sábado, 27 de enero de 2018

EL CAMBIO PERSONAL


TRES ANUNCIOS POR UN CRIMEN

(Three Billboards Outside Ebbing, Missouri)

2017. Dir. Martin McDonagh.





            Luego de En Brujas y Siete psicópatas y un perro el creativo e imaginativo dramaturgo, ahora cineasta, Martin McDonagh nos ofrece esta visión acerca de la realidad norteamericana en un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos que conserva su esencia racista a pesar de la lucha por los derechos civiles, el paso del tiempo y la supuesta modernidad. McDonagh nos presenta a Mildred Hayes (la confiable Frances MacDormand quien, como Meryl Streep, asegura una buena actuación), madre de una adolescente quien fuera violada y torturada sin que el caso haya sido resuelto. Por tal motivo renta tres espectaculares abandonados en una vieja carretera para preguntar al jefe de policía los motivos de la tardanza. Esto crea una revuelta múltiple: los medios noticiosos, las personas que respetan al oficial, el hijo que sufre acoso, el ex marido golpeador que amenaza, el dueño de los espectaculares al cual critican por haberlo permitido.





            McDonagh nos habla de la culpa (Mildred tuvo un altercado con su hija la noche del crimen: no le prestó el auto y la chica salió caminando a enfrentar su destino), de la intolerancia (el racismo que se encuentra siempre latente ante una tradición de años, no solamente hacia la raza negra, sino al latino o al enano) y de la ambigüedad (los hechos van ocurriendo de manera brutal hasta que el propio cuestionado deja unas cartas que hacen entrar en razón a los principales protagonistas: sin embargo, no hay castigo, solamente reflexión). El interés de la cinta se centra en el crecimiento moral de los personajes más allá de la impartición de la justicia o la solución de un crimen. Todos los personajes son imperfectos, simbólicos de un microcosmos que puede extenderse a la condición humana universal, donde no queda más que la expectativa de su propia mejoría individual.


Sam Rockwell y Frances MacDormand
en dos actuaciones de excelencia,
aunque esperadas dentro de los
tipos de roles que usualmente interpretan.



            En Brujas mostraba a dos hampones escondidos en una bella ciudad luego que, por accidente, uno de ellos había matado a un niño. Éste es herido y reflexiona si su paso por esta ciudad fue el equivalente del infierno. Siete psicópatas y un perro mostraba a un guionista cuyas experiencias extremas para escribir su siguiente argumento le cambiaba la vida. McDonagh permanece fiel a esta temática: sus personajes viven experiencias que los modifican, alteran sus existencias, aunque dentro de todo permanezca la ambigüedad de sentimientos, la tristeza, la insatisfacción. Sam Rockwell ofrece una excelente interpretación dentro del tipo de rol al cual nos ha acostumbrado.

Martin McDonagh, otro dramaturgo
que se ha tornado interesante cineasta
como el David Mamet de 80´s y 90´s

viernes, 26 de enero de 2018

LA TRAGEDIA HONESTA


UN MINUTO DE GLORIA

(Slava / Glory)

2016. Dirs. Kristina Grozeva y Petar Valchanov.




         Tzanko (un espléndido Stefan Denolyubov) es un guardavía, tartamudo hasta la desesperación, descubre una gran cantidad de dinero tirado sobre los rieles que verifica cada día. Decide denunciarlo a las autoridades y, por tal motivo, la jefa de relaciones públicas del Ministerio de Transporte, Julia (Margita Gosheva, excelente al grado de provocar asco) decide aprovecharlo para que su jefe le entregue un reconocimiento y sirva para alejar a éste de un escándalo de corrupción. Tzanko viaja a recibir su premio: un reloj (que luego resulta defectuoso) y para ello, contra su voluntad, Julia le quita el que trae puesto, un recuerdo de su padre, un reloj simple pero con una dedicatoria “a mi querido hijo Tzanko”. Suceden dos cosas: Tzanko le comenta al ministro que conoce a quienes se roban combustible, a lo que el político no muestra interés, pero más importante: Julia le hace perdedizo su preciado reloj. Así inicia lo que será un martirio para Tzanko.





