domingo, 30 de junio de 2019

POBRE, SIN INSPIRACIÓN


MAESTRAS DEL ENGAÑO
(The Hustle)
2019. Dir. Chris Addison.
         La obesa Penny (Rebel Wilson) es una estafadora que busca conmover a sus víctimas para sacarles dinero. Deseosa de encontrar nuevos horizontes decide mudarse a Francia, a un lugar llamado Beaumont-Sur-Mer, porque está lleno de millonarios. En el tren donde viaja conoce a Josephine (Anne Hathaway), otra estafadora de altos vuelos quien vive en esa ciudad francesa. Al verla como rival, Josephine intentará por todos los medios posibles deshacerse de ella; al no lograrlo, la integra a su grupo hasta que llega el momento de hacer una apuesta: quien logre estafar a un joven y billonario creador de apps, Thomas (Alex Sharp) se quedará. Quien pierda, deberá irse de la ciudad.
         Segunda lectura de una comedia original filmada en 1964 con Marlon Brando y David Niven llamada Dos seductores (Bedtime Story, Ralph Levy) que luego daría lugar en 1988 a una nueva versión con Steve Martin y Michael Caine bajo el título de Dos pícaros sinvergüenzas (Dirty Rotten Scoundrels, Frank Oz) que dio lugar a una comedia musical en Broadway con regular éxito que fue creciendo con los años. Ahora tenemos la versión “femenina” donde se cambian los géneros para aprovechar la nueva tendencia de propiciar vehículos fílmicos para mujeres (y lo que antaño se denominaba como “minorías”). No obstante, la cinta no aporta nada nuevo para hablar de la superioridad de las mujeres.
Niven y Brando (1964)
Caine y Martin (1988)
         Lo que era comedia de aventuras enloquecidas en pos del éxito criminal, sin juicios morales, dando su merecido a los estafadores para luego beneficiarlos con la promesa de un futuro más prometedor y riesgoso ahora se ha vuelto una comedia convencional donde se confunden verdad y mentira, se nota predecible lo que va a suceder, y se cae en el sentimentalismo barato. Las estafas llegan a ser tan pueriles e insustanciales que no llegan al asombro, mucho menos a la carcajada y su repetición aniquila al posible encanto del espectador. El cambio de género ya no se basa en la situación sino en el físico.
         El personaje de Penny se ha creado para lucimiento de la obesa Rebel Wilson (quien también aparece como productora) que utiliza su físico como medio para la comicidad. Por desgracia, su actuación es tan predecible y sus gestos tan comunes, y ya estereotipados si se le han conocido sus anteriores papeles, que carece del ingenio y la donosura de una Melissa McCarthy, otra comediante que sabe utilizar su cuerpo pero posee la versatilidad y el talento para tornarse creíble. El humor se ha apagado: lo que era delicioso en Brando y en Martin, ahora se ha trasladado al lugar común de la comedia contemporánea. No existe la ligereza necesaria para ser amenazante como hermana loca y violenta; tampoco se nota cambio alguno de su actitud, durante toda la película. Rebel Wilson sigue siendo ella misma: una cómica mediocre al estilo capulinesco: antipática y vulgar.
         Anne Hathaway posee elegancia y refinamiento. Aparece muy bella con vestuario espectacular. Uno se convence de la belleza que le permite seducir a sus cortejantes hasta llegar a la superficialidad absoluta. Lo más triste es que el contraste hace notar que no hay química entre ella y su compañera de película. No obstante, se extraña al suave Niven y al astuto Caine. La película quiere retomar el sentido de las comedias del Hollywood de los años sesenta (los créditos son animados, al estilo de las viejas películas de Blake Edwards o Michael Gordon, pero hasta ahí) pero termina siendo una película pesada (como su intérprete), pobre en su alcance, sin nada de inspiración o atractivo.

