lunes, 8 de octubre de 2012

JUSTICIA O VENGANZA


BUSQUEDA IMPLACABLE 2
(Taken 2)
2012. Dir. Olivier Megaton.


         Partamos de casos ya muy conocidos: El padrino 2 es mejor que El padrino; La novia de Frankenstein brindó otro matiz humanizado al original Frankenstein; El imperio contraataca 


supera con mucho a La guerra de las galaxias original. Hay otros en los cuales da miedo pensar en secuelas (Ted, por ejemplo, que ya cumplió con creces su misión original y establecimiento de personaje y situaciones). Y hay diversos casos que no mencionaré, donde la secuela vino a dar pena ajena (bueno, puede recordarse a Vaselina 2).
        
         Búsqueda implacable 2 alcanza su misión de complemento. Juega con sus personajes para enfatizar la calidad de los mismos. Subraya la paranoia que ya es pandémica de los norteamericanos post 9/11. Va al punto transcontinental entre Europa y Asia, al desarrollarse en Estambul: sin llegar al extremo oriental de Irán o la dolida Afganistán, ni quedarse en el París original y ya multiétnico. A cualquier espectador que busque emociones y “escapismo” le va a fascinar. Al cinéfilo apasionado le atraparán las pruebas y dilemas morales: ¿en una guerra, ya sea civil o entre cárteles, quién tiene la razón? Es el común sentido de venganza que se confunde con el término justicia, dependiendo de cuál lado es el que habla.



         Mills (Liam Neeson) viaja hasta Estambul en una misión de trabajo. El padre, Murad (Rade Serbedzija), de una de las víctimas de la cinta original (quien era tratante perverso de blancas) jura que Mills pagará con su sangre. Si en la cinta original, la hija de Mills viajaba a París para ser secuestrada, ahora son exesposa (Famke Janssen) 
e hija (Maggie Grace) 


quienes lo acompañan y se convierten en medios para que el agente se rinda y sea ahora la víctima. La película, entonces, muestra el secuestro de Mills y su exmujer, mientras que la hija logra escapar de sus posibles victimarios. Lo que seguirá, está entre tantas situaciones que llegan a lo inverosímil pero que se aceptan cuando el héroe muestra su invulnerabilidad ante la acción, aunque le obligue el corazón a rendirse, pero sin que podamos esperarlo. Es en el sentido de la familia que estas dos películas han validado los extremos narrativos.

         Por tal motivo, Mills responde al padre dolido que su hijo era el peor tratante de jovencitas que existía, ante el reclamo de que ahora él, Mills, a su vez vive feliz con su familia. Mills le insiste que en lugar de matar o morir, puede disfrutar a sus otros hijos. Murad no distingue moralmente el hecho y entra al tema buñueliano de El río y la muerte con las eternas venganzas: primero matas a mi padre, luego mato al tuyo, llega tu hijo a matarme y más tarde vendrá el mío por ti… con todas las variantes hasta el infinito. El héroe deja en claro, aunque en vano, esa bondad y da oportunidad para que terminen las amenazas e intranquilidades.

         Se ofrece el sentido geográfico e inteligente que cualquiera podemos vivir con un GPS, pero trasladado a la realidad humana aunque se torna en explicación violenta (el policía corrupto, las calles angostas, la orientación que se torna en hegemonía). La cinta insiste en la superioridad del hombre blanco (estadounidense, aunque sea un irlandés que ha hecho su carrera en Hollywood) pero es causa común: la aspiración de todo director que quiere trascender su nacionalidad e irse a la fábrica de sueños. Y eso que la producción no es netamente norteamericana, sino franco-turca.


         Y tenemos al elegante Olivier Megaton como director. Una de las mejores y más subestimadas películas de acción del 2011 fue Colombiana con su personaje aparentemente frío, educado por el dolor y para el crimen; de la delincuente profesional que busca, de igual manera, la justicia en el sentido que comentaba hace unos momentos. 

Zoe Saldaña en Colombiana, otra obra soberbia de Megaton.

Las cualidades narrativas de esta película tienen sus grandes antecedentes en ese título (que Ud. debe buscar en Blu-ray o de cualquier manera para comprender mejor al realizador, lo mismo que El transportador 3

Jason Statham en otra excelente secuela: El transportador 3

porque Megaton es violento pero evita la sangre por la sangre; sugiere sin consecuencias provocando angustia; llega a extremos que no tienen continuidad porque no importan (granadas lanzadas a ciertos espacios sin que sepamos que pasó con ellas, porque en realidad ya cumplieron como pretexto y no sirven para la trama). Sus torturas son indignantes y crueles pero solamente las sugiere, no las llega a mostrar.


         Liam Neeson, fenomenal sin caer nunca en la vulgaridad. A sus sesenta años sigue convenciendo en cualquier rol que interpreta como pasó con el sordomudo de Sospechoso (Yates, 1987) que lo colocó en el gusto del público y la popularidad internacional, aunque ya llevaba años en el cine... Búsqueda implacable 2 es una de las grandes películas del 2012 porque permite reflexionar sobre las políticas vigentes de la moral y racionalizar sobre lo que en estos tiempos se confunde como bien o como mal, dependiendo de cada individuo.