DESDE ALLÁ
2015. Dir. Lorenzo
Vigas.
Desde
allá es tan enigmática como seductora. Armando (Alfredo Castro) es un
cincuentón, dedicado a la fabricación de prótesis dentales, que ofrece dinero a
jovencitos en la calle para que le acompañen a su departamento. No establece
contacto físico: les pide que se paren de espaldas frente a él quien, sentado,
se masturba cuando se quitan la playera y se bajan ligeramente los pantalones.
Todo cambia cuando conoce a Elder (Luis Silva), 17 años y homofóbico, quien lo golpea
antes de irse robándole la cartera y una figura de porcelana.
Armando insiste. Elder le regresa su
cartera. Lo invita a comer. El jovencito es víctima de una golpiza por lo que
Armando lo lleva a su casa y cuida hasta que se recupera. Elder, todavía
intentará abrir una caja fuerte y ataca a Armando antes de irse, pero retornará
arrepentido. A partir de este instante, inicia una relación de primera amistad. Elder
siente gratitud y se conmueve ante el cuidado casi paternal de Armando, hasta
que sucumbe al enamoramiento.
Hasta aquí se puede contar la trama. La
cinta sigue con giros que no se esperan, por lo cual se justifica la aplicación del
calificativo “enigmática”. La acción sucede en una Caracas muy bella que sufre
la desigualdad social, la inflación, las filas interminables de personas que
buscan comprar los artículos básicos para el alimento diario dentro del corrupto sistema político. Así, la cinta se
mueve entre el poderoso (una clase media que tiene dinero y cierto pasado
acomodado) y el que sobrevive (jovencitos que viven la violencia y el estigma del
abuso familiar).
La trama ofrece múltiples lecturas que van
desde la terrible soledad hasta el plan perverso para la realización de un
crimen. Armando viene a satisfacer sus traumas personales explotando al
jovencito bajo la seducción del dinero. Armando no intenta el contacto físico,
simplemente es producto de un pasado que no conocemos, solamente intuimos.
Armando busca, hasta que encuentra, a quien le apoyará cometiendo un crimen
anhelado. Y todavía quedan más interpretaciones.
Estamos en las antípodas de Los placeres ocultos (Eloy de la Iglesia,
1977) donde el banquero Eduardo perseguía a un jovencito para seducirlo y
enamorarlo. Aquí tenemos a un Armando que, sin ser atractivo, atrapa a su presa
para luego deshacerse de ella. No quedaría la frase de “Destruimos lo que
amamos” porque nunca nos damos cuenta de que surja amor de Armando hacia Elder,
aunque lo contrario sea cierto. Es otra variante de La ley del deseo (Pedro Almodóvar 1987) donde el joven Antonio era
quien se consumía de pasión por el director Pablo, mayor que él, para tenerlo y
suicidarse. Aquí, la entrega lo destruirá.
El realizador Lorenzo Vigas con Alfredo
Castro (izquierda) y Luis Silva (derecha).
El hecho de que “Desde allá” no se centre en
la homosexualidad sino en la compleja relación de dos hombres separados por la
edad y la clase social para tornarse en una historia de venganza indirecta,
hace que la cinta se torne tan atractiva como enigmática. Uno, como espectador,
debe imaginar todas las aristas que han quedado ocultas y de las cuales
recibimos solamente mínimos destellos. Una cinta que no deben perderse. Ganadora del León de Venecia en 2015 como mejor película.