domingo, 31 de enero de 2016

MIEDO A LOS FANTASMAS


EL NIÑO
(The Boy)
2016. Dir. William Brent Bell.

 


         Greta (Lauren Cohan), una joven americana, llega a una mansión victoriana, en el campo británico, a cuidar del hijo del matrimonio Heelshire que saldrá de vacaciones. Se sorprende al darse cuenta que el niño de ocho años es, en realidad, un muñeco de tamaño adecuado. Al principio cree que es una broma pero todo va tomando seriedad. Al partir el matrimonio, Greta no hace caso de las instrucciones y empiezan a ocurrir cosas extrañas: su ropa desaparece y el muñeco cambia de posición. Gracias al joven Malcolm (Rupert Evans) se entera que el niño original murió a los ocho años en un incendio y el matrimonio pensó perpetuar su presencia. Luego el pasado de Greta se hace presente además de una sorprendente revelación.

 


         Al no deber contar el final de la cinta, solamente puede alabarse la atmósfera bien lograda, el suspenso que se va adueñando del espectador y lo que significa el homenaje indirecto al cine de horror surgido a finales de los años setenta para la creación de posibles personajes futuros. Vamos por partes: 1) la atmósfera alcanzada por una hermosa mansión de varios pisos, inmensa casa que puede explicar la resolución narrativa, donde uno imagina pasillos, corredores, recovecos que jamás acabarán de ser visitados y que nos devuelve al cine británico de décadas previas. 2) el suspenso y la imagen del muñeco que representa al niño Brahms permiten que se inflame la imaginación del espectador para creer en la historia de fantasmas y la presencia de un espíritu maligno: se siente miedo. 3) Al ver la película habrá ecos de un Jason Vorhees o Michael Myers, sobre todo por las imágenes finales de la película que dejan apertura para continuidad. El espectador sale complacido. El purista pondrá pretextos inútiles para rechazar lo que es una buena película de suspenso y terror en una época cuando los excesos ya han disminuido la capacidad de asombro. Se comprueba que el ámbito de lo desconocido siempre será amenazante para el espectador.

 


        

          

jueves, 28 de enero de 2016

ESCÁNDALO EN LA IGLESIA


EN PRIMERA PLANA
(Spotlight)
2015. Dir. Tom McCarthy.



         Un prólogo nos lleva a Boston en 1976. Un sacerdote católico se encuentra en la estación de policía. Llega un abogado que logra evitar su encarcelamiento mientras otro superior habla con la familia, prometiendo que se le cambiará de parroquia. Uno se imagina lo que está sucediendo porque de repente, pasan 25 años y es 2001. Spotlight (palabra que significa reflector) es un grupo de investigadores del periódico Boston Globe que se dedica a la aclaración de casos especiales. En cierto momento, llama su atención la denuncia de sacerdotes pedófilos y cómo se ha estado encubriendo sus crímenes por largos años debido a una alianza entre iglesia y justicia.

El equipo Spotlight: Ruffalo, McAdams,
Keaton y Brian D'Arcy James.


         La cinta recrea hechos de la vida real, la investigación de varios casos que revelaron toda una serie de violaciones hacia niños por largos años mientras los culpables eran simplemente trasladados a otras parroquias o suspendidos en sus actividades sin que se llegara al castigo. El periódico vino publicando estas situaciones luego de encontrar las pruebas que mostraban culpabilidades. Alejada de todo tremendismo, con apenas un par de entrevistas a las víctimas adultas (sin presentar los actos reprobables), la película nos lleva paso a paso en el proceso de investigación, el apasionamiento y cuestionamiento personal de los reporteros involucrados que, católicos ellos mismos, sentían dudas y frustraciones. Es lo más interesante de la cinta: los efectos sobre la moral personal y el sentido de la fe entre quienes iban descubriendo tropelía tras tropelía y nombre tras nombre (eran 90 sacerdotes, en principio), más que tratar los casos particulares: el rol de la ética periodística y la necesidad de alcanzar la justicia contra prejuicios religiosos.
 
