domingo, 28 de junio de 2015

RODEADA DE FANTASMAS Y DEMONIOS...

LA NOCHE DEL DEMONIO 3
(Insidious: Chapter 3)
2015. Dir. Leigh Whanell.



         Quinn Brenner (Stefanie Scott) va en busca de Elise Rainier (Lin Shaye) porque se la han recomendado como psíquica y quiere hablar con su madre fallecida año y medio atrás. Elise, reticente, primero se niega pero luego accede para darse cuenta que hay un demonio que obstaculiza su trabajo. Quinn retorna a su casa, comienza a darse cuenta de situaciones extrañas y luego, por fijarse en una misteriosa figura espectral, es atropellada. A punto de morir, ya en otra dimensión, logra reaccionar en la mesa de operaciones para sobrevivir. Al retornar a su casa, las manifestaciones demoniacas se hacen más fuertes. Llega Elise para continuar con su trabajo psíquico y de esta manera evitar que Quinn sea poseída completamente por las fuerzas del mal.

Media alma de Quinn ha sido arrebatada 
por un demonio


         Tercera cinta con los personajes creados por el propio realizador, ahora, Leigh Whanell, en su debut como director, que viene a ser un antecedente a los hechos que pudimos disfrutar en la primera y segunda cinta de la serie. La acción ocurre pocos años antes y sirve para reiterar (comprobar) la premisa de estas cintas: cuando se hace el llamado a un espíritu para conectarlo, hay muchos otros a la expectativa, que incluye a los propios demonios. Hay alguno que se inserta en quien está solicitando el llamado.

Elise debe adentrarse en el mundo de la oscuridad
para recuperar a Quinn


         La cinta permite interiorizarse, como verdadera novela fílmica, en el personaje de Elise. Aquí sabemos que tiene el corazón destrozado: su marido se ha suicidado tiempo atrás y por eso vive encerrada consigo misma. Ya no hace lecturas o sesiones porque tiene a un espíritu acechándola. Ha perdido confianza en sí misma. Esa debilidad es la que ha restado energía. Quinn, por su parte, siente que no pudo comunicarse con su madre antes de su fallecimiento: tiene problemas con su padre y busca maneras de alejarse de su tutela. Esta sesión fallida que la llevará a su casi destrucción le abrirá los ojos a otra alternativa, además de permitir que la psíquica recupere su fuerza y sus capacidades.

La fantasma que obstaculiza las labores de Elise


         Dentro de su fantasía, la película es coherente. El estilo es elíptico y no se regodea en secuencias o imágenes largas ya que todo es entendible, sin requerir de mayores explicaciones o vueltas a otros momentos. Los personajes de los “caza fantasmas” que en las cintas previas aparecían como expertos (Specs y Tucker), aquí se muestran en los inicios, más informales y patéticos que serios. Viene a demostrar que el maestro James Wan (realizador de las cintas previas y quien ahora aparece un momentito como el jurado de la audición teatral de Quinn) sabe abrir y cerrar ciclos: los continúa si es necesario o simplemente produce (toda la brillante serie de Saw, juego macabro). En otros casos, todo se ha dicho de una sola vez (Sentenciado a muerte o El títere, por ejemplo). Aquí apoya a su guionista-cómplice Whannel para darle sentido a lo que sigue, o sea, al pasado que mostraba lo que ahora vendría: juego de palabras y tiempos.

Elise vive rodeada de espíritus y demonios


         Y luego están los repartos adecuados. Aquí se centra en Lin Shaye, una actriz fuera de serie, usualmente secundaria, cuya expresividad de rostro y fragilidad física, la colocan entre los personajes más inusuales en el cine de terror. La imagen final es impactante y confirma el destino de la psíquica Elise siempre rodeada de fantasmas o demonios. Dermot Mulroney, como el papá de la joven Quinn, será el actor más popular entre un grupo de desconocidos, principiantes o secundarios.

Leigh Whannel (como el caza fantasmas Specs), Dermot Mulroney
(como el padre afligido), Stefanie Scott (como Quinn)
y de espaldas la psíquica Elise (Lin Shaye).


         La cinta es subestimada por las almas mansas que simplemente tragan cine y no les queda más que expresar que es una copia de situaciones de cintas previas. Para los fanáticos de géneros, bien se sabe que hay más sustancia de la que se piensa. Una de las grandes ventajas de esta secuela es que fue escrita y dirigida por quien creó personajes pero más que nada dejó claro un discurso que sigue defendiendo. Por otro lado, ¿acaso no vivimos rodeados de fantasmas y demonios? Todo se deteriora: ya lo establece la termodinámica y somos parte de este mundo físico. Los cuentos de terror tienen su inspiración en algo...

 La estupenda Lin Shaye