EL DISCÍPULO
[(M)uchenik]2016. Dir. Kirill Serebrennikov
Veniamin (Pyotr Skvorsov) es un
estudiante de secundaria que cierto día comienza a rebelarse contra el orden
establecido. A pesar de no ser un alumno brillante, empieza a citar frases de
la Biblia y a negarse a participar en actividades porque van contra la moral y
las ordenanzas de Cristo. Empieza por no tomar las clases de natación ya que no
está de acuerdo con las mujeres que vistan bikinis en la alberca. Luego, se
desnuda ante la clase de biología cuando la maestra Elena (Viktoria Isakova) reparte
condones invitando a sus alumnos a cuidarse indicando que la única manera es
siendo célibe. La maestra, siempre indiferente y contraria a las acciones de
Venia, se convierte, entonces, en su enemiga. Ante el asombro de ella, va
notando que el cuerpo académico y administrativo defiende al joven y toma
partido por sus acusaciones: el colmo ocurre cuando, vestido como gorila, se
rebela contra la teoría darwiniana ya que la Biblia enseña el creacionismo.
La rebeldía ante los compañeros y la maestra Elena
La cinta, basada en una obra alemana de
Marius von Mayenburg que fue adaptada por el mismo autor y el propio director, viene
a ser una alegoría del régimen actual del represivo Putin. Imagen de espejo
ante la insensatez y el fanatismo que ha provocado un retroceso en la sociedad
libre posterior a la Perestroika y al Glasnost. La actitud conservadora de
Veniamin, quien aparte de fanático se le representa como un jovencito que forma
parte de la nueva generación. Su discurso contra las aperturas de pensamiento
se centra en la doctrina cristiana más cerrada y oscurantista, además que su
ataque contra la maestra que no cree en su posición, es obscenamente antisemítica. Una gran curiosidad es que durante la cinta, cada frase bíblica, aparece escrita sobre la pantalla: una manera de subrayar lo que ahora resulta anticuado y sin sentido.
El estudiante fanático, hasta corrupto
Veniamin piensa que es la encarnación
contemporánea de Cristo. Si se siguen al pie de la letra los conceptos de fe y
espiritualidad, podrá haber salvación y redención. En algún momento, le indica
a uno de sus seguidores, el frágil y débil Grigoriy (Aleksandr Gorchilin) quien
tiene una pierna más corta que la otra por un problema congénito, que será
capaz de hacerle crecer el miembro deforme. Grigoriy confunde el acto soberbio
de Venia con el interés sexual y eso produce un malentendido que traerá
consecuencias funestas.
Veniamin con su fiel Grigoriy
El realizador Serebrennikov ha estado
en arresto domiciliario desde hace años. No pudo ir a presentar su más reciente
película (Leto) en Cannes. Se le
acusa de un fraude cuando fue director de un importante teatro en Moscú, acción
todavía sin pruebas, pero que vino a ser un castigo por presentar obras y
ballets que van contra los mandatos y prohibiciones del régimen ruso:
homosexualidad, libertad de cátedra y libertad de expresión. No es difícil
identificar estos hechos con las actitudes del falso profeta Veniamin pero
tampoco, y esto es lo más delicado, la actitud social ante sus hechos: es
preferible callar que tomar decisiones contra el amenazante fanático. Triste
realidad para una sociedad que alcanzó un gran desarrollo al dejar atrás el
comunismo: ahora la amenaza es peor.
El realizador Serebrennikov