CAFÉ SOCIETY
2016. Dir. Woody
Allen.
Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg) llega a
Los Ángeles en 1936 en pos de otros horizontes. Ha dejado su trabajo en el
Bronx, como asistente en la joyería de su padre, y busca a su tío materno Phil
Stern (Steve Carell) quien es famoso representante de artistas. Conoce a Vonnie
(Kristen Stewart), asistente de Phil, con la cual comienza a salir y a
enamorarse. Luego se entera que ella está viendo a un hombre casado que resulta
ser su propio tío. Ella lo escoge y Bobby retorna, decepcionado, a Nueva York.
Vonnie y Bobby paseando por las casas de las estrellas
para que surja el romance
Así, escuetamente, describo la trama
base de una película rica en muchos aspectos, típica de su extraordinario autor
completo (escritor – director). He dejado fuera las historias de la familia de
Bobby que tiene un hermano gánster, Ben (Corey Stoll), una hermana Evelyn (Sari
Lennick) casada con un comunista, así como sus padres Rose (Jeannie
Berlin) y Marty (Ken Stott). Ben es un hombre sin escrúpulos que mata para
ganar poder o lograr sus fines. Es quien da dinero a Bobby para que sobreviva
en Los Ángeles mientras encuentra su oportunidad.
El extraordinario Corey Stoll
La cinta nos lleva a la recreación del
ambiente de un Hollywood en los años treinta cuando ya se ha alcanzado una gran
estabilidad luego del advenimiento sonoro y el establecimiento de un sistema
estelar, con los grandes estudios florecientes a pesar de haber pasado por la
Gran Depresión Económica. Uno puede aclarar el año de la acción debido a referencias que
el propio Allen disemina en su narración: el letrero de Ritmo loco (Swing
Time, 1936, Dir. George Stevens), las escenas intercaladas de La mujer de rojo
(The Woman in Red, 1935, Dir. Robert Florey) o Los enredos de una dama(Libeled Lady, 1936, Dir. Jack Conway). Por otro lado están los diálogos que
hablan sobre Adolph Menjou queriendo abandonar el set de una filmación o que
una producción de Warner Bros. será perfecta para Bette Davis o que Joan Crawford era una mujer muy bella e imponente. A los
espectadores viejos (y cinéfilos), dichas referencias son valiosas y muestran
las pasiones particulares del ya anciano realizador que, tal vez, no importarán
a los jóvenes del público pero que dejan clara la admiración que el propio
norteamericano tiene hacia su cultura popular. Todo sirve para aclarar el
momento histórico.
Las referencias de una cultura popular venerada
Sin embargo, es más importante para
Allen narrar una historia de pasión no correspondida. Bobby se enamora
irremediablemente de Vonnie y escoge dejarla atrás cuando ella decide casarse
con el divorciado Phil. Lo que le ha servido como experiencia para crecer
profesionalmente le permitirá, gracias también al apoyo de su hermano hampón,
abrir un cabaret importante en Manhattan, pero no sobrepondrá el aspecto
romántico. Bobby encuentra a otra Verónica (Blake Lively) con la cual inicia
una relación que lo lleva al matrimonio y la paternidad. Vonnie viaja con Phil
a Manhattan en plan de negocios y su tiempo libre sirve para pasear con Bobby e
intentar el cierre del pasado. La posible infidelidad queda solamente en un
beso. El año nuevo dará lugar a una fiesta en el cabaret donde Bobby besará a
su Verónica pero el pensamiento estará en la Verónica original.
La segunda Vonnie no logra desvanecer a la primera
Allen nos lleva otra vez al pasado de
la misma manera que lo hizo con Días de radio (1987) o El gran amante
(1999) para enmarcar sus tramas dentro de circunstancias adecuadas para narrar
su historia: ya no existen, en el presente, ni el glamour ni los representantes
de estrellas que finalmente estaban atrapadas por un sistema de producción; tampoco existe la curiosidad por conocer las casas de las figuras de Hollywood. La
corrupción y el crimen permanecen, pero la manera en que Bobby puede hacerse de
su cabaret se debe a usos y costumbres gansteriles de esos años treinta. Estos
detalles son los que identifican y destacan a Allen que introduce en sus
películas las obsesiones y las pasiones que lo engullen. Aquí, hasta se da el
lujo de hablar de Errol Flynn y sus aficiones por muchachas menores de edad,
como contrapunto a su propio escándalo personal que lo envolviera hace unos
años.
Vonnie con su marido Phil
Café Society habla de un esplendor
perdido, de una Norteamerica que fue y vivió de cierta manera que el tiempo,
obviamente, borró por el progreso. El romanticismo de Allen deja entrever las
ironías del Destino: Bobby jamás se imaginaría que la dulce Vonnie hubiera
ligado su ambición a la del propio tío, pero así son las cosas. Sacrificar el
verdadero amor por otros usos y costumbres, sacrificios para alcanzar un lugar
en esa sociedad donde todos hablaban de todos, el chisme, la infamia, la
riqueza o la decadencia. Allen rescata un tiempo donde el país resurgía de la
pobreza inesperada, cuando Roosevelt ganaba su segunda elección al haber sacado
al país del caos, donde Hollywood reinaba en los sueños de los cinéfilos al haberlos
evadido de tristes realidades. Ese ambiente, esa idealización, ese Hollywood
del momento, traicionará la pasión de Bobby que solamente podrá mantener en sus
recuerdos.
El maestro Woody Allen con el elenco
de su más reciente, extraordinaria, película