         Esta inteligente producción búlgara nos habla del juego sucio de la política a través de una burócrata ambiciosa y servil para su propio beneficio: al querer dignificar a su jefe deleznable por medio de un hombre honrado, produce que algo aparentemente sin importancia, lleve al ciudadano ejemplar a ser víctima de la corrupción que él tanto ha evitado y quiere, con toda buena intención, denunciar. El personaje de la detestable Julia es un símbolo de todo aquello que está podrido dentro de la política, los intereses creados, la falsedad de la atención y cuidado del funcionario hacia sus representados. El argumento la muestra en busca de unos embriones para poder quedar embarazada y dar a luz con la intención de embarrarle un color de humanidad y sentimiento: nada más alejado de la verdad.





La cinta es desgarradora y va mostrando el descenso hacia los infiernos de un buen hombre. No hay personaje redimible: ni el periodista que busca desenmascarar a los políticos corruptos que engaña al espectador por un momento (su atención hasta Tzenko nunca reside en el reloj perdido: no es el prójimo, es su meta personal hacia el logro de sus objetivos y así, se transforma en semejante a sus perseguidos). Cruel hasta un inesperado pero justo y paradójico final, la película es una denuncia directa sobre lo que leemos a diario acerca de la corrupción: policía, políticos, burócratas. Fiel al eslogan del poster italiano de la cinta: "no hay tiempo para los honrados", la desconocida cinematografía búlgara queda representada por una de sus mejores producciones (ganó muchos premios: hasta el del todavía salvable Festival de Locarno).








        


lunes, 22 de enero de 2018

FENÓMENO CULTURAL


OBRA MAESTRA

(The Disaster Artist)

2017. Dir. James Franco.




         Greg Sestero (Dave Franco) es un joven aspirante a actor que conoce al extravagante Tommy Wiseau (James Franco) en una clase de actuación. Greg se emociona con la demostración que hace Tommy de Un tranvía llamado deseo  y entre ambos surge una buena amistad, al grado que Tommy convence al joven que se muden desde San Francisco hasta Hollywood para que su sueño se convierta en realidad. Tommy es un personaje enigmático del cual no se sabe la edad, ni sus orígenes, ni de dónde sale la riqueza que ostenta. Luego de fracasar en clases, en conseguir un productor, Tommy decide financiar y dirigir un guion que ha escrito llamado The Room. De esta manera, se muestra todo el proceso de filmación con la ineptitud como realizador y actor de Tommy además de los absurdos narrativos que van surgiendo, hasta llegar a la exhibición de la cinta que tiene hasta el momento el título de “la mejor peor película en la historia de Hollywood” (bueno, en siglo XXI).





         Basándose en las memorias de Greg sobre lo que sucedió detrás de cámaras en la filmación de esta cinta (que existe y que usted puede ver en YouTube), James Franco nos ofrece su mejor producto en una larga carrera con altibajos (tanto como actor cuanto director) para hablarnos sobre lo que significa conseguir lo que te propones, aunque no tengas talento, aunque se deba a la fortuna que posees, aunque debas tornar la frustración en logro.





         Dividida en tres partes: antes de la filmación (la relación que surge entre Greg y Tommy); durante la filmación, esta segunda parte es interesante porque lleva al espectador a las realidades detrás de cámaras y quedan los absurdos de trama y actores. Sin embargo, es durante la parte final: el estreno, donde Franco se involucra más con la personalidad de su realizador y deja constancia de su ligereza. James Franco nos ofrece un panorama del Hollywood oculto, aquel en el cual se refugian quienes subliman (y se dejan engañar por) sus limitaciones. Otro rostro de lo que se tornó fenómeno cultural: una puesta al día de lo que significó un Ed Wood Jr. en los años cincuenta. Finalmente, la cinta muestra una comparación entre escenas de la cinta original y sus equivalentes en la cinta que acabamos de ver: Franco se esmeró en lograr tono equivalente y resulta una experiencia extraordinaria.


domingo, 21 de enero de 2018

VIDA GRIS


TODO LO DEMÁS

2016. Dir. Natalia Almada.




         Flor (Adriana Barraza, muy discreta, sosteniendo toda la película por sí sola) es una burócrata que siempre sigue las reglas: si las personas que acuden para un trámite no traen algún papel en regla, o han utilizado tinta negra en lugar de azul, o alguna firma no coincide, les rechaza pero aguanta los reclamos sin ninguna reacción de su parte. Su vida cotidiana es rutinaria. Lleva más de tres décadas como personaje invisible, aquél al cual nos acercamos porque no nos queda de otra para cumplir con algún requisito oficial pero una vez salidos de sus dominios, los olvidamos con alegría.