El extraordinario Stanley Tucci como
el defensor de víctimas de la pedofilia


         No hay más: una película simple con reparto de buenos actores (Michael Keaton, Rachel McAdams) o grandes actores (Mark Ruffalo, Liev Schreiber, Stanley Tucci) que cumple con su cometido sin llegar a ser espectacular, pero que dice mejor las cosas que, por ejemplo, la ridícula producción mexicana Obediencia perfecta (2012, Luis Urquiza) sin mostrar sacerdotes idealizados o niños bonitos. Tampoco se dedica a convertir a las autoridades religiosas en  monstruos infectos. Una visión objetiva, interesante, simple.



         El realizador Tom McCarthy (actor en 2012, por ejemplo, y cuya cinta previa Zapatero a tus zapatos fue desdeñada por la crítica de manera obligada al estar presente Adam Sandler sin notar su sentido lúdico y su interesante discurso metamórfico) reitera su capacidad narrativa. Para reflexionar acerca del bien y del mal que nos acechan y que muchas veces se confunden.  
 
Nota. Agradezco a mi hermano Javier Villarreal las posibilidades para adelantar la visión de esta película.

domingo, 24 de enero de 2016

MUERTE Y EROTISMO


EISENSTEIN EN GUANAJUATO
(Eisenstein in Guanajuato)
2015. Dir. Peter Greenaway.

 


         Una ficción cuyo objetivo se expresa al final por el narrador de la trama (la voz del director): Fueron diez días que estremecieron a Eisenstein, haciendo un parangón con el título que se le dio a otra de sus películas (Octubre, diez días que estremecieron al mundo). Y es que la cinta nos lleva a la visita que el director soviético realizó al país al principio de los años treinta para filmar su obra inconclusa, jamás editada por él, que finalmente se llamaría ¡Que viva México! y que influenciaría a muchos artistas nacionales en la composición visual y en la narrativa cinematográfica. No fueron diez días en la realidad, pero hubo un choque cultural impactante.

 
Elmer Bäeck y Luis Alberti


         La cinta inicia con la llegada de Eisenstein (Elmer Bäeck) a Guanajuato donde es recibido por Diego Rivera y Frida Kahlo. Se le presenta a Palomino Cañedo (Luis Alberti) quien será su guía durante la estancia en la ciudad. A partir de este dato falso se continúa con esos diez días durante los cuales el soviético quedará impresionado con la cultura de la muerte, del amor, del sexo, de tradiciones familiares y sociales. Eisenstein hablará de su vida, experiencias, los motivos por los cuales llegó a Estados Unidos y posteriormente a México. En este tiempo Palomino Cañedo se volverá su amante y desvirgador.




         Lo más interesante de la película es en el aspecto visual. Greenaway, sin dejar de ser fiel a sí mismo y a su obra previa, se explaya con múltiples imágenes: cada referencia de personajes que expresa Eisenstein será ilustrada con el retrato del mencionado; en varios momentos, la pantalla se partirá en tres para acomodar misma o diversas imágenes para captar otra vez relaciones o instantes; en una secuencia magistral, la narración se va moviendo de espacio, unida por columnas que dan paso a otra perspectiva o lugar. Y, por supuesto, la edición rinde homenaje en ocasiones al propio Eisenstein, teórico avanzado y primigenio de teorías del montaje, impecablemente denotado en sus propias cintas de los años veinte. El descubrimiento de las relaciones homosexuales servirán para que el realizador juegue con los dibujos eróticos creados por Eisenstein y que en este caso se animan.

Elmer Bäeck con su calavera
 
El verdadero Eisenstein con su calavera
de azúcar


         Las locaciones y las estilizaciones de espacios, objetos de culto, artículos folclóricos, son impecables. El reparto está conformado por un excéntrico Elmer Bäeck, finlandés con fama en su país como Eisenstein. Luis Alberti, actor mexicano quien hiciera el rol de Modesto, el sospechoso taxista de Carmín tropical , es Palomino Cañedo. Otros roles son interpretados por Lisa Owen (excelente como la ruda esposa de Upton Sinclair quien fuera el productor de la cinta) y Maya Zapata como la esposa de Cañedo. Todos ellos cumplen a la perfección.


