miércoles, 5 de mayo de 2010

METRÓPOLIS RESTAURADA




Informa el New York Times que comenzará a exhibirse la versión restaurada de "Metrópolis" , una de las obras maestras de Fritz Lang, filmada en 1927, comprada por la Paramount para su exhibición en Estados Unidos, por lo que sufrió cortes. Así, la versión que se conoce hasta el momento está mutilada. La que se "estrenará" dura el tiempo original, explica personajes y momentos, dando una visión exacta de lo que pretendía Lang. Ya había sido exhibida en el Festival de Berlín en febrero pasado y la noticia del descubrimiento fue hecho público en 2008, pero ya es un hecho su paso por pantallas grandes. Ya saben, además, que nuestros vecinos del norte son buenos para publicitarse y lo mejor para nosotros son sus medios de distribución.

Por cuestiones del destino, un distribuidor argentino se encontraba en Alemania cuando fue estrenada la cinta y compró una copia para su distribución en el país sudamericano. Fue antes de los cortes. La copia permaneció en el Museo del Cine que existe en Buenos Aires, donde la burocracia siempre impidió su búsqueda y cuidado. Gracias a la persistencia de un cinéfilo, Fernando Peña, trabajador de archivos fílmicos, quien tuvo la suerte de casarse con una mujer, colega suya, llamada Paula Félix-Didier, la cual fue nombrada directora del Museo mencionado, logró finalmente contar con una bóveda a su disposición para rescatar esa copia completa, en 16 mm, que fue preservada. Se anuncia que estará disponible en DVD dentro de unos meses. Ya la esperamos ansiosamente.

Otra gran ventaja es que han descubierto cuatro cintas del tiempo silente: una soviética de 1928 y otras tres norteamericanas. Todas eran consideradas como pérdidas culturales. Todavía queda mucho por descubrir en esa bóveda argentina.

La noticia nos deja dos enseñanzas: la persistencia debida a la pasión que mueve a los seres humanos rinde frutos; por otro lado, existen bóvedas inexploradas: los obstáculos para penetrarlas se deben a la estupidez humana cuyos ojos están centrados en lo inmediato y lo económico. No valoran la expresión estética ni el conocimiento, ni los legados del pasado.

Felicitémonos porque todavía hay en el mundo apóstoles de este calibre: seres verdaderamente apasionados por las cosas que verdaderamente valen la pena y que verdaderamente hablan de nosotros.