lunes, 19 de junio de 2017

CUERPOS DE TENTACIÓN


BAYWATCH: GUARDIANES DE LA BAHIA

(Baywatch)

2017. Dir. Seth Gordon.





         Mitch Buchannon (Dwayne Johnson), ex oficial naval, ahora cuida de la Bahía Esmeralda con un grupo de otros salvavidas. Es el momento del año en que aceptará a nuevos reclutas para llenar vacantes. Llega Matt Brody (Zac Efron), campeón olímpico de natación ahora en desgracia, prepotente por un apoyo oficial, aunque debe pasar por ciertas pruebas que le impone Mitch. Una vez conformado el nuevo grupo, surge la amenaza de que la bahía sea tomada por narcotraficantes comandados por la bella Leeds (Priyanka Chopra). Los salvavidas investigan ya que no cuentan con el apoyo policiaco dando lugar a varias secuencias de acción.





         Nueva lectura de una popular serie de televisión surgida en los años noventa cuyo mayor atractivo era un elenco de hombres y mujeres con cuerpos muy bien formados que se mostraban todo el tiempo gracias a que el escenario era precisamente la playa. Los programas se dedicaban a tratar asuntos personales de los protagonistas mezclados con intrigas policiacas: todos los elementos para mantener la atención y el placer del espectador. Lo mismo sucede con esta película: Brody no sabe trabajar en equipo y sufre bajo la autoridad de un jefe. Mitch es un personaje autosuficiente, celoso de sus deberes, procurador de justicia. Las damas son jóvenes bellas que saben comportarse dentro de un mundo masculino: fuertes, amenazantes, seguras de sí mismas, pero debe notarse que siempre se encuentran en plano secundario: meros objetos decorativos. En este aspecto, la cinta es misógina.





         La trama no va más allá de imponer la justicia, ofrecer algunos chistes que tienen que ver con la sexualidad o la camaradería masculina y mostrar mucha piel para beneplácito de los espectadores. El tono cambia: de la rivalidad inicial donde Brody es reacio a la autoridad, súbitamente se torna en patiño de su jefe. De cierta seriedad se pasa a la broma extrema (una secuencia grotesca en una morgue, por ejemplo). Lo que la une con las cintas de acción en el Hollywood contemporáneo es, nuevamente, el sentido de familia: el trabajo en grupo para triunfar y salir adelante.

Lo malo es que todo está desarticulado: los hechos suceden sin mayor contundencia y todo resulta entrecortado.





         Dwayne Johnson no puede negar su simpatía y resulta carismático. Zac Efron es convencionalmente bello acorde con el típico galán rubio al estilo Hollywood. Ambos tienen cuerpos perfectamente proporcionados que agreden al espectador que come palomitas. La joven Priyanka Chopra ofrece una villana muy aceptable a la que no se le permite la crueldad absoluta. No hay escenas sexuales: se juega con la sugerencia, aunque eso sí, el lenguaje original abusa de palabrotas y dobles sentidos. Dirigida al espectador medio, nada exigente, curiosamente, la cinta no alcanzó los niveles esperados de taquilla: el abuso de los mismos esquemas en el género, tal vez.