El maestro Greenaway


         La cinta de Greenaway viene a ser un rendido homenaje al inquieto maestro soviético, además de mostrar una pasión semejante a nuestro México. No deja de haber algunas situaciones que se tornan folclóricas para nuestros ojos, pero finalmente es una película atractiva, transgresora, audaz, que puede extrapolarse a nuestros tiempos para decirle a Putin que sí, que hubo, hay y habrá  homosexuales en su país donde lo que nos importa es su obra y no sus opciones privadas: Palomino, luego de su coito coloca una banderita soviética en la parte recientemente explorada. Con este comentario despierto su morbo pero en realidad no es lo fundamental en la película…

domingo, 17 de enero de 2016

BUENAS INTENCIONES, PERO...


LA CHICA DANESA
(The Danish Girl)
2015. Dir. Tom Hooper.

 


         Einar Wegener (Eddie Redmayne) y Gerda, su esposa (Alicia Vikander) son dos pintores de tiempo completo en el Copenhague de 1926.
 
Mientras Einar tiene fama por sus paisajes que reviven los lugares de su infancia y juventud, Gerda no despierta el interés de los galeristas. Cierto día que Gerda requiere terminar el retrato de una bailarina, pide a su marido que se ponga unas medias y coloque un vestido sobre su cuerpo para seguir con su trabajo.
 
 
Esto provoca un desazón en Einar quien descubre su lado femenino. A partir de entonces ya no querrá tener sexo con su esposa, conocerá a un joven homosexual que le despierta otras pasiones, recordará a su amigo de infancia con el cual se besó, y llegará al extremo de someterse a una cirugía de reasignación de género. Gerda obtendrá reconocimientos con sus retratos de Lili Elbe, el alter ego de su marido.

 

La pose estereotipada de Redmayne como mujer
es colocar las manos sobre su mentón
         La cinta se convierte en un bellísimo ejemplo de buena factura: fotografía espléndida, ambientación envidiable, pero no explota a fondo el dilema de Einar/Lili. La transformación aparente se va dando de manera rápida y engañosa. Todo se va resolviendo por fórmulas: el niño con el cual se besó ahora es un atractivo hombre (Matthias Schoenaerts) que es citado para conocer su opinión y explicar que fue un juego infantil. El hombre al que conoce y le llama la atención (Ben Whishaw) es un homosexual por el cual no siente el mínimo deseo. El sexo apasionado entre esposos se torna en separación de cama matrimonial por una cortina transparente.

 
Matthias Schoenaerts
Sebastian Koch


         Superficial pero bella visualmente. Inofensiva en su propuesta combatividad al aceptar la cirugía para cambio de sexo y ser el primer caso, aunque fallido, en la historia. Uno va notando el cambio de Einar a Lili sin que se tengan motivaciones o antecedentes. Eddie Redmayne ofrece otra transformación de personaje (como en su oscareada actuación previa como Hawking) pero se siente sobreactuado, y al final de la cinta ha sido apabullado por la Vikander. Son los personajes secundarios y cortos los que más llaman la atención en este irregular melodrama de la vida real: Schoenaerts, Whishaw y Sebastian Koch (como el Dr. Warnekros quien realiza la operación) tienen demasiada presencia fílmica.
 


         Al realizador Hooper le debemos la fallida y sobreapreciada Los miserables, además de El discurso del rey que le diera el Óscar a Colin Firth. Se nota que esta película es otro golpe prestigioso que, por desgracia, posee un ritmo lento. Un tema grandilocuente y de moda, cuando los tabúes sexuales se han ido cayendo paulatinamente (aunque no tanto como uno quisiera), al menos le da al público un mínimo acercamiento hacia lo que significa sentir el alma atrapada en el cuerpo incorrecto. Buena construcción, malos cimientos...

 

        

martes, 12 de enero de 2016

SURGE LA VERDAD...