sábado, 29 de junio de 2019

TAN AMBICIOSA COMO DESARTICULADA


CHICUAROTES
2019. Dir. Gael García Bernal.
         Cagalera (Benny Emmanuel) y Moloteco (Gabriel Carbajal) se suben a los camiones como payasos sin gracia ni suerte. Cagalera, enojado ante la indiferencia de los pasajeros, saca una pistola, comienza a amenazarlos y a quitarles celulares, carteras, dinero. Luego. ambos huyen y se reparten objetos. Cagalera se ilusiona con una cajita de cerillos con publicidad de un casino en Las Vegas. Y es que Cagalera quiere escapar, irse de San Gregorio Atlapulco, de la jurisdicción de Ciudad de México, donde vive con su madre (Dolores Heredia), un padrastro borracho y golpeador (Enoc Leaño) del cual ha tomado la pistola, además de una hermana y un hermano que es gay de closet. 
         Ante la falta de dinero, acepta la oferta de un hamponcete seductor, Planchado (Ricardo Abarca), para robar una tienda de lencería donde cada uno, incluido Moloteco, podrá llegar a ganar veinte mil pesos. Todo resulta un fracaso, pero Cagalera toma varias prendas para venderlas. Mientras huyen, son detenidos por una patrulla conducida por dos oficiales femeninos y obesos que los dejan libres siempre y cuando Planchado les cumpla sexualmente. Cagalera, desesperado, decide secuestrar al hijo de uno de los tipos ricos del suburbio para conseguir el dinero que necesita para escapar pero que resultará ser su peor descenso a los infiernos.
         La segunda cinta de García Bernal como director es tan desarticulada como ambiciosa. El deseo de presentar una imagen de la clase paupérrima como alegoría de la miseria nacional se queda en buenas intenciones porque el guion apunta a tantos blancos que finalmente no atina a ninguno. La atmósfera es real ya que se filmó en la locación original, sin embargo, el tono queda disperso: de la acción inicial se pasa al dramatismo tremendista familiar para luego llegar al folclore local de un entierro carnavalesco que se desvía hacia el humor aparentemente negro y fellinesco de las policías gordas y lujuriosas con el afán de provocar -sin éxito- la carcajada del espectador. Cagalera ríe en pantalla para equilibrar lo que no se produce en la sala. Todavía se sigue cambiando el tono con los hechos que suceden a continuación.
         Estamos ante unos Los olvidados (Buñuel, 1950) para la generación Y que no tomará conciencia de lo que significa la pobreza extrema ni tendrá la repercusión que a mitad de siglo XX impactó por la ruptura con las buenas costumbres usualmente presentes en el cine (peor aún: ni siquiera irá al cine a ver la película). Estamos ante el tipo de cine mexicano que se centra en las tendencias de los Ruizpalacios (Güeros, Museo) o Escalantes (Heli) cuyas pretensiones de redención por la clase no privilegiada se presenta con glamour formal, siempre con tremendismos. Es lo que pasa con esta película. Estamos ante un guion que parece haberse ido creando con ocurrencias que podrían interesar al público (los payasos ladrones, las obesas violadoras, un secuestro imbécil, el hecho de que Cagalera vaya, sorpresivamente, a enfrentarse con su padre). Ni siquiera la sugerencia de la justicia por propia mano como son los linchamientos populares en poblaciones más salvajes e indolentes ante la autoridad tiene mayor eco que una secuencia final mal resuelta.
         Lo que habría que pedirle a García Bernal (bastante deteriorado a los 40 años si es que lo ha visto en entrevistas o reportajes) es que continuara como productor en lugar de dirigir porque no alcanza a comunicar nada: todo se queda en buenas intenciones. El reparto incluye a los eternos Daniel Giménez Cacho y Dolores Heredia, quienes deberían darse un descanso a ellos y al público. Los jóvenes actores, por desgracia, no alcanzan los niveles ni los carismas de sus semejantes (en físico) Kristyan Ferrer o Hosé Meléndez (o Jorge Adrián Espíndola, excelente, a principios de siglo), por dar un par de nombres. 

LA FASCINACIÓN DEL MAL


ANNABELLE 3: VIENE A CASA
(Annabelle Comes Home)
2019. Dir. Gary Dauberman.

