ATENTADO EN
PARÍS
(Bastille Day)
2016. Dir.
James Watkins.
Un hábil ladrón y carterista, Michael
(Richard Madden) roba la bolsa de una joven mujer, Zoë (Charlotte Le Bon) que
se ha detenido en una calle de Montmartre sin saber que en la misma viene una
bomba dentro de un oso de peluche. Al no encontrar nada de interés, abandona la
bolsa que estalla a los pocos instantes dejando cuatro muertos detrás. Será
labor del agente de la CIA Briar (Idris Elba) localizarlo y detenerlo para que
el joven le confiese que no tenía idea de lo que contenía el objeto de su robo
y que no es un terrorista. A partir de ese momento inicia todo un ingenioso
juego de dobles traiciones y situaciones impensables para darnos cuenta que la
corrupción se encuentra por todos lados, infiltrada en los antiguos emblemas
del honor y la protección, aunque ahora manipulativa en extremo al existir las
redes sociales.
No puede contarse mucho sobre la trama
para no echar a perder ciertas sorpresas narrativas. Lo que debe establecerse
es que el realizador Watkins (a quien debemos previamente otros ejemplos de la
maldad inherente y endémica: Silencio en
el lago (2008) y La dama de negro
(2012) tanto en ámbitos naturales como sobrenaturales) tiene un gran
sentido de la acción constante y de las secuencias útiles: no hay nada que
sobre ni falte. La tensión es constante, sobre todo cuando se realizan
limitaciones en el tiempo. El título original de “Día de la Bastilla” está
presente porque todo sucede como terrorismo antes del día nacional francés,
pero lo mejor es que no se torna en eje principal. Lo que importa es dejar
claro que estamos inmersos en cloacas de ambición y hasta los fines idealistas,
ya sean reprobables como el terrorismo, o inspiradores como el ecologismo, por
poner un ejemplo, pueden ser traicionados.
Idris Elba y Richard Madden están
perfectos en sus roles. Cada uno ofrece humor y tensión. Elba es un actor
versátil que tanto puede reflejar una gran introspección (¿lo han visto en la
serie Luther en el canal BBC?) como
ser héroe invencible, con cuerpo atlético y energía. Madden, popular por la
serie Juego de tronos, es toda una
revelación. Las tomas de un París hermoso, mezcladas con sus azoteas y las
panorámicas con su simbólica Torre Eiffel, nos sitúan en un drama contemporáneo
de acción intermitente y de interesante discurso donde el racismo es
simplemente un pretexto para oscuras intenciones, en una ciudad que se
encuentra entre las más pobladas con personas de otras razas y países.
Extraordinaria.