45 AÑOS
(45 Years)
2014. Dir. Andrew Haigh.
 
 
 
         Kate (Charlotte Rampling) y Geoff (Tom Courtenay) forman una pareja que está a punto de celebrar su 45° aniversario de bodas. ¿Por qué este número? – le pregunta uno de sus proveedores, a lo que Kate responde que cuando fueron los cuarenta, su marido se encontraba enfermo. Esto sucede en lunes y seguiremos a Kate (sobre todo, ella aparece en casi todas las tomas de la cinta) en los acontecimientos de la semana para llegar al sábado, el día de la recepción.
 
 

         Antes de ello, Geoff ha recibido una carta que le informa que se ha descubierto el cuerpo de Katia, su novia alemana, quien se precipitó a la muerte mientras escalaba una gélida montaña en Suiza. El cadáver se ha resguardado por el hielo. Geoff comienza a sugerir que deberá ir a verla, ante la sorpresa y el desencanto de Kate. La película irá mostrando sus diversas emociones, reacciones y sentimientos hasta llegar a la fiesta y a la repetición del baile que ejecutaron durante su boda: Smoke Gets in Your Eyes, interpretada por The Platters.
 
 

         La cinta muestra la irrupción del pasado en la vida cotidiana del presente. Geoff y Kate han sido una pareja unida por la comprensión y la rutina, pero sobre todo por el amor. El descubrimiento del cuerpo y la declaración del interés de Geoff por ir a ver a su antigua amada sirven para golpear a Kate anímicamente. Así como se ha descongelado el glaciar, ha surgido el recuerdo amoroso en su marido. Lo que se va a celebrar ya no posee el mismo sentido que en otro momento.
 
 

         Kate descubre unas viejas diapositivas en el ático donde aparece Katia. Además está un diario de la misma mujer pleno de dibujos, escritos, papeles anexos. Las imágenes le dan otra perspectiva a los sentimientos de Kate por su marido. En un viaje al pueblo, se entera que Geoff ha preguntado sobre traslados a Suiza.
 
 

         Pasado, presente y futuro en la vida de una pareja. Como espectadores estamos siendo testigos del presente, mantenemos nuestra atención. Surge la memoria en la figura evocada del viejo amor y estamos ante la espera del festejo que viene a sellar la unión de 45 años en conjunto, sin que jamás se hubiera tenido la sospecha del antecedente amoroso. Kate tiene que equilibrar sus ambiguas emociones hasta que no pueda más.
 
 

         Charlotte Rampling, a los 68 años, disfruta de su vejez, actriz impecable de Ozon, August o Cantet, entre otros. Iniciada como modelo antes de interpretar un papel pequeño en El Knack (1965, Richard Lester) para ir adquiriendo fama y presencia en Los malditos (1969, Luchino Visconti) y sobre todo en la atrevida Portero de noche (1974, Liliana Cavani). Los años pasaron y ella supo aprovechar la llegada de la madurez. (En México filmó la fallida Foxtrot, 1975, Arturo Ripstein, al lado de Peter O’Toole y Max Von Sydow).
 
 

         Tom Courtenay, a los 77 años, mantiene su categoría de gran actor de la escena inglesa. Iniciado en el cine a finales de los años cincuenta, en Monterrey no pudimos disfrutar de sus grandes éxitos en el cine británico de los jóvenes iracundos de los sesentas, pero nos llegó con Doctor Zhivago (1965, David Lean) o El día que salieron los peces (1967, Michael Cacoyannis).
 
Andrew Haigh con sus geniales actores
 

         La narración seca y contenida del genial Andrew Haigh (cuya cinta anterior es ejemplo de lo que significa el mejor cine gay sin estridencias ni compasiones: Weekend, 2011) permite adentrarse en el personaje de Kate. No hay momento desperdiciado ni que sobre en la trama. La cinta está dividida en los días de la semana hasta llegar al definitivo sábado, esa jornada que ha tardado cuarenta y cinco años para definirse explosivo. Un excelente inicio e año.
 
Andrew Haigh