sábado, 28 de julio de 2018

¿FALSO O VERDADERO?


MISIÓN: IMPOSIBLE - REPERCUSIÓN
(Mission Impossible: Fallout)
2018. Dir. Christopher McQuarrie.



         Ethan Hunt (Tom Cruise) está de vuelta. Ahora le piden que recupere tres cabezas de misiles hechas con Plutonio que un grupo llamado "Los apóstoles" quieren utilizar para bombardear espacios religiosos con terribles consecuencias. Sin embargo, durante el trato para obtenerlas, ocurre una traición que hace que se pierdan. Se enteran que las tiene una mujer conocida como “Viuda blanca” a la cual debe encontrar tomando la identidad de un desconocido delincuente llamado “John Lark”. La mujer busca que le devuelvan a Solomon Lane (interpretado por Sean Harris, el estupendo villano de la cinta previa al cual Hunt dejó vivir y solamente capturar). Inician las traiciones, los enfrentamientos, la destrucción. Solamente logra conseguir una de las cabezas pero quedan pendientes las otras dos. A todo esto debe añadirse que a Hunt se le ha forzado a traer consigo a un agente sin escrúpulos por parte de la CIA llamado Walker (un fortachón Henry Cavill) quien será toda una sorpresa de manera posterior.

El equipo de Ethan Hunt

         La franquicia de Misión: imposible mantiene su energía. La inteligencia de sus guiones que saben equilibrar realidad con demasiada fantasía que siempre se acepta, ya que se tiene conciencia de que es una película. Bien planeada, la cinta nos lleva de Irlanda a París, a Londres y luego hasta a la India. Las secuencias son extraordinarias e impresionantes: todo se nota real: uno no sabe dónde inicia el efecto especial, la magia de la edición o si se está realizando una acción espectacular donde se asombra uno de los”dobles” de cine (o los límites hasta los cuales el propio Tom Cruise ha llegado: al cual, de todos modos, no se le puede exponer indiscriminadamente: otra interacción entre publicidad y realidad). Fíjese en la secuencia áerea con paracaídas o la persecución en motocicleta o la carrera sobre los edificios parisinos: obras maestras de composición, filmación y edición.


Henry Cavill y Angela Bassett: dos personalidades

         Luego se encuentra la esencia de todo este conjunto de cintas (que fue la motivación de la serie de televisión en la cual se basó) donde uno nunca sabe qué es verdad o qué es mentira. La actividad del equipo que maneja Hunt se basa en estas simulaciones. Uno se entretiene porque, además de la acción, se encuentra adivinando si lo que sucede en pantalla es toda una certeza o un fraude bien concebido. Dentro de los discursos de este cine espectacular existe el aspecto de documento: las mismas corporaciones tienen infiltrados que las traicionan; el mundo actual se debate entre lo que son las noticias falsas y gracias a la tecnología la realidad se puede manipular; cada vez más, la línea divisoría con la virtualidad es más fina e ir al cine es ya no solamente acceder al sueño, sino vivirlo plenamente. La saga de Misión: imposible nos coloca en ese límite y lo aceptamos porque nos sigue gustando soñar.

El estupendo Sean Harris como Lane: villano excelso