         Dentro del universo de El conjuro donde Ed y Lorraine Warren (personajes basados en demonólogos reales) apoyan y exorcizan fantasmas en casos extremos de posesiones, tenemos esta nueva aventura colateral. Annabelle, la muñeca que ha servido como medio o conducto del paso de espíritus en busca de víctimas para poseer, ha caído en sus manos para formar parte de su colección de objetos relacionados con el mal. Es 1968: un prólogo nos indica que los Warren han recibido a la muñeca de parte de las enfermeras que conocimos anteriormente. Lorraine (Vera Farmiga) puede percibir a varios fantasmas en el cementerio donde han llegado debido a una falla mecánica del auto. Ed (Patrick Wilson) sale a revisarlo y luego una fuerza sobrenatural lo lanza a la carretera donde queda a punto de ser muerto por un tráiler. Lorraine se da cuenta de la fuerza de la muñeca.
         Ya en casa, los Warren harán un corto viaje y dejan a su hija Judy (Mckenna Grace, la niña prodigio de Un don excepcional) al cuidado de la niñera Mary Ellen (Madison Iseman). Un artículo del periódico local cuestiona la veracidad de los Warren por lo que se ha despertado la indignación local, el acoso a Judy en la escuela y la curiosidad de una amiga de Mary Ellen, Daniela (Katie Sarife, primero odiosa, luego frágil) quien aprovecha la ausencia de la pareja para husmear en la casa. Daniela entra al cuarto donde están todos los objetos demoniacos y abre la vitrina en que estaba colocada Annabelle. A partir de este momento se desatan las fuerzas sobrenaturales y la muñeca se torna conducto, pasaje de espíritus, para lograr la posesión de cuerpos inocentes.
         Con un ambiente peculiar que funde dos narraciones originalmente unidas y posteriormente aisladas (se explica la presencia de Annabelle en casa de los Warren; se funden ahora hechos que anteriormente estaban alejados en los mundos originarios de la muñeca, dentro de la casa de los científicos Warren), el universo mantiene su coherencia narrativa y se alcanza el tono sobrenatural, amenazador, que vivimos en lo que ha sido la serie completa. El guion, creado por el escritor original, Gary Dauberman, ahora es dirigido por él mismo en su debut como realizador. El productor es James Wan, artífice de las mejores historias de terror en el cine del siglo XXI. Aunque al inicio el personaje de Daniela es antipático y vuelve predecible lo que va a acontecer, luego cambia y se torna vulnerable (hay una explicación razonable de sus actor por un asunto paterno) produciendo un sentimiento opuesto de adhesión: este es un logro importante de la película en lo que significa la manipulación del espectador y, sobre todo, la actuación de la intérprete.
         Finalmente, es otra cinta de casa embrujada, poseída por espíritus y seres demoniacos, creando el terror pero también el encanto y la atracción hacia lo desconocido. Es el embeleso, la seducción del mal. La cinta alcanza nuevamente la finalidad de las películas de esta serie: a pesar de que se sabe que hay peligro, los personajes quedan hechizados por la fascinación hacia lo que se desconoce, lo que puede causar placer o matar. Es la constante alegoría del demonio cuyo sortilegio nos inclina hacia el infortunio. El delicioso camino del pecado hacia el infierno: el goce sin pensar en la consecuencia. Otra película coherente, fiel a su universo.
Gary Dauberman


sábado, 22 de junio de 2019

LA CRUELDAD REPETITIVA


HOTEL MUMBAI – EL ATENTADO
(Hotel Mumbai)
2018. Dir. Anthony Maras.


