DÍA DE LA INDEPENDENCIA: CONTRAATAQUE
(Independence Day: Resurgence)2016. Dir. Roland Emmerich.
Han
pasado veinte años desde que los extraterrestres atacaron a nuestro planeta
para ser derrotados por el mismito Presidente de los Estados Unidos (Bill
Pullman). Se ha logrado la reconstrucción y propiciado la unión entre los
pueblos (aunque hay algunos rebeldes en ciertas partes del mundo). Se ha
alcanzado una gran velocidad de transporte y se ha colonizado a la Luna con
bases militares. Cierto día aparece una nave que es atacada por órdenes
presidenciales (ahora es una mujer: Sela Ward) y llevada a la Tierra para abrir
una de sus partes. Inmediatamente ocurre otra invasión de los mismos seres que
dos décadas atrás destruyeron muchas partes del planeta. Algunos de sus
sobrevivientes pueden recibir comunicación sensorial. Entre los jóvenes
combatientes se encuentra el hijo del ya fallecido Capitán Hiller (Will Smith
en la cinta original) y otro soldado excepcional, el piloto Jake (Liam
Hemsworth). Reaparece el científico Dr. Devlin (Jeff Goldblum). Se descubre que
el enemigo desea perforar a la Tierra y robar la energía de su núcleo (algo que
la haría desaparecer así como a la humanidad). La relación entre la primera
nave atacada pero rescatada en parte, con los extraterrestres, es lo que
sustenta al argumento para darle comprensibilidad y sentido.
El
problema es que todo es tan superficial, pletórico de efectos especiales,
filmado bajo fórmula del género con la inteligencia de atrapar al espectador en
sus emociones primarias, que no alcanza a brillar. Es una película tediosa cuyo
argumento es una simple repetición de lo que había ofrecido la cinta original
que en su momento despertó la curiosidad mundial por el truco de su
mercadotecnia: los avances mostraban la destrucción de edificios emblemáticos
para el mundo. Al ver la cinta eso se reducía a una secuencia impactante,
breve, pero que luego decaía en el ánimo y se tornaba larga. Acá no es el problema
porque apenas dura un par de horas, pero los personajes no están delineados:
suceden tantas cosas con tantos hechos y situaciones que la atención no
permanece en alguna de ellas. Tal parece que la cinta fue hecha principalmente
para mostrar efectos especiales. A partir de las secuencias se fue rellenando
el argumento. Todo es gratuito y esperado. No hay mayor novedad que un elenco
juvenil que nunca muestra carisma (entre los tres hermanos Hemsworth, el magnetismo
lo absorbió solamente Chris). El joven que interpreta al hijo de Hiller (Jake
T. Usher) no alcanza la gracia de Will Smith (que al menos la mostraba).
Es
fácil demostrar que una película como ésta quede por debajo de las últimas
glorias del cine de acción exhibidas en este 2016. No tiene la complejidad de
la incomprendida Batman Vs. Supermán
o la congruencia temporal de X-Men:
Apocalipsis y ni se diga, en otro nivel, a la magistral e iconoclasta Deadpool, pero todo sería inútil. Y otro ejemplo de inutilidad es
la presencia de la “ninfómana vontrieriana
y anticristiana” (y feísima, por cierto) Charlotte Gainsbourg en el rol de una
científica teórica que no sabe ni qué hacer, solamente sonreír, esperando
quizás que alguien la maltrate. Tal parece que Emmerich pensó que podría darle
cierto toque de intelectualidad con esta actriz que en realidad devino
ridiculez. Una de las peores películas del año.
¿Dónde estás Will Smith?