         La cinta nos muestra a una persona solitaria a la cual no le importa que llegue la muerte (hay una secuencia importante cuando inicia un terremoto, toda la gente grita y sale de la oficina, mientras Flor permanece en su sitio. También toma conciencia de que le rodea la extinción: su gata muere, la toma y abraza mientras la lleva a tirar a la basura. Y luego están los enlistados diarios: los nombres de las personas que pasaron por su escritorio.




         Tranquila pero enigmática. Una pasión contenida que jamás se desborda. Asistimos a una existencia que se repite sin mayor trascendencia, aunque el mundo a su alrededor continua (un tragafuegos que asalta, un cabaret con música tropical) al cual nunca se acerca ni tampoco interactúa… Es el tipo de película con secuencias largas y simples pero que transmiten una acción interior bastante intensa. Es un retrato de mujer a la cual la vida dejó atrás.


La ópera prima de ficción de su realizadora,
Natalia Almada

sábado, 13 de enero de 2018

DECISIONES DEL DESTINO


LA RUEDA DE LA MARAVILLA

(Wonder Wheel)

2017. Dir. Woody Allen





         Al inicio de este inquietante melodrama, el 48° largometraje del maestro Allen, que sucede en un verano de los años cincuenta, aparece el narrador, Mickey (Justin Timberlake), un salvavidas eventual que estudia arte dramático en la universidad (aunque también será protagonista de la historia) para comentarnos que cada hombre escribe su propia tragedia, aunque también interviene el destino. Entonces expresa “entra Carolina” como si estuviéramos ante una pieza teatral y, efectivamente, vemos a dicho personaje (Juno Temple) subir por la rampa de Coney Island, el parque de diversiones cercano a Manhattan, preguntando por Humpty (John Belushi), su padre. Le dicen que acuda con su esposa que trabaja como mesera en un restaurante cercano, Ginny (Kate Winslet). Lo hace ante la sorpresa de la mujer quien la lleva a su casa: ambas comentan que se va a enojar y la va a correr. Cuando aparece Humpty primero despotrica pero luego se calma: había roto relaciones con esta hija de su primer matrimonio al decidir ella casarse con un hampón. Después de cinco años sin comunicarse la andan buscando para matarla porque ha denunciado los crímenes de su marido: por eso viene a solicitarle asilo: ahí no la encontrarán. Ginny le ayuda a conseguir trabajo como mesera. Humpty cambia su actitud y empieza a forjar nuevas ilusiones con esta hija. Ginny tiene otro hijo, un jovencito con tendencias piromaníacas. Luego, Ginny conoce a Mickey y tras un juego de seducción, se tornan amantes. La situación se complica cuando Mickey se encuentra con Carolina y compara sus sentimientos sobre las dos mujeres...


Una impactante recreación
de Coney Island, años 50
La maravillosa Kate Winslet
Un excelente John Belushi