         En noviembre de 2008, un grupo terrorista amagó a Mumbai al atacar diferentes lugares de la ciudad para terminar en el lujoso Taj Palace Hotel. Al estar la guardia especializada en Nueva Delhi, pasaron tres días para que se pudiera controlar la situación con su llegada. La película es una recreación bastante gráfica y cruel de lo que pudo haber sucedido: terroristas fundamentalistas y personajes ficticios, además de empleados heroicos que pusieron en riesgo sus vidas para salvar las de sus huéspedes, conforman la trama de otra cinta que recupera las grandes tragedias en lo que va del siglo. No obstante, es una cinta bastante fallida. Aunque el espectador se impacta con la frialdad en que los criminales atacan a sus víctimas, la cinta es una continua sucesión de enfrentamientos, escapes subrepticios, pequeños momentos de suspenso con la esperanza de que algunas víctimas puedan sobrevivir.
         Centrada en Arjun (un simpático y conmovedor Dev Patel), como mesero del exclusivo hotel, y teniendo alrededor a una pareja interracial (el norteamericano Armie Hammer y la iraní Nazanin Boniadi) con niñera y bebé, además de un prepotente ex militar ruso (Jason Isaacs) quien se tornará en breve héroe de ocasión, la cinta se diluye entre la acción y las necesidades de supervivencia. Son tantos los hechos que están sucediendo por lo que el equilibrio narrativo se pierde. De pronto, por ejemplo, se introduce a un par de agentes de la policía local que se adentran en el hotel para hallar el centro de circuito cerrado y tener control de ubicación de los terroristas: su actuación es relativa, su finalidad prácticamente inútil, por lo que son eliminados. Luego de varios atentados, la cinta se torna repetitiva. Los papeles estelares se vuelven cenizas al mezclarse entre tantas historias y situaciones. Una cinta con buenas intenciones que deviene intolerable por su dispersión.
El australiano Anthony Maras
en su primer largometraje


        

miércoles, 19 de junio de 2019

LA MIRADA OBSESIVA DE SAM


EL MISTERIO DE SILVER LAKE
(Under the Silver Lake)
2018. Dir. David Robert Mitchell.
         Sam (Andrew Garfield) es un joven desempleado que vive en un complejo de departamento en el este de Los Ángeles. Con sus binoculares espía a sus vecinos y cierto día se fija en una rubia, Sarah (Riley Keough), recién llegada al lugar, mientras se mete a la alberca. Se conocen luego de que ella se da cuenta que la observa y hasta lo invita a drogarse y ver juntos Cómo pescar un millonario. Sin embargo, al día siguiente, ella desaparece: se ha mudado durante la noche sin dejar nada más que una caja con objetos y una fotografía de la cual se apodera Sam. Obsesionado, empieza una búsqueda personal que lo lleva a diferentes lugares de la neocultura pop de la ciudad, a conocer al creador de un zine de historieta que habla de las leyendas urbanas, a relacionarse con personas que pertenecen al mundo de la prostitución, del espectáculo independiente, del vagabundeo y hasta de la clase alta e involucrarse con crímenes y suicidios. 
         Tercera cinta del realizador de Está detrás de ti (It Follows, 2014), que fuera un gran éxito en su momento dentro del cine de terror, pero que se aparta radicalmente de género y atmósfera. Es una variante posmoderna y muy contemporánea del cinema noir junto con el desencanto de la juventud actual que vive solitaria y aislada por la tecnología o las tendencias populares dentro del arte (música, literatura) con escasos contactos humanos ya sean sexuales o intelectuales. La película posee una atmósfera construida alrededor de numerosas referencias cinematográficas (que demuestran las admiraciones cinéfilas de su realizador) ya sea por los carteles de viejas películas que adornan el departamento de Sam, las imágenes de varias cintas en vídeo, las actitudes de personajes o los espacios que ofrecen la nostalgia retro alrededor de una clase media social compuesta por jóvenes.
