lunes, 21 de noviembre de 2016

AMOR PERDIDO


CAFÉ SOCIETY

2016. Dir. Woody Allen.





         Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg) llega a Los Ángeles en 1936 en pos de otros horizontes. Ha dejado su trabajo en el Bronx, como asistente en la joyería de su padre, y busca a su tío materno Phil Stern (Steve Carell) quien es famoso representante de artistas. Conoce a Vonnie (Kristen Stewart), asistente de Phil, con la cual comienza a salir y a enamorarse. Luego se entera que ella está viendo a un hombre casado que resulta ser su propio tío. Ella lo escoge y Bobby retorna, decepcionado, a Nueva York.


Vonnie y Bobby paseando por las casas de las estrellas
para que surja el romance



         Así, escuetamente, describo la trama base de una película rica en muchos aspectos, típica de su extraordinario autor completo (escritor – director). He dejado fuera las historias de la familia de Bobby que tiene un hermano gánster, Ben (Corey Stoll), una hermana Evelyn (Sari Lennick) casada con un comunista, así como sus padres Rose (Jeannie Berlin) y Marty (Ken Stott). Ben es un hombre sin escrúpulos que mata para ganar poder o lograr sus fines. Es quien da dinero a Bobby para que sobreviva en Los Ángeles mientras encuentra su oportunidad.


El extraordinario Corey Stoll



         La cinta nos lleva a la recreación del ambiente de un Hollywood en los años treinta cuando ya se ha alcanzado una gran estabilidad luego del advenimiento sonoro y el establecimiento de un sistema estelar, con los grandes estudios florecientes a pesar de haber pasado por la Gran Depresión Económica. Uno puede aclarar el año de la acción debido a referencias que el propio Allen disemina en su narración: el letrero de Ritmo loco (Swing Time, 1936, Dir. George Stevens), las escenas intercaladas de La mujer de rojo (The Woman in Red, 1935, Dir. Robert Florey) o Los enredos de una dama(Libeled Lady, 1936, Dir. Jack Conway). Por otro lado están los diálogos que hablan sobre Adolph Menjou queriendo abandonar el set de una filmación o que una producción de Warner Bros. será perfecta para Bette Davis o que Joan Crawford era una mujer muy bella e imponente. A los espectadores viejos (y cinéfilos), dichas referencias son valiosas y muestran las pasiones particulares del ya anciano realizador que, tal vez, no importarán a los jóvenes del público pero que dejan clara la admiración que el propio norteamericano tiene hacia su cultura popular. Todo sirve para aclarar el momento histórico.


Las referencias de una cultura popular venerada



         Sin embargo, es más importante para Allen narrar una historia de pasión no correspondida. Bobby se enamora irremediablemente de Vonnie y escoge dejarla atrás cuando ella decide casarse con el divorciado Phil. Lo que le ha servido como experiencia para crecer profesionalmente le permitirá, gracias también al apoyo de su hermano hampón, abrir un cabaret importante en Manhattan, pero no sobrepondrá el aspecto romántico. Bobby encuentra a otra Verónica (Blake Lively) con la cual inicia una relación que lo lleva al matrimonio y la paternidad. Vonnie viaja con Phil a Manhattan en plan de negocios y su tiempo libre sirve para pasear con Bobby e intentar el cierre del pasado. La posible infidelidad queda solamente en un beso. El año nuevo dará lugar a una fiesta en el cabaret donde Bobby besará a su Verónica pero el pensamiento estará en la Verónica original.


La segunda Vonnie no logra desvanecer a la primera



         Allen nos lleva otra vez al pasado de la misma manera que lo hizo con Días de radio (1987) o El gran amante (1999) para enmarcar sus tramas dentro de circunstancias adecuadas para narrar su historia: ya no existen, en el presente, ni el glamour ni los representantes de estrellas que finalmente estaban atrapadas por un sistema de producción; tampoco existe la curiosidad por conocer las casas de las figuras de Hollywood. La corrupción y el crimen permanecen, pero la manera en que Bobby puede hacerse de su cabaret se debe a usos y costumbres gansteriles de esos años treinta. Estos detalles son los que identifican y destacan a Allen que introduce en sus películas las obsesiones y las pasiones que lo engullen. Aquí, hasta se da el lujo de hablar de Errol Flynn y sus aficiones por muchachas menores de edad, como contrapunto a su propio escándalo personal que lo envolviera hace unos años.


Vonnie con su marido Phil



         Café Society habla de un esplendor perdido, de una Norteamerica que fue y vivió de cierta manera que el tiempo, obviamente, borró por el progreso. El romanticismo de Allen deja entrever las ironías del Destino: Bobby jamás se imaginaría que la dulce Vonnie hubiera ligado su ambición a la del propio tío, pero así son las cosas. Sacrificar el verdadero amor por otros usos y costumbres, sacrificios para alcanzar un lugar en esa sociedad donde todos hablaban de todos, el chisme, la infamia, la riqueza o la decadencia. Allen rescata un tiempo donde el país resurgía de la pobreza inesperada, cuando Roosevelt ganaba su segunda elección al haber sacado al país del caos, donde Hollywood reinaba en los sueños de los cinéfilos al haberlos evadido de tristes realidades. Ese ambiente, esa idealización, ese Hollywood del momento, traicionará la pasión de Bobby que solamente podrá mantener en sus recuerdos.




         El maestro Woody Allen con el elenco
de su más reciente, extraordinaria, película