lunes, 28 de agosto de 2017

HOMBRES BUENOS Y MALOS




LA TORRE OSCURA

(The Dark Tower)

2017. Dir. Nicolaj Arcel.





         Jake (Tom Taylor) es un adolescente que tiene sueños donde puede visualizar lo que sucede en otros puntos del universo: luego los dibuja. Su padrastro desea enviarlo a una clínica psiquiátrica. Lo que Jake atestigua oníricamente es al Hombre de Negro (Matthew McConaughey) secuestrando jovencitos brillantes para enviarlos con su poder mental a destruir la Torre que se encuentra en el centro del universo: de esta manera, la oscuridad se apoderará de todo para que el mal impere. Jake también ha observado al Pistolero (Idris Elba) quien está a la busca del Hombre para eliminarlo. Al escapar de unos agentes que el Hombre ha enviado para plagiarlo, Jake llega a una casa donde se encuentra el portal para ingresar al mundo donde se topará con el Pistolero. Inicia entonces la persecución y el enfrentamiento.

        



         Síntesis de una larguísima saga perpetrada por el popular y sobrevalorado Stephen King, cuyas novelas mejoran al ser trasladadas al cine en muchas ocasiones (Carrie: extraño presentimiento, Cujo, Sueño de fuga, La hora del vampiro, entre otras), estamos ante otra superproducción veraniega que vuelve a centrarse en el eterno juego moral, ahora con vertientes metafísicas. King se nota inspirado al describir al Pistolero como descendiente de la dinastía arturiana, visualizándolo a través de la metáfora del viejo oeste, dándole entonces una identidad mitológica, fuente de todas las historias del bien contra el mal.





         La película muestra esta batalla donde el destacado Jake viene a ser la presa perfecta para el Hombre de Negro. La cinta es efectiva en su ritmo, que nunca decae, y las buenas presencias de sus protagonistas le permiten llevar a buen fin su cometido. Un resumen fílmico siempre dejará de lado elementos sustantivos pero responderá a sus cuestionamientos; un resumen que evita leer más de 4000 páginas de Stephen King, se agradece con creces, bastante: por eso es mejor en el cine.



DURO DE CUIDAR

(The Hitman’s Bodyguard)

2017. Dir. Patrick Hughes.





         Michael Bryce (Ryan Reynolds) es un guardaespaldas de gran calidad cuyo prestigio se viene abajo cuando uno de sus mayores clientes es asesinado. Darius Kincaid (Samuel L. Jackson) es un asesino a sueldo, encarcelado, quien tiene pruebas contra un dictador de Bielorrusia, por lo que debe ser trasladado a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, desde Londres. Al ser atacado el convoy que lo transportaba, Kincaid es protegido por la agente Roussel (Elodie Yung) quien le llama a Bryce, su ex novio, para que proteja y lleve sano y salvo a Kincaid a su destino. De esta manera inicia una relación tensa entre dos enemigos que están en posiciones opuestas pero semejantes: el guardaespaldas cuida a seres criminales para que no sean ejecutados; el asesino mata a quienes son, en esencia, criminales o sea, malas personas.





         A partir de esta premisa se llega a una discusión moral entre los personajes: ¿quién es el bueno de la película? Es lo que torna deliciosa a esta comedia que se mantiene en un ritmo constante, donde suceden casualidades impensables pero válidas, que permiten la unión de estos dos personajes disímbolos, muy bien delineados (nos enteramos de los antecedentes, motivaciones, y situaciones personales de cada protagonista). La química que surge entre el simpático Reynolds y el siempre poderoso Jackson hace que prevalezca la validez del hombre que es bueno por naturaleza, acorde con Rousseau, o que la fuente del mal está detrás de la razón, según Kant, para utilizar frases muy elementales filosóficas ya que no puede pensarse en una cinta profunda: son las meras líneas de acción que vienen a definir a los personajes que se lo preguntan para justificarse.





         La cinta muestra a una mujer más dura que Kincaid, quien es su mujer Sonia (una jamona y bustona Salma Hayek), además de un dictador terriblemente cruel (Gary Oldman) para ofrecer dos puntos de vista contrastantes acerca de lo que es bueno y malo, matizados o extremos. La justicia debe imperar aunque, tal vez, como está el mundo, nunca será de manera tan drástica. El realizador Hughes nos ofreció la interesante y brutal tercera entrega de Los indestructibles que anticipaba ritmo y atmósfera de esta buena y recomendable comedia.



        

domingo, 20 de agosto de 2017

VERTIGINOSO AMOR MATERNO


MUJER EN LLAMAS

(Kidnap)

2014 – 2017. Dir. Luis Prieto.





         Mientras Karla (Halle Berry), mesera de un restaurante, discute por teléfono con su abogado sobre las intenciones de su ex marido para quitarle la custodia de su hijo Frankie (Sage Correa), de 7 años, éste es secuestrado en el parque de diversiones al cual lo ha llevado. Logra darse cuenta del momento en que lo suben a un auto y entonces inicia una persecución que durará por casi toda la película. La mujer es una madre tenaz que no permitirá que le quiten a su hijo de ninguna manera.





         La cinta es pura acción por lo que el espectador no tiene ningún momento de respiro. La mujer va monologando todo el tiempo sobre lo que está viviendo y asegura lo que sabemos que no dejará de suceder: no va a abandonar tan fácilmente a su hijo. Filmada en 2014 para ser estrenada originalmente en 2015, la cinta sufrió problemas por la quiebra de una de las compañías productoras que fue retrasando su salida hasta este año. Halle Berry fue coproductora, y se nota porque está en escena prácticamente todo el tiempo.