         La cinta tiene una larga duración (140 minutos) y, en realidad, no pasan grandes cosas. Aparecen y desaparecen muchos personajes secundarios que nunca llegan a sentirse elaborados pero que se justifican dentro de esa existencia tan ligera y solitaria de Sam quien entra en la criptografía, en la discusión sobre los mensajes subliminales que nos dominan o que son manejados por una clase superior que se encuentra por encima de las grandes masas habitacionales. Hay un asesino de perros que ofrece otra sensación de misterio pero que se queda en mera pista alrededor de las desapariciones humanas. Igualmente, a Sam le rodea el suicidio (desde una ardilla que cae de lo alto de un árbol hasta el creador de la historieta que recupera viejos mitos sociales).
         Y sin embargo, la cinta se reduce más a la mirada de Sam como homenaje indirecto a Hitchcock (cuyo nombre aparece en una lápida) y su La ventana indiscreta (Rear Window, 1954) de la cual hay un cartel enmarcado en la recámara de Sam. Los binoculares que ven a una Sarah con pose de Marilyn Monroe en su inacabada, última cinta (Something’s Got to Give, Cukor, 1962) a la vecina que siempre se encuentra con los senos al aire mientras limpia su casa y balcón, o los asistentes a la exhibición de una cinta al aire libre en un cementerio angelino o los parroquianos de un club cuyas mesas son lápidas con nombres de estrellas famosas (Elsa Lanchester, por ejemplo). O la visión por una videollamada de la mujer anhelada para que todo llegue a un cierre personal, a un cambio de vida, a la continuidad del tedio aunque desde otra perspectiva
La cinta también ofrece ecos de David Lynch y Paul Thomas Anderson sin que Mitchell quiera emularlos, simplemente recordarlos. Una cantante con voz común y monótona recrea una versión decadente del tema de Al maestro con cariño (To Sir with Love, Clavell, 1967) como indirecta ligazón a la música de Terciopelo azul (Blue Velvet, Lynch, 1986). Los misterios alrededor de la desaparición de Sarah llevan a Sam a lugares insólitos e inesperados como pasaba con el detective pirado de Vicio propio (Inherent Vice, Anderson, 2014) quien también buscaba en su caso a la novia perdida.
Andrew Garfield, estupendo actor que puede mostrar el tormento personal sin caer en la exageración ni el patetismo, aquí aparece desinhibido, obsesionado sin apasionamiento, sensual y desnudo aparte de masturbatorio, con esa personalidad única que mezcla su juventud con el anuncio de lo que será una madurez peculiar tanto en físico como actitud. Riley Keough, aunque aparece poco, posee el carisma de su madre (Lisa Marie Presley) y su abuela (Priscila Presley) además de ofrecer una actuación camaleónica en otro rol distinto a los que ha mostrado en el pasado.
La cinta no es sencilla porque mezcla leyendas urbanas, asesinos seriales, mundos de droga y libertinaje, códigos y mensajes secretos, personajes crípticos, que no da lugar a una conclusión convencional para el espectador. Merece una nueva visión para volver a capturar situaciones, frases o palabras, pero no es importante. Pertenece al grupo de películas que se gozan por su estructura y su entorno, su poder visual y el magnetismo de su elenco. Seguramente se tornará en cinta de culto y Mitchell, luego de esta cinta (que compitió en Cannes del año pasado) y su anterior esfuerzo de terror, es alguien al cual debe tenerse en consideración.




