PERVERSOS:
TRISTANA: EL OCASO DE UNA VIDA
Hay ocasiones
en que coinciden temas y situaciones sin esperarlas. Me llega un paquete de
películas donde están, entre otras, Tristana (Luis Buñuel, 1970) y El ocaso
de una vida (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950) en nítidas versiones Blu-ray
y aprovecho este período vacacional para disfrutarlas de corrido. Dos cintas
clásicas donde se habla de la apropiación del otro.
Tristana
(Catherine Deneuve) es una jovencita que queda huérfana y es protegida por el
decadente, convenenciero y socialista Lope (Fernando Rey) quien, con el tiempo,
la posee carnalmente de una manera ventajosa: sin ataduras legales. Conoce a un
pintor que se enamora de ella y parten para vivir juntos. Tres años más tarde,
ella regresa enferma, pierde una pierna y Lope, entonces, enriquecido por una
herencia legada por su hermana, le ofrece matrimonio. Tristana es ahora una
mujer llena de rencor que ayuda a provocar la muerte de Lope.
Norma
Desmond (Gloria Swanson) fue una estrella del cine silente que perdió
popularidad al llegar el sonido. Ahora, con cincuenta años encima, bastante
rica, vive encerrada en su vieja y descuidada mansión en las colinas de
Hollywood. A este lugar llega el guionista Joe Gillis (William Holden),
escapando de unos acreedores. Norma le ofrece que adapte un guión que ha
escrito por muchos años para su soñado retorno. Joe aprovecha la situación para
sacar dinero. Norma lo va acorralando paulatinamente para que permanezca a su
lado. Cuando Joe decide abandonarla, Norma lo mata y enloquece.
Son dos
tramas tan distintas pero que comparten un mismo tema. Lope utiliza a Tristana,
primero por las convenciones del tiempo (los años veinte, en Toledo), con su
lema “mujer honrada, pierna quebrada y en casa”, la obediencia de la jovencita
y lo que sería un derecho machista: al ser su protector podía utilizarla para
su gusto. Tristana se somete, pero será años más tarde cuando exprese su asco
por el viejo, sobre todo comparándolo con el atractivo joven que la encuentra y
demuestra su amor. Norma, por su lado, encuentra una salida a su soledad y un
alivio para su hambriento narcisismo en la persona de Joe, un hombre que le llevara
veinte años menos, una ilusión del pasado, aunque le declare que no estaba en
sus planes enamorarse. La frase que utiliza Norma cuando Joe toma sus maletas
para partir es “nadie abandona a una estrella” comprobando que más que un
sentimiento pasional tenía a alguien que llenaba su necesidad de reconocimiento,
aunque fuera falso.
Me
encuentro, luego de ver ambas maravillas, un artículo de María Teresa Priego en
El Universal, donde habla sobre “La perversión narcisista”. Expresa en algunos
párrafos varias ideas que me conectan con estos personajes fílmicos. “El
perverso narcisista es un depredador emocional […] vengándose en los demás por
su propia incapacidad de amar”. Tanto Norma, casada tres veces desechando
maridos (el primero fue el que la descubrió ¡y ahora es su mayordomo!) como
Lope (solterón, ocioso, que vive de sus rentitas para no trabajar porque es
denigrante lo que hacen los patrones) creen en la idea del amor, nunca en su
realidad, y así se han mantenido a lo largo de los años. Los demás son cosas.
“(El
perverso narcisista) primero idealiza: esta persona sí podrá sanarlo de su
desierto emocional a través de un éxtasis fusional en el que los atributos del
otro serán todos suyos”. Tanto Tristana como Joe caerán presas del proceso que utiliza este perverso: “seducción,
manipulación-dominación, destrucción”. Aún en el caso donde Tristana queda libre
del yugo de Lope por su muerte, ella ha sido destruida por las circunstancias
de su vida: de la dulce joven con anhelos artísticos ha quedado una paticoja
amargada, sin mayores prospectos. Joe queda literalmente anulado.
“El
perverso no puede vivir sin la mirada ni el amor de los otros, pero le produce
un odio intenso, y una envidia sin límites el amor de los otros”. Lope, dentro
de su cobardía va a exigir satisfacción al pintor que quiere llevarse a
Tristana: lo abofetea con guante para recibir un puñetazo que le pone en su
lugar: ha pasado el tiempo, es un viejo ridículo, pero su seguridad personal es
que la mujer volverá a su lado. Norma intriga contra Joe en la persona de una
joven guionista con la cual trabaja, a escondidas, un proyecto para cine. Joe
debe terminar esta relación y abrirse de capa ante su condición de mantenido.
Todo el
artículo puede ir explicando diversas partes de las películas y ofreciendo
mayor comprensión de los personajes involucrados. Recomiendo la visión de estas
películas: hay versiones en DVD en las tiendas especializadas, pero más que
nada que empaten la experiencia con la lectura del artículo de la inteligente
Ma. Teresa Priego (www.eluniversalmas.com.mx)
o buscarla en Facebook donde comparte sus siempre interesantes opiniones sobre
la condición humana.