MAD MAX: FURIA
EN EL CAMINO
(Mad Max:
Fury Road)
2015. Dir.
George Miller.
Mad
Max o la épica de la esperanza. En un futuro indeterminado, post apocalíptico,
donde la vida no tiene sentido y el hombre es esclavo de quienes se han
apoderado de la autoridad, un individuo (Tom
Hardy) que pasa los días obsesionado con la culpa de no haber podido
defender de la muerte violenta a su familia es hecho prisionero: tiene sangre
universal, por lo que es una fuente de energía para los extraños ¿soldados?,
entes entre la vida y la muerte, del dictador Immortan Joe. Cierto día es llevado bajo esta condición de
proveedor de sangre en persecución de Imperator
Furiosa (Charlize Theron) quien ha plagiado a las mujeres del dictador. Las
circunstancias le permiten la liberación y la pronta complicidad con Furiosa: ambos deberán confrontar y
enfrentar al malvado personaje.
Las mujeres de Immortan con la esperanza
de vivir otra existencia gracias a Furiosa
(una excelente Charlize Theron)
Furiosa
tiene la esperanza de retornar a su lugar de origen donde vivió feliz hasta que
fuera secuestrada. Piensa en el pasado perfecto donde habían los elementos para
sobrevivir. Ahí lleva a estas mujeres para que sus hijos, o ellas mismas, se
alejen de la perversión y la existencia funesta. Su encuentro fortuito con Max le impulsa a seguir en su afán hasta
que la realidad se le impone. Entonces, hay que tomar el camino de vuelta, con
otra esperanza: acabar con el sistema imperante. Max, por su lado, encuentra la posibilidad de recuperar algo de su
pasado (una chaqueta, su automóvil) e intentar sacudirse de su problema moral.
Es la esperanza de obtener algo simbólico, algo que recuerde a las etapas
felices como única salida en un mundo sin límites donde no hay otra alternativa:
la ley del más fuerte.
Un hombre que vive torturado por el pasado:
un ser vulnerable (Tom Hardy, excepcional)
El realizador George Miller retoma a su
personaje favorito para volver al ambiente que le satisface y que permitió su
reconocimiento mundial en 1979, dentro de lo que fue el glorioso surgimiento
del cine australiano en el mundo. Él mismo insiste que las cosas han cambiado pero
que era una idea que tenía siempre latente. Ama al cine de acción y filma esta
película como una ópera rock. Las imágenes de un guitarrista que acompaña
grandilocuente, con inmensas bocinas y sonidos al villano, que dan pauta a la
persecución, se tornan melodía armoniosa. La coreografía de Miller en sus
secuencias vertiginosas es perfecta: uno siente que la acción fluye y que no
hay error. Uno imagina el estilo y la forma de filmar que debió ser exacta para
el momento de la edición.
El maestro Miller concibió su cinta como una ópera rock
Furiosa encuentra a un grupo de mujeres
veteranas que son las sobrevivientes de su pueblo. Lo que les resta son un conjunto
de semillas para ser sembradas y germinar: esperanza del futuro. Ellas son las
que impelen al retorno: la marcha atrás para desmoronar al fatídico régimen. En
un mundo donde se ha roto todo sentido de civilización debe explotar la
destrucción para intentar un nuevo comienzo.
Las escenas de acción fluyen dentro
de la violenta realidad
Este es un verdadero nuevo comienzo: el
maestro Miller no filma otra versión de su Mad Max sino que lo vuelve a lanzar
al mundo. Son 35 años desde el original y ya han pasado dos generaciones que
tienen otras coordenadas en cuanto a cine, en cuanto a su capacidad de asombro
y su umbral de atención. El Max de
Mel Gibson (el rol que lo definió cuando era un joven bellísimo que se perdió
de repente) buscaba la venganza hacia quienes habían destruido a su familia.
Mel Gibson joven y los restos de Mel Gibson,
quien envejeció descaradamente
Uno de los villanos más interesantes
de los últimos tiempos
A mitad de los años setenta e inicios
de los ochenta, el cine australiano fue un fenómeno de loa festivales internacionales.
Aquí en México no tuvimos tanta suerte en poderlo conocer de primera mano, pero
llegaron Mad Max (1979) y Gallipoli (Peter Weir, 1981). Pasarían
años antes de conocer las cintas de Fred
Schepisi, Bruce Beresford o Gillian
Armstrong (todos ellos serían absorbidos por Hollywood en mayor o menor
manera). La experiencia y el genio cinematográfico de Miller quedan
comprobados. Mad Max: Furia en el camino es
una cinta muy disfrutable. Es el cine de acción con sentido donde cada escena
implica algo y se deja llevar por el
espectador que no puede desviar la mirada de la pantalla. Una de las grandes
películas de este año.
El maestro George Miller