        

lunes, 17 de junio de 2019

EL DUELO DE ANA


SOLTERAS
2018. Dir. Luis Javier Henaine.
         Ana (una estupenda Cassandra Ciangherotti) le reclama a su novio Gabriel (Pablo Cruz) que no le haya dado el anillo ni fijado una fecha para la boda, mientras están precisamente en la iglesia durante la boda de una amiga. Gabriel le dice que es preferible cortar su relación, ante lo cual Ana empieza a llorar, gritar y llegar al grado de que Gabriel la arrastre por el suelo mientras ella se aferra a su pierna cuando el joven quiere salir del lugar. Ana queda decepcionada. Se torna intolerable, bebe mucho, hasta que se entera que una de sus amigas acaba de recibir el anillo de compromiso. Le reclama que no puede ser posible, que ella es más bonita, a lo que la amiga le responde que tomó un curso para pescar marido. Al principio Ana se resiste a asistir, hasta que no encuentra otra solución. Ahí compartirá clases con otras mujeres que viven sus circunstancias y los anhelos por encontrar al hombre con el cual casarse. Ana, entonces, podrá conocer a Diego (Juan Pablo Medina) con el cual inicia una relación que la llevará a mentir para alcanzar su propósito. Todo servirá como lección brutal, pero definitiva, para la vida de Ana.
         Lo que parece ser una comedieta tonta, misógina y completamente superficial, va cambiando de tono y ritmo porque en realidad, más que la historia de una chica estúpida cuyo único fin en la vida es llegar al matrimonio antes de cierta edad, se convierte en la historia de un crecimiento personal. La gimoteada Ana que sufre el rompimiento de sus relaciones luego de diez años de noviazgo irá cambiando de etapas como usualmente se clasifica en la pérdida (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) porque ella no puede admitir el cierre y está enojada pero piensa que apareciendo sin aviso previo ante Gabriel permitirá que se negocie el retorno al estado anterior. Sorpresivamente, se enterará que su amado ahora ofrece una cena para la familia de su nueva novia ante la cual se muestra desnuda. El alcohol y la depresión la orillan a tomar el curso recomendado.
         Mientras intenta seguir los consejo de su maestra Lucila Moreau (Gabriela de la Garza) aceptando citas con diversos hombres, muchos de ellos en diversos estados extremos de patetismo, el azar la lleva a conocer al arquitecto Diego con el cual comienza a salir y encuentra gustos afines. De esta manera, Ana se va acercando a su meta. Diego es una gran posibilidad de realización personal, pero, de pronto, algo sucede que la hace reflexionar. Primero es una mentira, luego es una posible infidelidad, finalmente es la aceptación de su realidad: Ana ha cambiado. El duelo le ha servido para contemplarse y valorarse, además de priorizar sus anhelos y pretensiones.
         Si la cinta alcanza su objetivo y logra escapar de la comedieta fácil, se debe a Cassandra Ciangherotti. Hija de Fernando Luján, descendiente de la dinastía Soler, con rasgos que la acercan mucho a su abuela Mercedes, ha alcanzado un estatus singular, de reconocimiento del talento que corre por sus venas. Iniciando su carrera a través de estupideces como la relectura de Hasta el viento tiene miedo o Kada Kien su Karma para irse consolidando (El baile de San Juan, Viaje redondo, Las horas contigo) hasta llegar a ser reconocida como gran actriz (El club de los insomnes, Las niñas bien o siendo lo único bueno en la fallidísima Tiempo compartido), aquí demuestra que tiene el suficiente magnetismo personal y la calidad actoral para sacar adelante una película por sí sola. Aunque las demás actrices son competentes, Cassandra se lleva la película: estando en pantalla uno no puede dejar de verla, disfrutarla.
La maravillosa Cassandra Ciangherotti,
digna hija de su padre Fernando Luján
         Solteras no deja de ser una cinta ligera, por lo tanto, amena. Sin embargo, no se regodea en la comicidad barata ni cae en lugares comunes. El guion del realizador Henaine (sobrino nieto de Capulina) y Alejandra Olvera Ávila hubiera caído en la misoginia si la trama se hubiera quedado en la frustración de las mujeres buscamaridos y terminado con la complacencia del matrimonio. Ana viene a ser una aspiración para toda mujer que desea encontrarse a sí misma: casarse no es reprobable pero no debe tomarse como fin último. ¡Ah, pero Cassandra Ciangherotti!
El realizador de Solteras, sobrino nieto
de Capulina, ofrece una buena película


viernes, 14 de junio de 2019

EN EL MOMENTO ADECUADO


HOMBRES DE NEGRO: INTERNACIONAL
(Men in Black: International)
2019. Dir. F. Gary Gray.

         Al contrario de los “X-Men”, el resurgimiento de otra franquicia que tenía 7 años dormida, recupera la gracia de los agentes especiales que procuran que exista equilibrio y paz entre los extraterrestres que habitan en nuestro planeta, además de evitar que los indeseables permanezcan alejados o controlados. En este caso, estamos ante otros personajes: ya no son J ni K, ahora tenemos a H (Chris Hemsworth) como mentor de la novata M (Tessa Thompson) quienes viajarán hacia Londres, Nápoles, Marrakech, para recuperar una poderosísima arma legada por un príncipe extraterrestre que fuera muerto por agentes de la llamada “Colmena”.  
         Un prólogo nos cuenta cómo H junto con el líder High T (Liam Neeson) pudo contener el acceso de la Colmena en el pasado. Otro prólogo nos muestra a la pequeña Molly (quien crecerá para ser M) siendo testigo de una intervención de los hombres de negro, quien salva sin imaginarlo, a un pequeño extraterrestre que era perseguido. De esta manera, se introduce a ambos agentes. H es frívolo, confía en su atractivo y toma las cosas de manera superficial por lo que contrasta con M quien está feliz de haber sido aceptada en la corporación y todo lo realiza con mayor seriedad. 

