martes, 8 de diciembre de 2015

GRATA SORPRESA


600 MILLAS
2014. Dir. Gabriel Ripstein.




       El muy joven Arnulfo (Kristyan Ferrer, excelente) transporta armas que consigue en Estados Unidos hacia México junto con un cómplice norteamericano. Las constantes compras levantan la sospecha del agente federal Hank (Tim Roth) que lo sorprende en una de ellas, pero es golpeado por el compañero de Arnulfo. Éste no sabe qué hacer: es novato. Prefiere llevarlo consigo para ver cómo logra información o puede servir para sus contactos mexicanos. Inicia un viaje hacia Culiacán donde trae consigo al agente. Se comporta de manera muy normal y gentil hacia el hombre por lo que su relación, externamente, toma matices de una amistad sublimada.




       Ópera prima del hijo de Arturo Ripstein quien, afortunadamente, no demuestra que sea “hijo de tigre, pintito”. La cinta tiene tan buen ritmo exterior (e interior), al grado que atrapa al espectador quien, de pronto, se sorprende al ver que la cinta ha terminado (dura 85 minutos). Se va narrando el proceso de adquisición de armas legales para su uso por la delincuencia organizada en México. Arnulfo los pasa camuflados en las camionetas que le proporcionan en nuestro país. Luego se sigue con el problema entre seres humanos: primero agente que hace su trabajo para después tornarse en prisionero del joven quien lo transporta hacia su familia. El camino hace notar la ingenuidad, la presa virgen todavía acechada por el cinismo y la corrupción. Hay pequeños toques que humanizan al joven Arnulfo, emocionado por una jovencita a la cual compra una joya o imposibilitado moralmente para asesinar a una persona aunque no puede permitir el crimen injusto.

 Arnulfo va con su tío (Noé Hernández), también delincuente,
para darse cuenta de terribles consecuencias

       Hank, por su parte, comprende este rasgo heroico de su joven salvador, en cierto momento, que será importante cuando su rol pase de víctima a poderoso. A la hora de la verdad, ha sobrevivido gracias a Arnulfo. Hank, por su parte, ha intercambiado algunas confidencias con el joven sin que tenga dobles intenciones y hasta se conmueva por la historia conyugal del agente. La cinta termina de pronto porque todo se ha dado a entender y no queda más que redondear al personaje federal. La cinta es, entonces, una radiografía de la humanidad. Una imagen de la inocencia antes de la corrupción. El entendimiento dentro de la sinrazón y el caos en que estamos sumergidos.



Uno de los mejores actores jóvenes del cine mexicano actual,
aunque a veces elige tramas estúpidas ("Guten tag, Ramón", por ejemplo)
       Esperemos que al joven Ripstein no le toque repetir la triste historia de su padre quien también ofreció unos años con títulos deslumbrantes para luego caer en el fastidioso tedio y en las cintas desesperantes, sin sentido, que a nadie le importan y continuar viviendo de la fama creada y de las relaciones personales. En este caso, se contó con el apoyo de Televisa y sus poderosos, con la ventaja de que no resultó ser un producto infame o superficial. Bien vale la pena como inicio de carrera, por lo pronto, prometedora.  


Gabriel Beristaín, con su actor, en el Festival
de Berlín donde ganó el premio de ópera prima