LAS PELÍCULAS
MEXICANAS DE 1934
1.
BOHEMIOS – RAFAEL E. PORTAS
2. CLEMENCIA – CHANO URUETA
3. CORAZÓN BANDOLERO – RAPHAEL
J. SEVILLA
4. CRUZ DIABLO – FERNANDO DE
FUENTES
5. CHUCHO EL ROTO – GABRIEL
SORIA
6. DOÑA MALINCHE – HILARIO PAULLADA
7. DOS MONJES – JUAN BUSTILLO
ORO
8. EL ESCÁNDALO – CHANO URUETA
9. EL FANTASMA DEL CONVENTO –
FERNANDO DE FUENTES
10.
LA ISLA MALDITA – BORIS MAICÓN
11.
JANITZIO – CARLOS NAVARRO
12.
UNA MUJER EN VENTA – CHANO URUETA
13.
MUJERES SIN ALMA – JUAN OROL/RAMÓN PEÓN
14.
NEZAHUALCOYOTL – MANUEL SÁNCHEZ VALTIERRA
15.
NO MATARÁS – MIGUEL CONTRERAS TORRES
16.
ORO Y PLATA – RAMÓN PEÓN
17.
PAYASADAS DE LA VIDA – MIGUEL ZACARÍAS
18.
EL PRIMO BASILIO – CARLOS DE NÁJERA
19.
¿QUIÉN MATÓ A EVA? – JOSÉ BOHR
20.
REBELIÓN – MANUEL G. GÓMEZ
21.
REDES – EMILIO GÓMEZ MURIEL
22.
TIERRA, AMOR Y DOLOR – RAMÓN PEÓN
23.
TRIBU – MIGUEL CONTRERAS TORRES
24.
TU HIJO – JOSÉ BOHR
25.
¡VIVA MÉXICO! – MIGUEL CONTRERAS TORRES
En 1934 se filmaron
25 películas (aunque una nunca vio la luz porque su negativo simplemente ardió
en llamas, o sea, “Nezahualcóyotl (el rey poeta)”, y otra filmada en Estados
Unidos aunque con capital nacional, “No matarás”). Así que de las 23 películas
(algunas que ya se han perdido para siempre) tenemos algunos casos que fueron
pioneros en su momento, como el cine de horror (“El fantasma del convento”); el
debut de Fernando Soler en el cine nacional (“Chucho el roto”); una cinta entre
documental y ficción con tema social (“Redes”); una divertida comedia de
intriga policiaca que era pretexto para números musicales e ironía (“¿Quién
mató a Eva?”); una visión de los vencidos en “Tribu”; una curiosa cinta sobre
la Independencia donde el actor que interpreta a Hidalgo es Paco Martínez,
esposo de Prudencia Grifell y futuro actor buñueliano como padre de Andrés
Soler en “El bruto” (“¡Viva México!”); un delirio sobre infidelidad y secretos
que conducen a la muerte (“El primo Basilio”); un experimento expresionista y
debut de un director que sería influyente para el triunfo de la industria desde
los años treinta (“Dos monjes”). La industria se iba consolidando.