LOVE
2015. Dir.
Gaspar Noé
Murphy (Karl Glassner) conoce a Elektra
(Aomi Muyock) e inicia una relación apasionada que se ve trastocada por los
celos y las infidelidades. A pesar de que ambos experimentan sexualmente, las
reacciones son contradictorias: Murphy estalla enojado ante algo que él
provocó. Elektra le cuenta relaciones con las cuales le ha engañado. Siempre
terminan haciendo el amor. Todo se narra fragmentariamente, desde que Murphy
recibe una llamada donde se entera que ella ha desaparecido.
Filmada con escenas de sexo explícito:
la primera escena muestra a Elektra masturbando a Murphy hasta que le produce
la eyaculación, la cinta tiene la finalidad de mostrar, como expresa Murphy,
aspirante a cineasta y alter ego del realizador, “una sexualidad romántica”. En
otro momento dice: “¿qué es lo más importante de la vida?” a lo que se
responde, “el amor”. La siguiente pregunta es “¿y después del amor?”, se
responde “el sexo”.
Noé utiliza a esta pareja para mostrar
las variedades de la sexualidad como parte de la experiencia amorosa: un trío,
la alternativa de un transexual, un club de relaciones entre personas que ni se
conocen u otros compañeros. Es un largo retrato de la pasión amorosa, de la
obsesión entre un hombre por una mujer que llegará al llanto.
Para provocar más al espectador, Noé la
ha filmado en tercera dimensión y así vemos a un pene eyacular directamente
desde la pantalla. Y curiosamente, no resulta vulgar. Si al principio agrede,
luego se va uno acostumbrando a ver estas descripciones gráficas porque todo es
resultado de la consumación amorosa. No es la primera vez que una cinta de gran
producción utiliza la inserción de escenas explícitas (el fraudulento Von Trier
lo ha hecho; Winterbottom con Nueve orgasmos; Bellocchio con El diablo en el
cuerpo, entre otros). En este caso es frecuente, a todo color y con la visión
estereoscópica. El argentino Gaspar Noé, radicado en Francia, ya había explorado la sexualidad en Irreversible (2002) con el caso de una brutal violación.