jueves, 31 de marzo de 2016

RECUPERAR LA HUMANIDAD


EL HIJO DE SAÚL
(Saul Fai / Son of Saul)
Hungría - Israel, 2015. Dir. László Nemes.

 


         Saúl (Géza Röhrig, excelente) es un sonderkommando en Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Es una de varias personas que se dedican a llevar a las futuras víctimas judías a las cámaras de gases. Primero les despojan de sus ropas, ya desnudos los meten al espacio donde se suministra un gas venenoso. Ya muertos, hay que sacar los cuerpos a la cremación, limpiar el lugar, revisar las ropas para buscar objetos de valor. Saúl es también judío, pero este trabajo le permite ganar tiempo. Cierto día, un jovencito sobrevive pero el médico lo asfixia. Saúl le ruega que le entregue el cuerpo porque es su hijo. Una fantasía que se ha creado para volver a humanizarse.

Saúl sufre humillación y vejaciones


         La película es claustrofóbica y oscura. Sobre todo porque ha utilizado el formato clásico del cine que se usaba en sus inicios (1,33:1) pero además porque las tomas en su mayoría se resuelven como acercamientos al rostro de Saúl (close up) haciendo que el entorno se perciba borroso. Toda la atrocidad del asesinato de víctimas simplemente se sugiere porque el espectador mira cuerpos difusos, escucha gritos, nota los rostros de los personajes y todo lo demás está fuera de foco. Eso hace que la cinta sea pesada para el espectador visualmente aunque como discurso sobre la injusticia del hombre hacia el hombre se torne impecable y repetitiva.

El hombre busca desesperadamente
a un rabino para enterrar a "su hijo"


         Saúl busca a un rabino para el ritual apropiado. Defiende el derecho de enterrar a “su hijo” hasta exponiendo su propia vida. El actor es excepcional, aunque la cinta provoque sentimientos diversos. En la función que me tocó ver estábamos apenas cinco o seis personas. Una pareja de mediana edad se salió a la hora de proyección. Uno recibía los golpes de esa terrible realidad y se horrorizaba ante los extremos que pueden alcanzar la crueldad y la pusilanimidad. Al haber ganado el Óscar como mejor película extranjera la había rodeado de suspicacias. A estas alturas de la historia, ya se nota como autocomplacencia y morbo seguir insistiendo en los terrores del pueblo judío y la maldad de los alemanes, pero… ha sido la misma sociedad judía que la ha cofinanciado quizás con el afán de mantener otra de sus tradiciones. Bajo su riesgo.  
 
Un excelente actor cuyo rostro aparece
en acercamiento un 90% de la película
¿Será el comienzo del fin para László Nemes?
 

 

 

viernes, 25 de marzo de 2016

HÉROES VULNERABLES


BATMAN VS SUPERMAN: EL ORIGEN DE LA JUSTICIA
(Batman v Superman: Dawn of Justice)
2016. Dir. Zack Snyder.

 


            Al llegar Superman (Henry Cavill) a salvar a Lois Lane (Amy Adams) de unos mercenarios en África, estos propician la muerte de muchos inocentes. Al ocurrir la invasión de Metrópolis por extraterrestres, el billonario Bruce Wayne (Ben Affleck) pierde un edificio y a muchos de sus empleados. La opinión pública se lanza contra Superman, aparte de tener el odio gratuito de Wayne, o sea Batman. Lex Luthor (Jesse Eisenberg) busca la manera de aniquilar al hombre de acero consiguiendo kriptonita que se encuentra en el Océano Índico. Y así van sucediéndose diversas situaciones que pondrán (u obligarán) a que los dos héroes se enfrenten hasta que llegue la hora de la verdad.
 


            Impactante narración por un maestro de la acción y el suspenso que sabe utilizar las elipsis visuales para darle flujo a la trama. Momentos casi imperceptibles donde se establecen parámetros (“toda acción es política” exclama Andrew Sullivan, líder en la vida real de los derechos gay) o secuencias oníricas que anticipan y correlacionan a los dos héroes (“hay que salvar a Martha” percibe Wayne en un sueño que luego le permitirá evitar la aniquilación injusta de su enemigo: los nombres de sus madres coinciden) o parábolas visuales que enfatizan la humanidad de quien se considera metahumano (Clark reencuentra al espíritu de su padre para dejar clara la añoranza de otros tiempos ingenuos).