         Esta es otra clase de héroe que se sustenta en la tecnología y en sus capacidades físicas para defenderse a golpes o con armas, como pasaba inicialmente (y ahora con menos fuerza) en las cintas de James Bond. De ahí que los argumentos nos muestren los esfuerzos de supervivencia ante seres que poseen otros poderes y en eso reside su gracia: los enfrentamientos y la inventiva para llevarlos a cabo. Por supuesto que son cuentos morales: en este episodio, además de los seres de otras galaxias debe encontrarse a un agente traidor quien puede poner en peligro al mundo entero. Además, persiste la fase del olvido con un aditamento (neuralizador) que borra la memoria y que fácilmente nos habla del perdón por omisión: los pecados se eliminan y el mundo sigue adelante.
         Hay un momento en la película en donde H les espeta a los extraterrestres que “por eso hay hombres, y mujeres, de negro”, aclaración pertinente mientras voltea a ver a M. Lo que viene a ser una variante de la franquicia es la adición de una mujer que, estamos seguros, se debe a la “corrección política” que vivimos en estos tiempos, luego de siglos en que se hablaba en masculino para expresar a un conjunto de seres con los dos géneros básicos (como sucede con X-Men, donde siempre hubo mujeres, o de una tradición de historias donde los hombres eran estelares. Aunque nunca hay el asomo de una seducción, se siente la tensión sexual entre H y M a todo lo largo de la película, a pesar de dudas, confusiones y equivocaciones. H no deja de sugerir su sensualidad (de hecho, hay un momento en la cinta donde se muestra que ha tenido relaciones íntimas con una mujer extraterrestre). Este es el gran giro que ofrece la nueva película.
         Y luego están los personajes de fantasía. A los agentes se une el pequeño Pawny (o peoncito) quien pierde a su reina por lo que promete total fidelidad a M, o está el tarantiano que conoce a Molly siendo pequeñito para reencontrarla años después con físico espectacular en el momento adecuado. Son los sencillos toques de ingenio los que permiten el avance y la gracia de una cinta que se sostiene sobre efectos especiales. El realizador Gray fue el responsable de “Rápidos y furiosos 8” donde demostró su dominio de la acción (ya demostrado en cintas previas como El vengador o la relectura de La estafa maestra
No gustará mucho a quienes recuerden las cintas previas y se aferren a sus peculiaridades. Aquí tenemos una propuesta más equilibrada y menos espectacular, sin dejar de serlo (por supuesto). La base argumental se encuentra en la frase recuerda que el universo tiene una manera de llevarte a donde debes estar, en el momento en que debes estarlo”. A partir de ahí, todo lo que acontece en la película queda conformado. Piénselo y véala o recuérdela con esta intención.
Chris Hemsworth, Tessa Thompson 
con el director F. Gary Gray

