miércoles, 20 de octubre de 2021

EN ESPERA DEL ELEGIDO

DUNA
(Dune – Part One)
2021. Dir. Denis Villeneuve.

         Adaptación parcial de uno de los libros icónicos de la ciencia ficción en los años sesenta. Frank Herbert escribió esta novela que adquirió tanta fama y lectores que todavía alcanzó a escribir otras secuelas y, aún fallecido, su hijo se dio a la tarea de perpetuar la saga: ahora hay 14 libros en total. La cinta, por lo tanto, establece personajes y ofrece una especie de prólogo a la acción que sucederá con el Duque Paul Atreides (Timothée Chalamet) ya dentro de una civilización vieja (los fremen), subyugada, nativa realmente del planeta Arrakis que estuvo sometida por 80 años por la raza Harkkonen cuyas primeras buenas intenciones de mejorar las condiciones de vida, se cancelaron al descubrir la abundancia de “Especia”, algo que podría considerarse como combustible (petróleo) y, en el caso de la novela, metáfora de alguna droga (por eso, en algún momento, el personaje de Paul es afectado mentalmente debido al contacto con el mineral). El emperador intergaláctico ha pedido a la Casa Atreides que ahora sea quien mande sobre Arrakis. En realidad, es un plan para aniquilarla. Al ser la mitad de toda una novela, esta primera parte fascina por su aspecto visual e intriga por lo que promete para su desenlace.


         Debe de considerarse que “Duna”, novela, vino a influenciar a muchos de los creadores fílmicos. El caso más notable y notorio es La guerra de las galaxias (Lucas, 1977 – 2019) e infinidad de otros títulos. Se nota la mano dominante del realizador Villeneuve cuyas cintas previas dentro del género (La llegada, 2016; Blade Runner 2049, 2017) fueron ensayos para el esplendor visual. Desde el inicio, con las exóticas naves, de formas distintas, tamaños imponentes, se va estableciendo una atmósfera alejadísima de la imagen de sociedad de siglo XXI. Es el año 10,191. Lenguajes, costumbres, vestuarios que van mezclando lo moderno con aquello primitivo y terminar siendo un todo indefinido. Hay misticismos (se habla de un elegido, un Mesías; hay batallones de soldados que aparentemente están siendo guiados por un líder espiritual), comunicación extra dimensional (una forma de uso de voz, una caja que causa dolor, una sociedad femenina con ciertos poderes y mandatos divinos), protección electromagnética en el momento de lucha, aprendizaje por maestros guerreros.

         Paul Atreides se encuentra en un momento de confusión personal. Se ha enterado de que pudiera ser el esperado, el elegido. Tiene sueños que predicen un futuro de esperanza, pero también de sangre. Va entendiendo, apenas, su destino. La cinta cumple con preparar al personaje para que se desarrolle en su totalidad más adelante (en una esperada y esperanzadora segunda parte), además de ofrecerle al espectador otro tipo de disposición. Así, su relación con el pueblo fremen se vislumbra someramente. Una cinta sobre el futuro y la constante necesidad del héroe prometido, del que vendrá a ofrecer realidades alejadas de tristes presentes.

El realizador y su actor en el Festival de Venecia 2021



martes, 12 de octubre de 2021

LA FARSA Y EL HUMOR

 

VENOM: CARNAGE LIBERADO
(Venom: Let There Be Carnage)
2021. Dir. Andy Serkis.

         Eddie Brock (Tom Hardy) sigue hospedando al simbiótico extraterrestre Venom dentro de sí mismo, quien desea tener acción, perseguir tipos malos y comérselos. Eddie, enamorado todavía de Anne (Michelle Williams) decide reactivar su carrera como reportero, entrevistando al criminal Cletus (Woody Harrelson) quien se encuentra en espera de ser ejecutado. Un prólogo nos ha mostrado a Cletus en un manicomio, donde conoce a Frances (Naomie Harris), pero son separados, sobre todo porque la mujer puede gritar tan fuerte que afecta a las personas. Al entrevistarlo, Venom sale de Eddie y enfrenta a Cletus mordiéndole un dedo. Así, Cletus absorbe parte del monstruo y, al estar en el momento de su ejecución, adquiere la fuerza necesaria para convertirse en Carnage, versión roja y poderosa de Venom. Enojado por la manera en que Eddie le trató en la publicación de su entrevista, rapta a Anne para atraerlo y enfrentarle.