 
            La importancia de esta película reside en su discurso acerca de un mundo constantemente amenazado. Por un lado puede reflejarse la paranoia que ya no es exclusiva del norteamericano (consideremos lo que acaba de ocurrir en Bélgica y el año pasado en Francia) y la intención de buscar soluciones que permitan la paz. Lo que hubiera sido mera acción ilustrada, va construyendo un retrato del estado actual de la humanidad en esas metáforas colectivas que se llaman Metrópolis y Ciudad Gótica. Todos resultan vulnerables de alguna u otra manera: la justicia es violentada por un paria social y no se diga de los héroes principales.



            Por otro lado, no estamos ante la recreación visual de historieta. Ese ha sido un gran error para los supuestos fanáticos de los personajes que llegan con expectativas falsas a la proyección: es una lectura contemporánea de dos hombres que tienen astucia y recursos económicos, por un lado; poderes y buenas intenciones por otro. No es gratuito que Bruce Wayne se despierte y haya una mujer en su cama: alguna aventura casual. Es la inocencia de Superman lo que le lleva a asistir a la corte de justicia sin imaginar que volverá a haber muerte y caos contra su voluntad y ante su invulnerabilidad. Tampoco es un capricho la inclusión de Marvila (o Mujer Maravilla) como ente acompañante (se anticipa otra serie con la Liga de la Justicia: Aquaman, Flash, entre otros).
 
            Ben Affleck y Henry Cavill están perfectos en sus papeles tanto en presencia como actuación. Amy Adams es una actriz camaleónica ya sea en cintas pequeñas o de gran presupuesto. Sin embargo, la estrella principal es el director. Luego de su relectura apasionante y tenebrosa de El amanecer de los muertos para ofrecernos esa épica visualmente espléndida y homoerótica 300 y luego deslumbrarnos con El hombre de acero, Zack Snyder se coloca en los estratos superiores del cine norteamericano del nuevo milenio. Su dominio del género y su fluida narración hacen que la película no se sienta larga ni pesada. Al terminar uno no puede creer que hayan pasado dos horas y media porque ha sido bombardeado con ideas, personajes, destrucciones y reflexiones. El gran entretenimiento inteligente que no es aceptado por quienes ya han sido dañados por la filmofagia que no llega a ser digerida. Una de las grandes películas del año.

miércoles, 23 de marzo de 2016

AL FINAL QUEDA LA AMISTAD


TANGERINE: CHICAS FABULOSAS
(Tangerine)
2015. Dir. Sean Baker

 


            Sin-Dee (Kitana Kiki Rodriguez) y Alexandra (Mya Taylor), dos prostitutas transgénero, están reunidas en una tienda de donas, celebrando la libertad de la primera que estuvo un mes tras las rejas. Sin querer, a Alexandra se le sale comentar que el novio de Sin-Dee la ha engañado con una mujer. Esto provoca su rabia y se lanza a buscar al tipo y a la culpable de su enojo. Alexandra, por su lado, está invitando a todo mundo que encuentra, a su acto musical esa noche. Otro personaje que se presenta aparte, es el taxista armenio Razmik (Karren Karagulian) del cual vemos varias experiencias que tiene con algunos pasajeros. Esa es básicamente la trama de esta historia sencilla, que sucede en un solo día: la víspera de Navidad en los barrios bajos de Los Ángeles.

Celebración de la libertad de Sin-Dee
con una dona navideña; inicio de la jornada
de un día hacia la noche.


            La cinta se sumerge en este submundo de la manera más natural. Se muestra a personajes que evitan la soledad refugiándose en la amistad. O en el caso de Razmik, lo hace en el matrimonio. Si para las chicas transgénero, lo natural es ejercer el oficio y amar al personaje equivocado, al taxista le conviene una familia a donde llegar aunque en realidad se encuentre insatisfecho (le gusta realizar felaciones en los genitales masculinos de estas mujeres). Todos irán a converger en la misma tienda de donas del inicio para que se aclaren las cosas y finalmente triunfe la mencionada solidaridad amistosa.

