martes, 22 de diciembre de 2009

LAS CINCUENTENARIAS (1)


LA JOVEN (Luis Buñuel, 1960)


Una película mexicana, filmada en los alrededores de Acapulco, producida por George P. Werker a quien se le agradecen los esfuerzos por realizar un cine independiente durante los años cincuenta en nuestro país a través de sus Producciones Olmeca ( "Torero", "Los pequeños gigantes"), aunque hablada en inglés, que vino a ser la número 22 en la filmografía del genio aragonés (no cuento sus "codirecciones" durante la República Española) y que se ganó una Mención Especial en el Festival de Cannes de 1960, llegará a su cincuentenario en este ya muy próximo año nuevo.

Escrita por Hugo Butler (uno de los guionistas excelsos de Hollywood que sufrió el McCarthismo, la lista negra y la prohibición de seguir trabajando para el espectáculo), bajo el seudónimo "H.B. Addis", sobre un cuento de Peter Mathiessen llamado "Travelin' Man" que había sido publicado en la revista Harper's en febrero de 1957, tuvo una coadaptación y guión final por el mismo Buñuel quien alguna vez la clasificó como una de sus cintas más personales. Se narra lo que sucede en cuatro días en una pequeña isla frente a las costas de Carolina. Ha muerte Pee Wee, el ayudante de Miller (Zachary Scott), cuidador de la propiedad, dejando sola a su nieta de 14 años, Evalyn (Kay Meersman) quien es, de todas formas, bastante avezada en las cuestiones de los apiarios y el apoyo doméstico del lugar. Llega inesperadamente Traver (Bernie Hamilton), un hombre de color que está huyendo de la justicia: una mujer blanca lo ha acusado de violación. Miller debe ir al pueblo para arreglar la situación de Evvie, como la llama. Ella es quien encuentra y apoya a Traver con alimentos; el hombre se lleva una escopeta que luego, se disparará y hará un boquete en su lancha. Traver deberá repararla por lo que vuelve al lugar. Al día siguiente retorna Miller quien, a la fuerza, acepta al negro como ayudante a cambio de paga y alojamiento. Por tal motivo, muda el catre de Evvie a su cabaña donde la posee durante la noche. Al tercer día ha llegado uno de los alguaciles del pueblo, Jackson (Crahan Denton), quien ha traido consigo al reverendo Fleetwood (Claudio Brook) para llevarse a Evalyn y alojarla en la iglesia del lugar. Jackson entera a Miller de la acusación sobre Traver y deciden atraparlo para ajusticiarlo. Evvie le ayuda a escapar. Mientras tanto, el reverendo Fleetwood ha bautizado a Evvie en el agua y se ha enterado de su relación sexual con Miller. Jackson pelea con Traver al cual quiere matar pero cuando éste le toma ventaja y puede quitarle la vida, prefiere no hacerlo. Miller ayuda a Traver a escapar, para evitar que sea muerto sin un juicio, al asegurar a Fleetwood que cumplirá sus obligaciones con Evvie (quien se marchará con el reverendo).

Así tenemos una trama sencilla donde aparentemente lo que sucede no tiene complicaciones, aunque están presentes el odio racial y la supremacía de un personaje sobre otro. La adolescente vive de manera salvaje, sin tener idea de este tipo de diferencias y discriminaciones, con la inocencia de hablar sobre todo y contar todo lo que sucede ya que no entiende las convenciones de las personas mayores. Buñuel introduce a las abejas por el lado productivo; a un mapache como depredador de gallinas sin mayor interés que matarlas ya que no se alimenta con ellas; a un ciervo atado como inútil mascota ya que su estado normal sería la libertad en el bosque.

De esta manera llegamos a la metáfora de la inocencia sin protección y la amenaza circundante. Traver y Evalyn serán las víctimas de un juego de persecuciones, seducciones, maltratos, que tienen que ver con sus cuestiones de raza y de género, respectivamente. Está un reverendo, hombre que sigue sus convicciones morales y representa a la "bondad", aunque nunca de manera absoluta: al tener que dormir en el catre donde yació el negro la noche anterior, pregunta cuánto tiempo lo utilizó. Como fue mínimo, entonces será suficiente con darle vuelta al colchón de paja y hojas.

Buñuel muestra otra de sus obsesiones con los pies del muerto Pee Wee, del cual nunca vemos el rostro. Luego estarán las sandalias de Evvie que al final de la cinta se habrán transformado en zapatos de tacón. Ese fetichismo tan usual en el director que llegaría a tomar importancia plena en "El diario de una recamarera" (1964): a lo largo de este corto lapso, una niña se ha convertido en mujer. Y es precisamente ese oscuro objeto del deseo (que coronará la carrera buñueliana) que un hombre mayor tiene por una mujer de menor edad: en este caso, una niña (como sucedia en la cinta ya mencionada de 1964) pero que ya estaba presente en "La edad de oro" (1930), "Ensayo de un crimen" (1955), "Viridiana" (1961) y "Tristana" (1969) para terminar con el Mateo (Fernando Rey) que enloquece por Conchita (Ángela Molina o Carole Bouquet) en "Este obscuro objeto del deseo" (1977).

La joven Kay Meersman era completamente aficionada y su naturalidad se debía a su falta de talento: vino a ser una de sus cualidades indirectas porque su presencia es efectiva en la película. No le interesaba hacer cine y solamente intervendría en otra cinta más: "La isla de los amores prohibidos" de Damiano Damiani, 1961. Zachary Scott (1914 - 1965), actor legendario de Hollywood en cintas clásicas como "El suplicio de una madre" de Curtiz, 1945, había sido dirigido por Jean Renoir en una de sus cintas norteamericanas: "El amor al terruño" (1945) y que había sido escrita por el propio Hugo Butler. Bernie Hamilton (1928 - 2008), quien interpreta a Traver era hermano del jazzista Chico Hamilton y su rol más popular sería como el Capitán Dobey en la serie de televisión "Starsky y Hutch". Claudio Brook (1927 - 2005) es un actor icónico del cine mexicano.

El autor Mathiessen ha contado que su escrito original relataba el simple enfrentamiento entre un cazador y un hombre de color en las montañas sureñas, con pocos diálogos al final. Werker, el productor, le ofreció 1500 dólares por los derechos de su escrito, de los cuales solamente le entregó quinientos. Culpaba a los inversores de la película que se hubiera modificado tanto con la inclusión del personaje femenino y los otros masculinos. Se avergonzó de la versión fílmica pero se sorprendió por la respuesta crítica. Años más tarde, ya muerto Werker, su viuda le llamó porque se había dado cuenta de la deuda pendiente por los derechos del cuento. Mathiessen le afirmó que faltaban mil dólares por pagar, mismos que recibió puntualmente pocos días después. La viuda de Werker quedaba como dueña de los derechos todavía y Mathiessen con la esperanza de que alguien retomara su cuento para filmarlo (según él) "como debería trasladarse a la pantalla".

Cuando uno se reencuentra con esta película y nota el resultado final, no puede estar de acuerdo con Mathiessen. Butler y Buñuel tuvieron que modificar de alguna manera lo que sería una obvia y aburrida lucha entre dos hombres de razas distintas añadiendo otro ingrediente: distinto sentido del pecado, de la sensualidad latente, del deseo que exuda una joven inocente como símbolo de la víctima, de la presa a la cual acecha la mirada. Otro tipo de lucha que todos conocemos y que puede llevar a la perdición o a la redención. Extraordinaria, subestimada: es el momento para rescatarla.