         El maestro Allen retorna a la nostalgia del pasado como en su película anterior (Café Society) porque es la atmósfera adecuada para narrar esta disertación sobre el destino: son los tiempos cuando acciones, objetos y vida cotidiana normaban a las personas en situación (no podría ocurrir de igual manera en tiempos actuales). Cada personaje habla de las decisiones que tomaron e hicieron que sus vidas tomaran otros rumbos cuyos efectos son ahora el quehacer cotidiano. Carolina al casarse con un gangster: del lujo y la pasión pasó a la delación por el remordimiento. Humpty tomó el camino del alcohol aunque ahora ha permanecido sobrio y alcanzado cierta estabilidad (que se irá perdiendo). Mickey al relacionarse con una mujer por instinto para llevarla sin querer a la ilusión amorosa. Y finalmente, sobre todo, a la dramática Ginny: estudiante de teatro en su juventud, actriz efímera y nunca destacada, casada con un baterista al cual amaba y le dio un hijo (que ahora se ha tornado problema por su afición malsana al fuego: juega un rol importante como subpersonaje) pero luego le fue infiel, para caer con otro hombre al cual no ama pero que es un soporte emocional o económico. Al reencontrar la pasión con un hombre joven y sensual cree que se halla ante la posibilidad de una reinvención personal: pero interviene el destino. Entonces, estamos ante otra reflexión sobre las decisiones personales. Es más, Allen vuelve a las consideraciones morales sobre vida, muerte, castigo (como en Crímenes y pecados, La provocación, entre otras).


Primero decisión...
...luego interviene el destino



         La casa de Humpty y Ginny está frente a la rueda de la fortuna, emblemática de Coney Island (que sigue en pie desde 1920), que oculta el paisaje marítimo y lanza colores sobre objetos y personas por sus luces en movimiento. Allen nos ofrece una cinta con gran belleza visual: el color se vuelve medio expresionista y podemos distinguir luz, sombra, pasión, dicha, melancolía (gran aportación del fotógrafo Vittorio Storaro, colaborador de Bertolucci y muchos otros genios). Esta frontera de la rueda de la maravilla (Wonder Wheel es su nombre en inglés) corta los espacios en dos partes: delante de ella, el mar, el sexo, la pasión; al fondo está la casa de amargura, decepción y engaño. Como en todas las cintas del maestro Allen existen diversos planos de interpretación y de ahí la necesidad (y placer) de repetir la experiencia. Las canciones incluidas igualmente aportan otros elementos de nostalgia y atmósfera. La recreación visual de Coney Island en los años cincuenta es excepcional por los efectos especiales digitales. Retomo un comentario del inicio: cinco personajes en el escenario de la vida: como pequeña obra de cámara: causa y efecto.

El maestro Allen dirige a sus actores



JUSTICIA TERRENA


EN LA PENUMBRA

(Aus dem nichts)

2017. Dir. Fatih Akin





           
         Un prólogo nos muestra al narcotraficante turco Nuri (Numan Acar) saliendo hacia otra ubicación dentro del presidio para casarse con Katja (Diane Kruger, impactante). Luego ha pasado el tiempo y Katja lleva a su pequeño hijo Rocco a la oficina de su padre, ahora el reformado Nuri como asesor legal y traductor para personas. Katja se va con una amiga a tomar un baño de vapor. Al retornar, la calle donde se encuentra la oficina está acordonada: ha explotado una bomba y las víctimas son precisamente Nuri y Rocco. Katja cae en el dolor absoluto. Recuerda a una mujer que había estacionado su bicicleta con compartimiento frente a la oficina de su marido. Sin que haya captura de alguien, desolada, escuchando acusaciones contra su propio marido, decide matarse abriéndose las venas pero antes de caer en la inconsciencia, escucha un mensaje telefónico: han atrapado a los neonazis sospechosos (una pareja). Katja se recuperay asiste al juicio. Hasta aquí le cuento.





         Basándose en hechos que ocurrieron en Alemania en la primera década del siglo XXI, Akin y su coguionista Hark Bohm crean esta historia acerca de una mujer alemana que se casa con un delincuente turco quien luego se tornará en ejemplar modelo de prisionero reformado al cursar una carrera y luego establecerse profesionalmente. Sin embargo, en esos tiempos la extrema derecha se impuso y se tuvieron múltiples agresiones contra quienes no eran de raza alemana por grupos neonazis, admiradores de la filosofía hitleriana. La pérdida de Katja es feroz: sus amores de vida. El procedimiento fue cruel. La cinta nos mete al juicio donde Katja escucha la descripción del proceso de destrucción del cuerpo del niño que resulta muy desagradable para el espectador: situación que se buscó desde el guion y ejecución del mismo. El abogado defensor de los neonazis se convierte en ser repulsivo debido a su pasión por negar cosas evidentes e insinuar actos impensables en los fallecidos.