El taxista armenio


            Un retrato del sórdido Los Ángeles que usualmente se evita en las grandes producciones de Hollywood (y si lo hace, es de manera aséptica). Un retrato de la realidad profesional: mujeres o transgéneros o transexuales que asumen como un hecho la prostitución y todo lo que haya alrededor como accesorio. Un retrato de la tradición anulada por el comercio norteamericano. Un supuesto drama con aires de comedia que tanto lleva a la tristeza como mueve a la risa. Las dos protagonistas principales debutan en esta admirable película y ofrecen actuaciones espléndidas.

El padrote es el gran amor de Sin-Dee


            Fue filmada con Iphones 5s, modificados y con aditamentos para obtener un formato anamórfico que no muestra diferencia en pantalla. Tiene la calidad visual de cualquier cinta filmada con grandes cámaras profesionales y eso hace preguntarnos acerca del futuro del cine. Como curiosidad, entre los pasajeros del taxi aparece el legendario actor, de cine del oeste y series de televisión, Clu Gulager ( a los 87 años de edad) quien interpreta el rol de un anciano solitario, de ascendencia cherokee, que cuenta su realidad al taxista. Como siempre sucede, ciertos títulos interesantes aparecen en una sala, sin mayor publicidad, a pesar de pertenecer a las listas de grandes películas de su año. Si la alcanza, véala. O búsquela más adelante en vídeo o por su computadora.

Las actrices con el director Sean Baker
 

sábado, 19 de marzo de 2016

PAÍS QUE DUELE


GRINGO
2014. Dir. José Luis Solís Olivares.

 


            Gringo o el dolor. Omar (Fernando Álvarez Rebeil) y Esperanza (Ana Ochoa) han vuelto al país luego de cursar estudios en el extranjero para encontrarse en un Monterrey envuelto en la violencia de la guerra contra el narcotráfico. La madre del joven (Leticia Huijara) se encuentra trastornada por un hecho ocurrido en el pasado donde murió el padre.

 


            Gringo o la amenaza cotidiana. Al recibir una propuesta de trabajo en Estados Unidos, Omar viaja hacia la frontera y le acompaña una joven que trabaja ayudándole con su madre. En el camino es detenido por unos policías municipales en contubernio con unos narcotraficantes que llegan, amenazan sin consecuencia, bajan y suben (¿vejan?) a la empleada en un vehículo de ellos.



            Gringo o la tristeza. En contraste con la situación de su suegra, Esperanza se entera que espera un hijo. Recorta el contorno de la República Mexicana en un mapa para envolver la prueba de embarazo.
 
Omar, por su parte, llega a la hacienda La querencia en la frontera, propiedad de su padre, para desenterrar el ataúd que lleva el cadáver de quien murió en un ataque de narcos, y tirarlo al agua de ¿una laguna? Tan triste como un corrido que canta el encargado de la hacienda cuya casa está llena de agujeros por balas de metralleta.



            Primer largometraje de Solís Olivares con guion premiado donde ofrece cierto testimonio de un momento crucial en la historia de su estado: el arranque de la violencia que dio lugar a muchas víctimas por la llamada guerra del narco. Una pareja sale del país y al retornar lo encuentra consternado por su realidad. En lugar de permanecer en él, busca una salida: el exilio que será la única manera de asegurar algún futuro (profesional y, como nos enteramos, simbolizado por el hijo que viene). En esta cinta, ambos tienen la alternativa intelectual que les permitirá sobrevivir en otro lugar, pero se siente, se nota, que es a pesar suyo. El país duele, causa tristeza, pero es amenazante. La cinta deberá crecer en importancia con el tiempo. Ahora, por lo pronto, estruja y nos resulta cercano. Uno no puede permanecer insensible.