         Secuela de la excelente Venom (2018. Dir. Ruben Fleischer), ahora se ofrece otra aventura del héroe dual que mantiene dentro de sí a una fuerza malévola, pero controlable, a la cual ha tenido que condicionar para evitar que coma seres humanos y se alimente de pollos y chocolate. A la cinta ya no le importa la naturaleza de los extremos morales, ni las vicisitudes del héroe. Ahora, con buen ritmo y mucho sentido del humor, estamos ante una comedia romántica donde hay una pareja malvada (Cletus y Frances, a la cual apodan “Shriek”, por su potente grito), que se equilibra con otra, cuyo amor no puede resolverse debido a la diferencia de temperamentos y a la realidad de Eddie con su huésped. Sin embargo, Carnage no posee los límites que Eddie le ha puesto a Venom. Mientras Cletus es Carnage, no importa el amor ni la solidaridad de la pareja. Así, se cumple el objetivo de una cinta basada en historieta donde debe de cumplirse el triunfo del bien sobre el mal.

         Personaje considerado menor que se le escapó a Marvel para ser desarrollado por Columbia Pictures (igual que Spiderman, de cuya nueva secuela hay una promoción interna en esta película), en lugar del universo creado por la exFox, y que llegó a ganar 850 millones de dólares en su propuesta original, ahora es obra coescrita y producida por Tom Hardy: actor inteligente que supo darle otra dimensión a su personaje. Era necesario (como sucedió con el genial Deadpool) introducir el humor (toda una secuencia de acción mantiene al espectador en ascuas, además de hacerle reír) y la farsa en el personaje del villano (Cletus mató a su abuela, electrocutó a su madre y asesinó a su padre) al mantener sarcasmo e ironía en sus acciones, su trato de la pareja, su odio hacia Eddie que, en verdad, buscaba otro propósito sentimental y que suena cursi (ya lo descubrirán, sobre todo porque es Woody Harrelson). Lo que en la cinta original era el aprendizaje de vivir con esta fuerza maligna dentro de un hombre cabal y su lucha contra el responsable de la existencia de este monstruo, ahora ya deviene equivalente de “héroe”: muy inteligente enfoque.

El director Andy Serkis y el productor-guionista-actor Tom Hardy



 

domingo, 10 de octubre de 2021

DESPERDICIAR LA VIDA

 

DÍAS DE INVIERNO
2020. Dir. Jaiziel Hernández Máynez.

         Néstor (Miguel Narro) vive en un pueblo al norte de Coahuila, junto con su madre viuda Lilia (Leticia Huijara), quien acaba de perder su empleo por reducción de personal. Ambos viajan a Guanajuato donde tienen una cabaña campestre para venderla. Ahí, Néstor encuentra, entre viejos papeles, un examen de la Olimpiada matemática, que habla de un lobo atrapado entre perros. Al haberlo reprobado, Néstor abandonó la escuela y ahora trabaja como recepcionista nocturno de un hotel. A partir de este momento, Néstor se obsesiona con el problema relacionándolo con su vida personal, la gente que le rodea y las situaciones que se le presentan. Deberá tomar una decisión importante.

Néstor

         Intimista ópera prima del coahuilense Hernández que nos habla de cómo podemos desperdiciar nuestras existencias por algún momento irracional, por el sentido de responsabilidad, por las circunstancias que nos rodean, por el vacío cotidiano. El problema matemático del lobo atrapado en un espacio cuadrado donde hay obstáculos en sus esquinas, y pide que se busque la solución para que el animal escape, se convierte en metáfora de la realidad de Néstor que ha estado ocurriendo desde muchos años atrás, pero que ahora le ha inquietado y empieza a presionarlo anímicamente.

La madre

         Esa realidad se define en la responsabilidad hacia la madre: pudiera ser la soledad (sus dos hermanos han partido hacia Estados Unidos y han construido nuevas vidas) o la fragilidad (defenderla ante cualquier vicisitud). También está su sentido solidario (visita con frecuencia a su vecina anciana y viuda que ya va cayendo en la demencia). Además, y más importante, su propia devaluación: al jugar beisbol fracasa y recuerda cuando su hermano pertenecía al equipo y metía carreras: los demás integrantes lo valoraban y Néstor quedaba fuera de la jugada. Aparte, está su novia, con la cual tiene planes que se irán disolviendo ante las expectativas que ella adquiere basadas en su relación.