LA BOLSA ENCONTRADA


LA VIUDA
(Greta)
2018. Dir. Neil Jordan.
         Frances (Chloë Grace Moretz) encuentra un elegante bolso de mano en el vagón del Metro de Nueva York. Su compañera de apartamento Erica (Maika Monroe) le sugiere que se quede con ella y con el dinero que viene dentro. Frances no acepta, por elemental honradez (lo que demuestra su calidad moral), y se dirige a la casa de la propietaria, Greta (Isabelle Huppert) quien le invita una taza de café. Se vuelven amigas hasta que Frances descubre que en una alacena, Greta tiene varias bolsas semejantes a la que se encontró, lo que le crea suspicacias. Decide alejarse de ella, pero Greta se torna insoportable al llamarla a cada momento y aparecerse en el lugar donde trabaja. Frances llega al grado de llamar a la policía que le indica que no hay motivos suficientes para encarcelarla, tampoco hay una cercana posibilidad de conseguir una orden de restricción contra la obsesionada mujer.
         Frances acaba de perder a su madre y Greta lamenta el alejamiento de su hija quien se encuentra estudiando piano en París: de esta manera, utilizando psicología barata, uno piensa en las sustituciones obvias de afecto. No obstante, Greta da lugar a que el espectador sospeche que algo no se encuentra bien, sobre todo cuando aparecen las bolsas, motivo del desarrollo de esta trama, aparte de elemento crucial para anticipar que todo pasará a un siguiente nivel de relación y de amenaza. Ya desde el momento en que Frances va a casa de Greta uno adelanta que ocurrirá lo que usualmente son convenciones del género de horror. Sin embargo, estamos ante una cinta de Neil Jordan (en su retorno al cine luego de seis años de ausencia: en ese tiempo se dedicó a la televisión con la serie de Los Borgia) quien es un realizador competente, con toque especial, excelente para las sorpresas (¿se acuerdan de Juego de lágrimas?).
         Hay situaciones referenciales en el guion: antes de descubrir el bolso, Frances está leyendo un libro de cuentos de David Foster Wallace (“La niña del pelo raro”), autor suicida que diseccionaba y criticaba negativamente a la sociedad postmoderna. Por otro lado, Frances va junto con Erica a ver una película en tercera dimensión, donde, tal vez, Jordan quiso comparar al cine que se disfruta actualmente pleno de violencia y espectacularidad contra el tono igualmente modesto y de horror urbano que esta cinta de escaso presupuesto propone. En algún momento, Greta le comenta a Frances que se encuentra inmersa en un “pozo de soledad” que nos recuerda a la clásica novela lésbica de Radclyffe Hall, aunque el tono de esta cinta se centra más en los sentimientos femeninos que en la sexualidad. Todos estos referentes no le dirán nada a la nueva generación pero son anclajes con el pasado del cual “La viuda” es un recordatorio que permite a Jordan impartirle un significado contemporáneo. La película nos lleva a otros títulos del siglo pasado (¡Muere, muere, querida mía!, 1964, Silvio Narizzano, o tan evidente como Psicosis de Hitchcock) donde la madre posesiva llegaba a extremos irracionales. La necesidad del cine contemporáneo por traer de vuelta temas y argumentos del pasado para proponer un matiz posmoderno, cercano a las exigencias tan efímeras y superficiales de los nuevos espectadores.
         La trama nos muestra a dos mujeres de clase acomodada. Frances acaba de graduarse de Smith, una prestigiosa universidad, y vive al lado de Erica en el departamento que el padre de ésta le ha comprado en un barrio lujoso de Nueva York. Trabaja como mesera en un restaurante de primera categoría contra lo que uno esperaría de una chica universitaria pero habrá que unir la pérdida reciente con el sentimiento actual de no pertenencia social que la nueva generación demuestra en muchos casos. Por su parte, Greta queda como incógnita: aparentemente francesa, en realidad húngara, con un sentimiento maternal de posesión absoluta que debe de satisfacer ante su propia pérdida (ausencia de su hija). Jordan nos ofrece el contraste entre dos personas de diferentes edades que representan a la sociedad actual con enfoques opuestos de sus realidades y necesidades.
         Jordan contrató a dos de las mejores actrices del cine actual: Huppert con su vasta experiencia en personajes enigmáticos y oscuros contra la claridad y dulzura visible de Moretz. Aparte de aprovechar la picardía y talento de Maika Monroe (a quien se le recuerda en Está detrás de ti), aparece uno de sus actores icónicos, Stephen Rea al cual podemos encontrar en muchos de sus títulos significativos (El ocaso de un amor, Entrevista con el vampiro, entre otras). La viuda es uno de los grandes estrenos en lo que va de 2019 aunque su camino de distribución ha sido lento desde que apareció en San Sebastián durante 2017 y apenas va apareciendo por América Latina.
El realizador Neil Jordan con su actriz Chloé Grace Moretz
y las carnadas tenebrosas para chicas ingenuas