BUSQUEDA
IMPLACABLE 2
(Taken 2)
2012. Dir.
Olivier Megaton.
Partamos de casos ya muy conocidos: El
padrino 2 es mejor que El padrino; La novia de Frankenstein brindó otro
matiz humanizado al original Frankenstein; El imperio contraataca
supera
con mucho a La guerra de las galaxias original. Hay otros en los cuales da
miedo pensar en secuelas (Ted, por ejemplo, que ya cumplió con creces su
misión original y establecimiento de personaje y situaciones). Y hay diversos
casos que no mencionaré, donde la secuela vino a dar pena ajena (bueno, puede recordarse a Vaselina 2).
Búsqueda implacable 2 alcanza su misión
de complemento. Juega con sus personajes para enfatizar la calidad de los
mismos. Subraya la paranoia que ya es pandémica de los norteamericanos post 9/11.
Va al punto transcontinental entre Europa y Asia, al desarrollarse en Estambul:
sin llegar al extremo oriental de Irán o la dolida Afganistán, ni quedarse en
el París original y ya multiétnico. A cualquier espectador que busque emociones
y “escapismo” le va a fascinar. Al cinéfilo apasionado le atraparán las pruebas
y dilemas morales: ¿en una guerra, ya sea civil o entre cárteles, quién tiene
la razón? Es el común sentido de venganza que se confunde con el término
justicia, dependiendo de cuál lado es el que habla.
Mills (Liam Neeson) viaja hasta
Estambul en una misión de trabajo. El padre, Murad (Rade Serbedzija), de una de
las víctimas de la cinta original (quien era tratante perverso de blancas) jura
que Mills pagará con su sangre. Si en la cinta original, la hija de Mills
viajaba a París para ser secuestrada, ahora son exesposa (Famke Janssen)
e hija
(Maggie Grace)
quienes lo acompañan y se convierten en medios para que el agente se rinda y sea ahora la víctima. La película, entonces, muestra el secuestro de Mills y su exmujer, mientras que la hija logra escapar de sus posibles victimarios. Lo que seguirá, está entre tantas situaciones que llegan a lo inverosímil pero que se aceptan cuando el héroe muestra su invulnerabilidad ante la acción, aunque le obligue el corazón a rendirse, pero sin que podamos esperarlo. Es en el sentido de la familia que estas dos películas han validado los extremos narrativos.
Por tal motivo, Mills responde al padre
dolido que su hijo era el peor tratante de jovencitas que existía, ante el
reclamo de que ahora él, Mills, a su vez vive feliz con su familia. Mills le insiste que en
lugar de matar o morir, puede disfrutar a sus otros hijos. Murad no distingue
moralmente el hecho y entra al tema buñueliano de El río y la muerte con las
eternas venganzas: primero matas a mi padre, luego mato al tuyo, llega tu hijo
a matarme y más tarde vendrá el mío por ti… con todas las variantes hasta el
infinito. El héroe deja en claro, aunque en vano, esa bondad y da oportunidad
para que terminen las amenazas e intranquilidades.
Se ofrece el sentido geográfico e
inteligente que cualquiera podemos vivir con un GPS, pero trasladado a la realidad
humana aunque se torna en explicación violenta (el policía corrupto, las calles
angostas, la orientación que se torna en hegemonía). La cinta insiste en la
superioridad del hombre blanco (estadounidense, aunque sea un irlandés que ha
hecho su carrera en Hollywood) pero es causa común: la aspiración de todo
director que quiere trascender su nacionalidad e irse a la fábrica de sueños. Y
eso que la producción no es netamente norteamericana, sino franco-turca.
Y tenemos al elegante Olivier Megaton
como director. Una de las mejores y más subestimadas películas de acción del
2011 fue Colombiana con su personaje aparentemente frío, educado por el dolor
y para el crimen; de la delincuente profesional que busca, de igual manera, la
justicia en el sentido que comentaba hace unos momentos.
Zoe Saldaña en Colombiana, otra obra soberbia de Megaton.
Las cualidades
narrativas de esta película tienen sus grandes antecedentes en ese título (que
Ud. debe buscar en Blu-ray o de cualquier manera para comprender mejor al
realizador, lo mismo que El transportador 3)
Jason Statham en otra excelente secuela: El transportador 3
porque Megaton es violento pero
evita la sangre por la sangre; sugiere sin consecuencias provocando angustia;
llega a extremos que no tienen continuidad porque no importan (granadas
lanzadas a ciertos espacios sin que sepamos que pasó con ellas, porque en
realidad ya cumplieron como pretexto y no sirven para la trama). Sus torturas
son indignantes y crueles pero solamente las sugiere, no las llega a mostrar.
Liam Neeson, fenomenal sin caer nunca
en la vulgaridad. A sus sesenta años sigue convenciendo en cualquier rol que
interpreta como pasó con el sordomudo de Sospechoso (Yates, 1987) que lo
colocó en el gusto del público y la popularidad internacional, aunque ya llevaba años en el cine... Búsqueda implacable 2 es una de las grandes películas del 2012 porque permite reflexionar sobre las políticas vigentes de la moral y racionalizar sobre lo que en estos tiempos se confunde como bien o como mal, dependiendo de cada individuo.