Nota- la película, exhibida en Cineteca Nuevo León, puede ser vista por el servicio casero de cine: cinemauno.com

ATAQUE A LA RAZÓN




HOMBRE IRRACIONAL
(Irrational Man)
2015. Dir. Woody Allen.





            La razón es acosada por tantas preguntas que no puede responder expresa el maestro de filosofía Abe Lucas (Joaquin Phoenix, panzón) mientras se dirige a su nuevo empleo en la Universidad de Braylin para impartir un curso de verano. Es un hombre decepcionado de la vida porque alguna vez intentó cambiar al mundo y solamente le trajo iniquidad. Conoce a la maestra Rita (Parker Posey, terrenal) quien se le insinúa y posteriormente tendrán sexo, así como a su alumna Jill (Emma Stone, carismática) quien se impresiona con los sufrimientos y malas experiencias vividas por el hombre que llega al grado de sentirse atraída hacia él, a pesar de amar a su buen novio. Cierto día, en un restaurante, ambos escuchan las quejas de una mujer que ha sufrido una injusticia: un juez le quitará la custodia de sus hijos simplemente porque es amigo del abogado de su ex marido. Abe empieza a pensar que él podría ayudar a la mujer asesinando al juez. No hay ninguna relación entre ellos, tampoco conoce a la futura víctima, por lo que sería un crimen perfecto. En ese momento, el hombre recupera la alegría de vivir. Ha escogido lo que le permitirá tomar control de su vida y comienza a planear su crimen. De esta manera, por fin y a su modo, podrá cambiar al mundo.


Abe y Jill escuchan las quejas de la madre
que perderá la custodia de sus hijos
debido a un juez corrupto


            En su cuadragésimo quinto largometraje, el maestro Allen nos ofrece un compendio de su obra previa. Hay ecos de Crímenes y pecados (1989), La provocación (2005) o Los inquebrantables (2007), sin que se dejen de encontrar personajes ya conocidos de sus películas. El crimen cometido por otro (tema hitchcockiano por excelencia) que no tendrá culpa directa desde el momento que no hay relación entre asesino y víctima servirá para que el oscuro profesor Abe reflexione que el mundo sería mejor si ciertas personas murieran. Utilizando argumentos existencialistas, hay un discurso sobre la ética personal. Por otro lado, el mundo moral que, estrictamente, no permitiría la mentira, da lugar a una confrontación entre las bondades de la teoría que en la realidad no pueden aplicarse. Las ideas filosóficas son masturbaciones mentales hasta que Abe decide convertirlas realidad. A los ochenta años, Allen ofrece su visión particular de lo que es el estado del mundo, su deterioro y su equilibrio.


Al planear su crimen, Abe se siente feliz
y visita una feria junto con Jill.
Su interior está distorsionado como estas imágenes


            Narrada por los dos personajes principales hasta que la trama converge en un momento clave, el espectador queda sorprendido al descubrir el camino que va tomando. Allen utiliza a su adorada filosofía a través de sus pensadores favoritos (Kierkegaard, Nietzsche, Kant) como hilo conductor y motivo de explicación de las acciones de su personaje principal. Paradójicamente, el hombre que domina las ideas que dan sentido a la razón, viene a realizar actos que van contra ella. El maestro Allen nos invita a pasar un rato muy entretenido sin dejar de lado el requerimiento de pensar, discutir, o seguir reflexionando acerca de las facetas de nuestras existencias. Cada cinta de Allen nos deslumbra. Los giros de sus tramas que, en ocasiones, son variaciones sobre un mismo tema para conectar sus puntos comunes, nos permiten disfrutar, y el deleite de aceptar, estas relecturas dentro de una misma obra esplendorosa.

 El maestro Allen acompañado de sus actrices
en el Festival de Cannes 2015

sábado, 12 de marzo de 2016

CÍNICA Y TRIUNFALISTA: MUCHO ENTRETENIMIENTO


LONDRES BAJO FUEGO
(London Has Fallen)
2016. Dir. Babak Najafi.

