sábado, 24 de agosto de 2013

EL DIABLO EXISTE


EL CONJURO
(The Conjuring)
2013. Dir. James Wan.

 


            Cuando les comenté sobre la película previa del realizador malayo Wan (“La noche del demonio”, 2010), destaqué su constante tema del mal acechante.
 
En esta nueva obra soberbia, nos enteramos que la bruja Betsabé sigue viviendo en la granja donde se suicidó, asesinando antes a su hijo, para evitar que las madres sean felices con los suyos. Esta vieja casa ha sido adquirida por el matrimonio Perron con sus cinco hijas gracias a una subasta bancaria. Comienzan las malas experiencias y se recurre a una pareja dedicada a la demonología, los Warren, que buscará la manera de deshacerse de ese espíritu destructivo y poderoso.

 

Patrick Wilson y Vera Farmiga es la pareja demonóloga
 
            Igual que en esa cinta previa, ya mencionada, estamos ante el tema de la casa embrujada. En aquella ocasión, había que usarse el don del viaje astral y el descenso a los infiernos. Ahora es el fantasma insistente, vengativo, celoso, que se aferra a las espaldas de la madre, víctima sensible. Podría pensarse en cualquier antecedente semejante como “El terror de Amityville” o “Extrañas apariciones”, pero es una cinta de Wan que trasciende al género y que da muestra de su conocimiento fílmico y las diversas vueltas que da a temas y secuencias ya conocidas. De ahí que juegue con atmósferas y solamente muestre las imágenes demoniacas de manera intermitente.

 

Lili Taylor es la ama de casa poseída por el espíritu de una bruja
 
            Aquí no hay sueños, ni recreaciones de otra dimensión infernal: es el pasado eternamente sostenido de muerte, crimen. Son los pájaros que chocan contra la casa para matarse por el ambiente de terror. Wan retorna al uso del títere para mostrar un prólogo sugerente (que no tiene nada que ver con lo que luego se contará) pero que pone los pelos de punta y que, después, servirá para entrelazar estos mundos unidos por el eje fantasmal.  


La obsesión del realizador Wan por los muñecos y títeres
 

            Está basada en un hecho reportado de la vida real. La pareja Warren existió (Lorraine sigue viva a los 86 años; Ed falleció en 2006) y fue la que investigó precisamente el caso Amityville. Warren tenía la facultad de conducir exorcismos pero siempre atento a las indicaciones del Vaticano. En la película se ve obligado a tomar la decisión de enfrentar al demonio con todas los peligros y consecuencias derivadas de ellos.


Ron Livingston es Roger Perron quien descubre un sótano oculto en su casa
 
            James Wan, luego de una oscura producción filmada en Australia, llamó la atención con “Juego macabro” (Saw, 2004) que dio lugar a una franquicia exitosa y apasionante. Dueño de un estilo visual propio, directo, con ritmo adecuado y ambientación sugerente, se ha dedicado a hablar de las fuerzas del mal. En esta cinta se termina con una frase del verdadero Ed Warren donde especifica: “El diablo existe. Dios existe. Y para nosotros, humanos, nuestro destino depende de cual sigamos”. Ya sea el infierno sobre la tierra o en la dimensión que imaginemos, nos queda únicamente nuestro libre albedrío.

James Wan, uno de los grandes realizadores del siglo XXI