         Debe destacarse además del buen ritmo de la cinta que se utilizan algunos elementos para mantener el interés y la expectativa del público (mostrar que el tanque de gasolina está a punto de terminarse; integrar ciertas amenazas de los secuestradores para alejar a su perseguidora). No obstante, es una película fría: mera acción que impone distancia sobre lo que está sucediendo: uno extraña la diversificación de tensiones y emociones que producen las cintas de la serie Búsqueda implacable (Taken), aunque hay algunos giros inesperados en el argumento. Aquí el tono es igual y estridente. La bella Halle Berry sacrifica su glamour para mayor realidad de la cinta que nos ofrece un buen rato fácilmente olvidable.


sábado, 19 de agosto de 2017

EL ORIGEN DEL MAL


ANNABELLE 2: LA CREACIÓN

(Annabelle: Creation)

2017. Dir. David F. Sandberg.





         La cinta inicia en los años cincuenta cuando la familia Mullins pierde a su pequeña hija de la cual su padre (Anthony LaPaglia, maravillosa presencia), fabricante artesanal de muñecas, había fabricado una llamada Annabelle. Doce años después, a su gran casa, llega una monja con seis huérfanas, a las cuales los Mullins acogen con la intención de que volviera la alegría a la casa. Una de las niñas está lisiada por haber sufrido la poliomielitis. Lo que sucede es en realidad lo contrario ya que se desata la presencia de un demonio que habían conjurado accidentalmente buscando la recuperación, aunque fuera en espíritu, de su pequeña hija. Las niñas son presa segura: hay que encontrar a la indicada.





         Las grandes cualidades de esta película son la coherencia narrativa y la atmósfera. La película continua doce años más tarde para llegar al inicio de la primera cinta como un antecedente lógico, dentro de la fantasía, para que el poder transmisor del mal que caracteriza a la muñeca permanezca: esto se debe a que el mismo argumentista original ha sido el creador de este microuniverso. Por otro lado, la atmósfera mantiene el suspenso: no hay más que destellos de la violencia gráfica y la sangre aparece fugazmente. Las sombras amenazantes o las mantas que caminan para descubrirse vacías.  Se sigue la regla de la oscuridad, la sugerencia, azuzar la vulnerabilidad del espectador que está siempre a la expectativa: el hecho de utilizar a niñas y jovencitas, con toda la crueldad que la misma edad propicia, hace que se incremente su temor: hay un empate de esa indefensión, dentro y fuera de la pantalla.





         Cada personaje está definido por su propia circunstancia: una niña lisiada, débil físicamente e ignorada por sus compañeras, para que sea la víctima ideal de un espíritu maligno; la pareja Mullins que desafió los designios del mal para crearse la ilusión de tener a su pequeña hija liberando de esa manera  al demonio, han tenido consecuencias físicas y emocionales; las huérfanas que anhelan un hogar pero cuya solidaridad se torna en castigo. No puede dejar de mencionarse que el productor es James Wan por lo que hay un cuidado en el estilo, en lo visual, en el dominio del género. 


          



        

martes, 15 de agosto de 2017

COREOGRAFÍA DE LA VIOLENCIA


BABY: EL APRENDIZ DEL CRIMEN

(Baby Driver)

2017. Dir. Edgar Wright.



            Baby (Ansel Elgort) es el chofer de asaltos diversos. Su jefe es el mafioso Doc (Kevin Spacey) quien siempre organiza sus latrocinios con equipos diferentes pero con el mismo Baby ya que es un excelente conductor. La cinta inicia con acción vertiginosa para llegar a los créditos y luego ofrece una coreografía espléndida con Baby disfrutando su música en el Ipod a través de las calles que lo llevan a comprar unos cafés. Baby sufre de Tinnitus (un zumbido permanente en los oídos) por los que constantemente está escuchando canciones. En sus tiempos libres, crea música electrónica utilizando conversaciones que graba. Conoce a la joven mesera Debora (Lily James) de la cual se enamora. Cuando cree que ya se ha liberado de su vida criminal, el jefe le llama para otro último intento (hay un motivo que lo ata a este tipo). Sin embargo, Baby ha cambiado.





            La cinta muestra el retrato de un joven que es forzado a ser accesorio del crimen sin que en su fuero interno lo acepte. La primera secuencia, sin hechos de sangre, es impecable. A la siguiente, cuando hay un muerto, titubea: su peculiar mundo moral se ha conmocionado. Al conocer a la joven mesera, su alma gemela de cierta manera, encuentra un posible camino de redención, de alternativa para compartir lo que hasta este momento ha sido muy privado: Baby casi no habla; su padre adoptivo es sordomudo. Al tener cercanos a tipos sin escrúpulos, asesinos psicópatas, hay una revuelta interior que le llevará a defender lo suyo, a deshacerse de lo que le estorba, a recuperar ese pequeño romance que acaba de tocar a su existencia.





            Ansel Elgort es toda una revelación: es el tipo de papel que se queda en la memoria y que de vez en cuando, no siempre, aparece en las pantallas para impactar al espectador (algo que no logró con la serie “Divergente”). Edgar Wright dirige su propio guion con brío y mezcla sus pasiones: acción, humor, música. Todo el elenco convence pero el joven Baby es quien domina el paisaje. La película es ejemplo del camino mal tomado que luego se endereza: cree en la bondad y entereza moral de su protagonista quien prefiere sacrificarse antes que perjudicar a los seres que ama. Todo se complementa y todo se cierra como debe ser. Queda mucho más por decir pero a usted le toca descubrirlo.



Jamie Foxx, Lily James, Jon Hamm, Edgar Wright,
Eiza González y Ansel Elgort