domingo, 31 de marzo de 2013

DEPREDADORES EMOCIONALES


PERVERSOS: TRISTANA: EL OCASO DE UNA VIDA
 

Hay ocasiones en que coinciden temas y situaciones sin esperarlas. Me llega un paquete de películas donde están, entre otras, Tristana (Luis Buñuel, 1970) y El ocaso de una vida (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950) en nítidas versiones Blu-ray y aprovecho este período vacacional para disfrutarlas de corrido. Dos cintas clásicas donde se habla de la apropiación del otro.
 

Tristana (Catherine Deneuve) es una jovencita que queda huérfana y es protegida por el decadente, convenenciero y socialista Lope (Fernando Rey) quien, con el tiempo, la posee carnalmente de una manera ventajosa: sin ataduras legales. Conoce a un pintor que se enamora de ella y parten para vivir juntos. Tres años más tarde, ella regresa enferma, pierde una pierna y Lope, entonces, enriquecido por una herencia legada por su hermana, le ofrece matrimonio. Tristana es ahora una mujer llena de rencor que ayuda a provocar la muerte de Lope.

 
Norma Desmond (Gloria Swanson) fue una estrella del cine silente que perdió popularidad al llegar el sonido. Ahora, con cincuenta años encima, bastante rica, vive encerrada en su vieja y descuidada mansión en las colinas de Hollywood. A este lugar llega el guionista Joe Gillis (William Holden), escapando de unos acreedores. Norma le ofrece que adapte un guión que ha escrito por muchos años para su soñado retorno. Joe aprovecha la situación para sacar dinero. Norma lo va acorralando paulatinamente para que permanezca a su lado. Cuando Joe decide abandonarla, Norma lo mata y enloquece.

 
Son dos tramas tan distintas pero que comparten un mismo tema. Lope utiliza a Tristana, primero por las convenciones del tiempo (los años veinte, en Toledo), con su lema “mujer honrada, pierna quebrada y en casa”, la obediencia de la jovencita y lo que sería un derecho machista: al ser su protector podía utilizarla para su gusto. Tristana se somete, pero será años más tarde cuando exprese su asco por el viejo, sobre todo comparándolo con el atractivo joven que la encuentra y demuestra su amor. Norma, por su lado, encuentra una salida a su soledad y un alivio para su hambriento narcisismo en la persona de Joe, un hombre que le llevara veinte años menos, una ilusión del pasado, aunque le declare que no estaba en sus planes enamorarse. La frase que utiliza Norma cuando Joe toma sus maletas para partir es “nadie abandona a una estrella” comprobando que más que un sentimiento pasional tenía a alguien que llenaba su necesidad de reconocimiento, aunque fuera falso.

 
Me encuentro, luego de ver ambas maravillas, un artículo de María Teresa Priego en El Universal, donde habla sobre “La perversión narcisista”. Expresa en algunos párrafos varias ideas que me conectan con estos personajes fílmicos. “El perverso narcisista es un depredador emocional […] vengándose en los demás por su propia incapacidad de amar”. Tanto Norma, casada tres veces desechando maridos (el primero fue el que la descubrió ¡y ahora es su mayordomo!) como Lope (solterón, ocioso, que vive de sus rentitas para no trabajar porque es denigrante lo que hacen los patrones) creen en la idea del amor, nunca en su realidad, y así se han mantenido a lo largo de los años. Los demás son cosas.

 
“(El perverso narcisista) primero idealiza: esta persona sí podrá sanarlo de su desierto emocional a través de un éxtasis fusional en el que los atributos del otro serán todos suyos”. Tanto Tristana como Joe caerán presas del proceso que utiliza este perverso: “seducción, manipulación-dominación, destrucción”. Aún en el caso donde Tristana queda libre del yugo de Lope por su muerte, ella ha sido destruida por las circunstancias de su vida: de la dulce joven con anhelos artísticos ha quedado una paticoja amargada, sin mayores prospectos. Joe queda literalmente anulado.
“El perverso no puede vivir sin la mirada ni el amor de los otros, pero le produce un odio intenso, y una envidia sin límites el amor de los otros”. Lope, dentro de su cobardía va a exigir satisfacción al pintor que quiere llevarse a Tristana: lo abofetea con guante para recibir un puñetazo que le pone en su lugar: ha pasado el tiempo, es un viejo ridículo, pero su seguridad personal es que la mujer volverá a su lado. Norma intriga contra Joe en la persona de una joven guionista con la cual trabaja, a escondidas, un proyecto para cine. Joe debe terminar esta relación y abrirse de capa ante su condición de mantenido.

 
Todo el artículo puede ir explicando diversas partes de las películas y ofreciendo mayor comprensión de los personajes involucrados. Recomiendo la visión de estas películas: hay versiones en DVD en las tiendas especializadas, pero más que nada que empaten la experiencia con la lectura del artículo de la inteligente Ma. Teresa Priego (www.eluniversalmas.com.mx) o buscarla en Facebook donde comparte sus siempre interesantes opiniones sobre la condición humana.