La vecina


El hermano

         La cinta va cerrando su discurso: Lilia es, en realidad, todavía, una mujer responsable, que vive su vida, contra la posible necesidad de protección (hay una secuencia muy significativa cuando ocurre un accidente en un camino de terracería). Ni su vecina ni su novia requieren de su presencia. La cercanía con un huésped norteamericano que ha venido a realizar el trabajo sucio de una empresa que le ha contratado para hablar a sus empleados y ofrecer discursos vacíos, deja en claro que la vida no es predecible y todo puede cambiar de un momento a otro. Néstor se torna en lobo que ha encontrado una ruta de escape para no seguir desperdiciando su vida.

El realizador Hernández Máynez en rodaje



 

        

viernes, 1 de octubre de 2021

LOS DEMONIOS INTERIORES

 

PESADILLA EN EL HOTEL NORMANDIE
(The Night / Aan Shab)
2020. Dir. Kourosh Ahari.

         “Existen multiversos y un universo… ¡Y un verdadero universo!...” es el epígrafe previo a que acompañemos en su viaje hacia el interior del matrimonio conformado por Babak (Shahab Hosseini, extraordinario) y Neda (Niousha Noor), iraníes radicados en Los Ángeles, que son padres de la bebé Shabnam. Luego de una reunión entre amigos, donde la pareja anfitriona les invita a pasar la noche porque ya es muy tarde, el obstinado Babak insiste en partir hacia su casa. Neda le sugiere que ella manejará, pero Babak no acepta. En el trayecto, su GPS se desestabiliza y aparentemente Babak atropella a un gato. Ante la situación, Neda le pide que vayan a un hotel para evitar accidentes. Llegan al primero que encuentran en el camino donde el recepcionista les informa que solamente queda una suite disponible. Así inician la noche. Empiezan a suceder situaciones extrañas: Babak baja con su niña buscando agua caliente para preparar un biberón. El recepcionista le empieza a contar que fue testigo de verdaderas tragedias como magnicidios, incendios y asesinatos. En ese momento llega Neda quien le pide que le deje a la pequeña y se vaya a acostar. Ya en su habitación, Babak se recuesta y en ese momento aparece Neda que estaba en el baño: ambos bajan rápidamente a recuperar a su bebé, ahora solitaria en el vestíbulo…

         Golpes en la puerta que al abrirse dejan ver que no hay nadie. Un niño que pregunta por su madre. Un dolor de muelas que se va incrementando según pasa el tiempo. Un policía que llega a interrogarles luego de que han reportado sus incomodidades. Y así va pasando el tiempo sin que parezca que avance. Tanto Neda como Babak irán primero desconfiando de su realidad hasta que haya elementos que los reúnan en sus temores. Un personaje solitario y siniestro le comenta a Neda que “solamente con la verdad llegará un mañana”. La atmósfera es tan irreal, pero de pronto vuelve a conectar al espectador en una realidad aparente, para reencontrarse con las alucinaciones. El tono es de un horror contenido y la atmósfera es de pesadilla viviente. Su gran cualidad es que, a pesar de que hay repetición de situaciones fantásticas, el ritmo no se interrumpe ni la atención cede. El espectador, con las pistas recibidas, está constantemente tratando de adivinar lo que está sucediendo porque vuelve a recordar el epígrafe de “un verdadero universo”.

         Por supuesto que se notan influencias y homenajes. De manera obvia, el cinéfilo se acuerda de El resplandor (Kubrick, 1980), por esos corredores largos, ahora con un niño en ellos. Una copia de “La reproducción prohibida” de Magritte permite el recuerdo de Barton Fink (Coen, 1991). La disociación de personas tiene un antecedente en Identidad (Mangold, 2003) o simplemente el enfrentamiento con los demonios interiores que está presente en 1408 (2007, Hafstrom). No tenemos nuevas historias: hay estilo e imaginación para reconvertirlas y que provoquen nuevamente la curiosidad y el florecimiento de emociones. En este caso tenemos una cuestión de etnia: la pareja iraní que habla farsi entre ellos y con sus amigos, pero manejan el inglés con los norteamericanos para dejar constancia de que las raíces no se rompen ni ocultan. Babak ha llegado cinco años atrás a Estados Unidos y hasta un tiempo reciente ha podido traer a su esposa a vivir con él: esto será importante para una revelación que podría ser verdad o simplemente parte de la imaginación del marido que posee sus propios secretos.

