martes, 20 de junio de 2017

METÁFORAS DE LA MEDIOCRIDAD


ELLA ES UN MONSTRUO

(Colossal)

2016. Dir. Nacho Vigalondo.





         Gloria (Anne Hathaway) es alcohólica, ha perdido su trabajo como escritora en Internet, se la pasa de fiesta en fiesta hasta que su novio Tim (Dan Stevens) la corre de su departamento. Regresa a su pueblo donde llega a la casa de sus padres, ahora deshabitada, reencuentra a un viejo amigo de la infancia, Óscar (Jason Sudeikis), dueño de un bar en donde entra a trabajar, para continuar con su vida disipada. De pronto, se conoce la noticia de que un monstruo enorme, al estilo de Godzila, asuela a Seúl en Corea del Sur. Gloria descubre que en cierta área del pueblo, acorde con sus movimientos, ella es en realidad la que domina las acciones del  monstruo por lo que definen la destrucción o muerte en el país que está al otro lado del mundo. Más aún, al contarlo a Óscar, producen la creación de otro monstruo: un robot gigantesco. A partir de este momento, las irresponsabilidades y las tomas de conciencia harán que en sus manos se encuentren los destinos de los sudcoreanos.





         Esta doble narración permite adentrarnos en los personajes de una pareja de seres marcados por la rabia y la indolencia. Gloria, en su dipsomanía, ha perdido toda dignidad. Óscar, amigo de la infancia, posee todo un resentimiento por su vida insignificante. Inicia un juego obviamente metafórico donde su relación pasa de la confianza y el infierno entre dos (todas las noches, luego de cerrar el bar, permanecen bebiendo) que le resulta satisfactorio al hombre, hasta la necesidad de reconstrucción personal de la mujer. Mientras está ebria, Gloria provoca un desastre en la ciudad asiática que le permite recapacitar. Ahí es donde Óscar retoma su antigua rabia, su sentido de superioridad hacia su amiga sometida.





         La cinta deja introducirnos en el mundo de la mujer vejada por la pusilanimidad masculina. Aunque Vigalondo no toma la ruta fácil: Gloria ha tenido gran culpa de llegar a esta situación. Óscar ha permanecido hundido en la mediocridad infinita: arrastra, por lo tanto, a quienes puede tener a su lado. Habrá todo un proceso para que los monstruos creados puedan ser aniquilados y se tenga una tabla de salvación. Una cinta que no es fácil se torna entrañable por un reparto de excelencia y un juego impecable de espejos, reflejos obtusos. Debe destacarse a Hathaway y Sudeikis: ambos dan vida a monstruos cotidianos interpretando a personajes contrarios a los cuales nos tienen acostumbrados. Una de las mejores películas en lo que va del año.


Actores impecables