miércoles, 27 de marzo de 2013

ESTRELLA PORNO

HARRY REEMS (1947 - 2013)

En 1972 una película pornográfica causó sensación y cambió la mirada hacia este tipo de cine para siempre. Era Garganta profunda (Deep Throat, Gerard Damiano) que tenía cierta producción, cierto cuidado en la edición, pero más que nada, ¡había una trama! Hizo estrellas a sus protagonistas, la debutante Linda Lovelace, además del actor que interpretaba a un médico, llamado Harry Reems.


El argumento era simple: una muchacha llegaba con el médico para decirle que no sentía ningún placer cuando tenía relaciones sexuales. Ella quería escuchar cohetes y campanas. El médico la examinaba y se daba cuenta que tenía el clítoris en la entrada de su garganta por lo que tendría que practicar el sexo oral si deseaba un orgasmo. De esta manera, iniciando su nueva vida sexual con este médico, la muchacha llegaba a escuchar los sonidos que buscaba.


Todo mundo se enteró de la película que comenzó a adquirir una fama universal, excepto en los países donde la pornografía estaba prohibida para exhibirse públicamente. Aquí en México, particularmente Monterrey, era clandestina la venta de este tipo de películas, algo que les parecerá raro a los jóvenes que ahora pueden acceder a sitios pornográficos con la mayor facilidad del mundo por la Internet. No llegó de manera legal. Tuve la oportunidad de verla tres años más tarde en un viaje a los Estados Unidos. Seguía exhibiéndose junto con otras películas que surgieron después de ella, con tramas de interés y muchas escenas gráficas. Se dice que costó unos cuantos miles de dólares, hizo a sus estrellas populares y llegó a recaudar millonadas. Era chic para las personas famosas ir a verla y rompió tabúes. En 2005 se realizó el documental Inside Deep Throat  (Bailey y Barbato) que es un retorno y una reflexión sobre un fenómeno social de los años setenta que vino a ser consecuencia de la abierta sexualidad que se ansiaba y antecedente de muchas otras libertades de expresión.


Acaba de fallecer el 20 de marzo pasado el actor Harry Reems. Tenía 65 años, había cambiado de vida y profesión hacía mucho tiempo, pero jamás se había arrepentido de su primera etapa como estrella porno. Me llenó de nostalgia porque tuve la oportunidad de vivir esos tiempos represivos, cuando todavía nos asombrábamos de muchas cosas, de esos cohetes y campanas. Descanse en paz.