domingo, 15 de junio de 2014

EL AMOR VERDADERO

Maléfica
(Maleficent)
2014. Dir. Robert Stromberg.


            En uno de esos casos raros en que se exhiben las películas de Disney sin el molesto y ridículo doblaje, pude disfrutar con mayor razón este autohomenaje que se brinda Angelina Jolie (coproductora de la cinta) como la villana de La bella durmiente en otra lectura. Maléfica es un hada, por lo tanto alada, aunque con características exclusivas: tiene cuernos y sus alas son negras. Conoce la amistad que llega a transformarse en amor para ser traicionada. Aurora, quien será la durmiente, es hija del hombre que le robó sus alas y la engañó para alcanzar el trono (la misma Jolie ha expresado que este acto simboliza a las violaciones que sufren las mujeres). Maléfica hará lo que conocemos de la trama, según la cinta animada de Disney, lanzando una maldición. En los dieciséis años que deben pasar para que se cumplan sus malos deseos, Maléfica cuida de Aurora y llega a arrepentirse de su acción porque aprende a quererla. Al intentar la revocación de su maldición, se entera que ya es imposible. Así, se llegará al momento anunciado.



            La película habla del amor verdadero, del cual nadie cree, ni Maléfica por la traición que sufrió de su amado, ni el Rey que decidió sacrificarse por su ambición y vanidad. En un giro poético y sublime, la villana demuestra que en realidad es sensible y puede alcanzar la redención. El amor maternal (o su equivalente) es algo más que verdadero y sin restricciones (en la mayoría de los casos, porque ya sabemos que existen hienas humanas). La cinta es una serie de efectos especiales muy bien logrados, que posee humor e imaginación. El reino mágico, fantástico, donde vive Maléfica, está poblado de hadas, duendes y otros personajes tenebrosos en su aspecto físico aunque inofensivos.



            La narración es ágil. No se pierde tiempo en elaborar ni en explicar. El ritmo no decae y la trama se dedica a lo que importa, sin dejar de lado las miradas ni los gestos ni los momentos de soledad que le dan sentido a los personajes. Aurora (Elle Fanning) es la dulcificación absoluta y empalagosa, pero esos fueron los dones de sus hadas madrinas. El príncipe (Brenton Thwaites, el joven de Oculus) es alguien que llega de improviso, la conoce, pero no llega a enamorarse al grado de poder despertarla. El rey (Sharlto Copley, con facciones duras, imposible de creerle sinceridad) es un hombre ambicioso, cruel, quien vive con el remordimiento de sus acciones, aunque su rechazo y odio se deben a las predicciones fatales para su hija. Es lo interesante de esta vuelta de tuerca al cuento de hadas: los personajes son contradictorios como la naturaleza humana, por lo que llegan a ser símbolos de nuestra realidad. El realizador Stromberg debuta con esta cinta luego de haber sido especialista en efectos visuales. Se nota.



            No obstante, la película pertenece al personaje de Maléfica y a Angelina Jolie. Presencia constante, permite que la excelente actriz (disminuida por el chisme fílmico) se muestre con diversos matices. El rostro anguloso (debido también a su delgadez) es todavía intensificado, destacado, por el maquillaje (esos labios rojos) y la espléndida fotografía. Es fascinante y atrapa al espectador ávido de emociones. Casi en los albores de la cuarentena, ha crecido como actriz y gran personalidad. Maléfica es una extraordinaria fábula sobre el amor y sus consecuencias.