 Un intenso actor: Shahab Hosseini

         Estamos ante un espléndido ejercicio de horror interior y de suspenso. Dos actores de excelencia (sobre todo quien interpreta a Babak) no permiten que la ilusión se rompa. Desde el inicio, mientras Babak se mira en el espejo, empieza a dudar de lo que es verdad o mentira. Y de manera circular, al final estará frente a otro espejo donde sabrá que siempre está mirando hacia atrás, sin querer enfrentar su realidad que se le ha presentado crudamente durante esta larga e interminable noche para él, pero fascinante y apasionante para el espectador.

El realizador Kourosh Ahari con su actor Shahab Hosseini (izq.)


DESAFIAR LA TRADICIÓN

AL FINAL BAILAMOS
(And Then We Danced)
2019. Dir. Levan Akin.

 

         Merab (Levan Gelbakhiani, excepcional) es un joven bailarín de la escuela nacional de danza en Tiflis, Georgia, donde esta manifestación cultural es la que prevalece como antigua, emblemática tradición que le ha dado identidad a su pueblo. El estricto maestro que diariamente conduce las clases de un grupo de jóvenes aspirantes a pertenecer a la compañía nacional expresa la necesidad de respetar dicha danza, tenerle respeto y, exige a los varones, que mantengan el sentido de masculinidad en este arte, a pesar de que ciertos movimientos de manos y cuerpos sean suaves y delicados. El viejo director de la escuela expresa que “la danza georgiana implica la inspiración de un pueblo”. Cuando llega otro joven que muestra sus buenas aptitudes a la clase, Merab tiene sentimientos encontrados: rivalidad, otro posible obstáculo a vencer para alcanzar su meta; y simpatía, ya que Irakli (Bachi Valishvili) muestra calidez y deseos de compartir cuando ambos ensayan muy temprano, previamente a horarios de clase.

         Merab es hijo de bailarines quienes, desencantados, interrumpieron su carrera dentro de la compañía de danza: ahora se han separado y el joven vive con la madre, mientras que el padre tiene un puesto de fierros viejos en un bazar. Un hermano de Merab, David, también es estudiante de la compañía pero no ha mostrado disciplina. Estos casos familiares sirven para que el maestro esté constantemente criticando y corrigiendo a Merab. El acercamiento hacia Irakli va creando una amistad que alcanza otra faceta cuando ambos descubren que se atraen y llegan al contacto físico. En algún momento, Irakli desaparece. Merab inicia su propio viaje interior: la contradicción entre la masculinidad de la danza contra su deseo y ansiedad por la ausencia de Irakli. La cinta entra en otras etapas y experiencias consecuentes con la nueva realidad de Merab que vendrán a darle su expresión de libertad ante las convenciones sociales y la tradición de la danza.

         El realizador Akin, nacido en Suecia pero con ascendencia georgiana, expresó en una entrevista que la cinta se le ocurrió luego de enterarse del ataque que sufrieron cuarenta jóvenes en Tiflis que deseaban realizar su marcha del orgullo gay en 2013, pero fueron reprimidos y atacados por una marcha alterna organizada por la iglesia y grupos conservadores de Georgia que les excedían de manera numerosa. Al ser país democrático, acepta por ley a la homosexualidad, pero en la práctica la situación es distinta. La película tuvo que filmarse con cierta privacidad. El actor principal, bailarín de danza contemporánea, dudó varias veces antes de aceptar su papel en la película. En sus exhibiciones en Tiflis, la cinta sufrió varios ataques y protestas, pero finalmente se convirtió en éxito de público.

         El tema de la tradición cultural queda representado por la danza nacional y se convierte en el símbolo del conservadurismo que debe transgredirse para que se respeten los derechos de personas que tienen otras orientaciones sexuales e identidades. Merab, al descubrir su naturaleza, se da cuenta de que la única manera para sobrevivir a la incomprensión, la prohibición, la censura, los prejuicios, será enfrentando y modificando a la tradición. En una sociedad que le limita las alternativas de una vida personal, romper con las reglas rigurosas de masculinidad y las normas o estilos inapelables de danzas cultivadas y repetidas desde la Edad Media se convierte en su propio renacimiento personal. Otro paso a la libertad.  (En la foto inferior aparece el realizador Levan Akin, al lado de sus excelentes actores).