos añadir “incongruente e irregular” porque tiene una continuidad extraña (la repetición de la secuencia de los créditos y el montaje rápido para adelantar el tiempo) y una narración ocasionalmente desconcertante (el momento de un supuesto intento de suicidio del personaje de Kuno Becker que no tiene sentido alguno; el policía de Armando Hernández). “Patética” es otro adjetivo aplicable por el personaje de un representante de artistas argentino, interpretado con maquillaje prostético (e inútil por innecesario) por Eugenio Derbez quien posee la cualidad de ser malísimo y vulgar ( “La misma luna”; “No eres tú, soy yo” ) o ingenioso (su personaje de “El lonje moco” en una de sus series de televisión).
Aquí hay un chiste viejísimo que provocan la risa en quienes han sido maleducados por los medios de comunicación o el grado cero de la enseñanza:

Kuno Becker: “No mames”
Eugenio Derbez: “Sí mamo”


Y seguimos “patéticos” con la supuesta comicidad de la guionista en otro diálogo:

Martha Higareda: “¿Cuáles son tus apellidos?
Armando Hernández: “Aguado”
Martha Higareda: “Meme Aguado… ¿y tu otro apellido?”
Armando Hernández: “Del Hoyo”
Martha Higareda: “¿Meme Aguado del Hoyo?”
Armando Hernández: “Imagínate que me hubiera apellidado Azurre en vez de Aguado”.


Finalmente es “mala” y creo que ya no es necesario elaborar sobre el asunto. Sin embargo, será "exitosa". La vi en función de lunes por la tarde y habíamos unas veinte personas cuando el promedio es de una o dos con cintas mexicanas. He de pensar que ha corrido la voz de otros espectadores recomendándola. Ninguna novedad que el mal gusto y la ligereza no están peleados con el gran público. Se me olvidaba comentar que el realizador es el exmodelo Fernando Noriega (llamado "Fez"), luego vuelto actor de telenovelas en Azteca, quien ha tenido otras experiencias como asistente en diversas producciones, pero tal parece demostrar en ésta, su ópera prima, que no ha aprendido nada más que posar seductoramente.



NOTA POSTERIOR:Gracias al comentario del amable y anónimo lector pude enterarme de un grandísimo error: el realizador de la cinta no es el seductor Fernando Noriega, sino un hombre mayor, alejado de las "perfecciones" del modelo. Es FEZ NORIEGA y gracias a este lector les muestro al verdadero director.



Pido disculpas a todos ustedes e intentaré no volver a caer en las trampas del Internet ni de la "vox populi".