PASIÓN POR
LAS LETRAS
(Genius)
2016. Dir.
Michael Grandage
La relación
entre Max Perkins, editor formidable de la firma Scribner en los años
veinte, y Thomas Wolfe, escritor incipiente (y genial, acorde con Perkins),
conforman la trama de este fragmento biográfico filmado con un tono oscuro para
dar idea del pasado. Al llegar a sus manos el manuscrito de Look Homeward, Angel (traducida al
español como El ángel que nos mira, y en su versión teatral como Acuérdate del ángel),
Perkins entra en un vértigo lector que lo hace pensar que se encuentra frente a
otro genio literario. Inicia así una relación que lleva a Wolfe a considerar a
Max como su mentor y figura paterna.
La
película muestra a Perkins (Colin Firth, contenido, con un perenne sombrero
sobre su cabeza) como hombre de familia, esposo paciente y padre de cinco hijas,
por lo que la llegada de Wolfe le hizo sentir el arribo de un hijo putativo.
Por su parte, Wolfe (Jude Law, excesivo) es representado como explosivo y
apasionado, creador de palabras al mayoreo (llega con 700 páginas de su primera
novela y 5000 para la segunda: Del tiempo
y el río) quien, agradecido, luego de que muchas editoriales le habían
rechazado, tuvo para su fortuna al inexpresivo Perkins.
Con
el tiempo se van desarrollando varias cuestiones: la relación entre Wolfe y su
amante, la diseñadora escénica Aline Bernestein (Nicole Kidman), que llega a la
posesión destructiva; el reconocimiento por parte de Perkins que su familia
debe valorarse y ser tomada en cuenta; la separación amistosa entre escritor y
editor por resentimientos ocultos que, en realidad, surgieron a posteriori. La
cinta toma como punto esencial lo que significa el descubrimiento del genio,
como se llama la cinta originalmente, con todos sus defectos y variables. No es
solamente Wolfe quien sabía escribir, sino Perkins que poseía el talento para
darle sentido y concepto a los textos que recibía (no en balde fue quien le dio
paso a la fama a Ernest Hemingway y F. Scott Fitzgerald, por mencionar a dos
que aparecen como personajes en la cinta).
Wolfe, feliz, luego de recibir anticipo
por la futura publicación de su primera novela
Por
supuesto que la cinta es una visión romántica de lo que fue un escritor
entregado a su pasión literaria, en contraste con la correspondiente entrega y
pasión de alguien que amaba su oficio de editor. No ocurren grandes cosas:
momentos simples que luego descubrimos significativos en la existencia de dos
hombres. Wolfe todavía escribiría otras novelas que se publicarían
póstumamente.
La
película atrapa por la pasión. El retorno a una época donde todavía era posible
la capacidad de asombro y el establecimiento de temas y situaciones antes
inexploradas. Ambiente y tono adecuados para hablar de una época difícil en la
vida del norteamericano en ciertos ámbitos. El genio de Wolfe hizo que otro
gran escritor, William Faulkner, lo definiera como el talento más brillante de
su generación. Afirmación bastante aventurada considerando los nombres
soberbios que la componen. Al menos, la cinta, atractiva y nada aburrida,
incita a tomar los libros de Wolfe ya sea para descubrirlos o repasarlos.
El verdadero Thomas Wolfe (1900 - 1938)