 
         Hace tres años escribí sobre "Olimpo bajo fuego" (Olympus Has Fallen, 2013, Antoine Fuqua):Lo que sería un mero discurso de la hegemonía norteamericana respecto a su posición como el gran país del mundo se convierte en gran entretenimiento y en otro episodio más de la serie con el súperheroe invencible y sobrenaturalmente invulnerable. Mike Banning (Gerard Butler en su mejor momento físico) es un agente del servicio secreto que cae de la gracia de su gran amigo, el Presidente de los Estados Unidos (Aaron Eckhart), luego de una tragedia inesperada. Año y medio más tarde, Banning hace trabajo de oficina mientras la Casa Blanca sufre otro inesperado ataque que secuestra al mandatario y que hace que el ex agente pueda vivir su redención salvándolo”.




         Ahora, Banning está casado y es el jefe de vigilancia del presidente. Se encuentra tomando la decisión de renunciar porque su esposa está a punto de tener un bebé y desea otro tipo de vida. Sin embargo, la noche previa a que escriba su carta de dimisión, es notificado por su jefa que el mandatario deberá viajar inesperadamente a un funeral de estado a Londres. Antes de que esto suceda, hemos sido testigos de un prólogo donde un blanco en el medio oriente es bombardeado porque ahí se encuentra uno de los criminales más buscados, sin que importa la presencia de una niña en los alrededores.


 

         El Presidente llega a Londres y repentinamente comienzan ataques multitudinarios que asesinan a la jefa de estado alemana, al primer ministro canadiense, a una personalidad japonesa, entre otros. Banning y su jefa protegen al Presidente norteamericano encontrando muchos obstáculos en el camino ya que se han intervenido las centrales eléctricas y de comunicaciones. Lo que desea el enemigo es capturar al mandatario norteamericano y matarlo por internet.




         En la cinta previa los villanos eran coreanos y en este caso pertenecen al contorno islámico. Durante la cinta comienzan a surgir los dilemas morales usuales en este tipo de discursos: ¿Quién tiene la razón? La visión triunfalista de occidente (permanece esa insistencia en la hegemonía suprema de los Estados Unidos) habla de la gente inocente que ha sido muerta por otros intereses sin que haya, por lo tanto, reflexión sobre el bando contrario: al atacar al enemigo muere mucha gente inocente. El pretexto reside en que el villano es criminal sádico y sus acciones se basan en la venganza personal. Sin embargo, esa posición de Hollywood ante los momentos bélicos ha sido constante (Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam)...
 
 
         Mientras tanto, los efectos especiales son extraordinarios. Igual que en la cinta previa éramos testigos de la destrucción de la Casa Blanca, ahora Londres sufre la pérdida de sus puentes sobre el Támesis, además del ataque a edificios que ya son legados de la humanidad. Mientras tanto, la acción es constante y estridente, con toda la apariencia de un videojuego. Es el tipo de película que apasiona al espectador sin que se le solicite reflexión ética o moral cuando, por ejemplo, el vicepresidente expresa al enemigo: “A aquellos que amenacen nuestra libertad, lo enfrentaremos y, sin equivocarnos, los encontraremos y destruiremos”.


         En esta cinta Gerard Butler sigue luciendo una extraordinaria presencia física aunque el rostro ya tiene más arrugas: su personaje se vuelve contundente en cinismo y arrojo, además de mostrarse implacable y cruel ante los enemigos que asesina. Aaron Eckhart y Morgan Freeman repiten sus roles como presidente y vicepresidente norteamericanos. En el caso del staff presidencial vuelven a aparecer Melissa Leo y Robert Forster, aunque vienen a ser meros adornos icónicos, sin diálogos ni mayor trascendencia.




         Realizada por Babak Najafi, un realizador de origen iraní, aunque su carrera se ha desarrollado sobre todo en Suecia, distinguido por su manejo de la acción (Dinero fácil 2, 2012) que ahora muestra con un gran presupuesto. Uno extraña al riguroso Fuqua de la cinta previa, pero aquí se repite la premisa original del cine desde sus inicios: hay que entretener al público. Uno se emociona, queda envuelto en la vertiginosa cascada de imágenes, acciones y situaciones que van más allá de la realidad (aunque uno teme que, de pronto, se tornen en horripilantes verdades).