   
         La cinta va tomando giros que llegan a una solución satisfactoria: si la justicia de los hombres no es perfecta ni siquiera compasiva, debe haber otra manera de tenerla en la tierra. Katja no tiene nada que perder desde el momento en que su decisión suicida simplemente la iba a borrar del planeta, ¿por qué mejor no hacerlo en conjunto y castigar a los seres destructivos de este mundo? Y debe reconocerse la interpretación de la actriz Kruger quien se llevó el premio de mejor actriz en Cannes (muy acertado en 2017) porque produce emociones y despierta sentimientos en el espectador. Akin es un realizador que nos habla de cuestiones sociales, sobre todo referidas con personas de otras culturas que inciden en la occidental. Aquí no es excepción. Sí, la cinta es una muestra de la injusticia por el dolor ajeno y deviene otra adición al género de acción y venganza. No obstante, hay un punto de vista, la reflexión, el contraste del tiempo feliz (efímero usualmente) que pasamos en este mundo al lado de los nuestros, con el tiempo posterior de la desdicha y el duelo; el mar que fue testigo del amor y las delicias familiares se transforma en otro declarante: la justicia y el sacrificio por obtenerla. Una película imperdible.

El realizador Akin con sus actores

Diane Kruger: mejor actriz en Cannes

lunes, 1 de enero de 2018

PASTELITO CON CREMA RANCIA


EL GRAN SHOWMAN

(The Greatest Showman)

2017. Dir. Michael Gracey.





         Una biografía fílmica, saneada y esterilizada, acerca del empresario P.T. Barnum quien fuera audaz y engañoso en la vida real. La trama nos lleva a la niñez de Phineas, hijo de un sastre, enamorado de la hija de un millonario, a la cual le promete llevarla consigo en sus aventuras. Luego de quedar huérfano, pasar hambre y finalmente terminar como empleado de una firma naviera por lo que puede casarse con su amor de niñez y tener dos hijas, Barnum logra conseguir un préstamo, por medio de un fraude, para levantar su museo de rarezas y curiosidades a las cuales va agregando personas con algunos defectos físicos que empiezan a darle interés a un espectáculo. Sin embargo, al no contar con la apreciación de la gente adinerada, se asocia con el joven dueño de un teatro para seguir adelante con su empresa y patrocinar el concierto de una famosa cantante sueca. Y así sigue.



1)    Estamos ante una comedia musical a la antigua usanza: hay canciones que surgen como comentarios de lo que está sucediendo y permiten el avance relativo de la trama; algunas de ellas valen la pena.





2)  Tenemos a un Hugh Jackman carismático cuyo talento musical le permite utilizar su bella voz de tenor además de su presencia inigualable. Aparece un elenco que le acompaña bastante capaz y versátil (desde la abnegada esposa y cariñosa madre interpretada por Michelle Williams, hasta el socio aristócrata Zac Efron, además de la trapecista Zendaya y la mujer barbuda Keala Settle).





3)  Hay una buena producción, lujosa y detallista del siglo XIX, con efectos especiales de primera.



Sin embargo, fuera de estas cualidades la cinta es un inflado cuento de hadas que no llega a solidificarse.



1)    Barnum es un hombre que desea hacer sonreír al público pero nunca queda verdaderamente marcada esta pasión.


Nunca vemos el grandioso, supuesto, espectáculo


2)  Barnum lucha por el entretenimiento pero durante la película no se permite conocer la esencia de ese espectáculo que los espectadores aceptaron. Vamos conociendo a algunos de los miembros de su establo artístico sin que seamos testigos de los misterios que prometían.





3)  La película insiste en Barnum y sus cuitas personales sin sumergirse en aquello que le permitió prosperar y ganarse ese epíteto de “grande”.


Hugh Jackman es cálido y carismático
por lo que su presencia levanta a sus películas


Un pastelito muy bien decorado, que se antoja y hace a uno agua la boca, pero al probarlo: qué decepción por el sabor amargo y la crema rancia. Lo único bueno es probar la cereza Jackman.