UNCHARTED: FUERA DEL MAPA
(Uncharted)
2022. Dir. Ruben Fleischer.
Nate Drake (Tom Holland, con un carisma gigantesco) conoce al ladrón Sully (Mark Wahlberg) quien le comenta que conoció a su hermano Sam, alejado de Nate desde que eran pequeños, y le convence de que le ayude a descubrir un cargamento de oro que portaban los barcos del navegador Magallanes en el siglo XVI, ya que en dicho lugar podrá reunirse con Sam. Así comienza una aventura que lleva a estos dos personajes primero a Barcelona, donde explorarán espacios aparentemente ignotos en el subsuelo de la ciudad, y luego hasta Filipinas donde posiblemente se encuentren las naves. A lo largo de la trama se irán sucediendo traiciones, desconfianzas, giros inesperados, aparte de la resolución de enigmas y claves para poder llegar hasta la meta añorada. Basada en un popular videojuego de Playstation (empresa que coproduce la película), la cinta nos recuerda a la saga de Indiana Jones, además de las aventuras clásicas que alimentaban la imaginación de niños y adolescentes en el pasado (lo que ahora hacen, de otra manera, visualmente, estos mencionados videojuegos).
La cinta nos sumerge en aventuras plenas de misterio y exotismo, porque logra una atmósfera que le da cierta dimensión que, por desgracia, ya no se puede vivir ni consolidar en la realidad. Antes de la globalización era posible pensar en selvas inexploradas (que es la traducción precisa de la palabra “uncharted”), en ciudades subterráneas, en países lejanos y extraños. De hecho, las aventuras de Indiana Jones ocurren en el pasado, porque es importante que la tecnología no vuelva cercano al mundo ni ofrezca las ventajas de comunicación o información inmediatas. De ahí que, a pesar de que todo suceda en el presente, el espectador se sienta envuelto en escenarios que ya no se piensan próximos ni posibles. Se debe a un guion bien estructurado y a una cadencia bien planeada: se evitan tomas o explicaciones de sobra. De hecho, toda la secuencia inicial, con gran acción (y mucho efecto especial) volverá a repetirse en la segunda parte de la cinta pero bajo añadidos visuales que ofrecen otra perspectiva de lo que primero se pudo disfrutar.
El personaje de Nate, huérfano desde pequeño, amigo y compañero de su hermano (hasta que éste decide irse para vivir su vida), se va desarrollando paulatinamente: de ladrón de poca monta e irá creciendo en experiencia y en su autoestima. Sin conocer el videojuego original, uno piensa que sus adaptadores debieron ejercer un sinfín de decisiones para conformar una trama que tuviera coherencia y, sobre todo, acción intermitente. Son pocos los momentos en los cuales la cinta se detiene (sirven para darle alguna característica de interés y profundidad a los personajes) y no muestra compasión: la desconfianza se convierte en cualidad y es el “honor entre cómplices y ladrones” lo que le da sustento. El gran villano de la cinta, Moncada (Antonio Banderas) queda pequeño ante otra némesis terrible.
Tom Holland ha demostrado su calidad como actor dramático, aparte de saber explotar y equilibrar su popularidad gracias al cine de acción: sabe aprovechar su edad y momento (aunado con la simpatía natural que irradia). Aquí le acompaña Mark Wahlberg, otro actor que ha tenido el cuidado de administrarse en su carrera. Al director Fleischer le debemos las dos cintas de Zombieland además de la primera con el personaje de Venom. Con esos antecedentes, ya se tenía, al menos, la predicción de un entretenimiento interesante, pero, sobre todo, atrapante.
El director Ruben Fleischer con Tom Holland y Antonio Banderas