sábado, 6 de octubre de 2018

LA SIMBIOSIS PERFECTA


VENOM
2018. Dir. Ruben Fleischer.


         Eddie Brock (Tom Hardy) es un impulsivo reportero de televisión. Vive con su novia, la abogada Anne (Michelle Williams) y cierta noche descubre en su computadora, un reporte confidencial donde se confirma la muerte de los tripulantes de una nave que retornaba a la tierra trayendo consigo unos especímenes extraterrestres. Al entrevistar al millonario Carlton Drake (Riz Ahmed) que financió estos viajes, saca el tema, sin poder comprobar nada, lo que provoca la furia del hombre, y Eddie es despedido. Su novia lo abandona, enojada por haberse sentido utilizada. Pasan seis meses.
El tiempo feliz de la pareja
         Previo a todo lo que he comentado, hemos visto un prólogo de la mencionada nave que se estrella en terrenos de Malasia y hemos sido testigos de que una especie ha escapado de su contenedor (otras dos se han rescatado) y se ha introducido en el cuerpo de uno de los astronautas. Su característica es que logra ser absorbida por otros cuerpos creando una simbiosis, siempre y cuando sean compatibles. El millonario Drake las ha traído a la tierra con la intención de que los cuerpos unan sus naturalezas y tengan la posibilidad de sobrevivir tanto en la tierra como en otro planeta. Por accidente, una de las especies se introduce en el cuerpo de Eddie creando la simbiosis perfecta.

Las primeras manifestaciones
         Hay mil detalles que el lector podrá conocer al ver la película pero lo que importa es el juego del discurso de esta enésima recreación de un héroe de historieta Marvel en el cine. Ya no tenemos exclusivamente al bueno luchando contra el malo: ahora se habla de “simbiosis” en un sentido científico, pero narrativamente tenemos al bien y al mal en conjunto. Eddie lucha con su conciencia de ser razonable, sin tendencia a la negatividad, contra el monstruoso Venom, ser que requiere alimentarse de seres vivos, sin considerar la ética o el respeto a la vida. Todo está dentro de sí mismo y hemos vuelto a la tesis de que todo hombre tiene una esencia malvada en su interior como nos lo recalcó Stevenson en su “Dr. Jekyll y el Sr. Hyde” que podía transformarse en el malvado Hyde para dar rienda suelta a sus bajos instintos. Aquí la lucha es interna y la transformación vuelve a suceder aunque con la plena conciencia por ambas partes. La diferencia reside en que al bueno de Eddie se le ha introducido otro ser malvado. Su dualidad es artificial: simbiótica, uno se alimenta del otro.
Las múltiples armas
         Al ser una historieta con compromiso moral para sus jóvenes lectores, llega un momento en que Eddie debe controlar al ser malvado. Éste “aprende” a distinguir entre ambas posibilidades. Sus acciones deberán dirigirse a la escoria del planeta y respetar a los seres inocentes. El realizador Fleischer usualmente habla de sobrevivencia en sus películas: los nuevos horizontes luego del apocalipsis zombi en Tierra de zombis; el joven que logra escapar de la bomba que trae atada al cuerpo en 30 minutos o menos; el grupo de policías que erradican el mal para que sobreviva Los Ángeles sin la mafia en Fuerza antigangster. En esta ocasión, Eddie logra sobrevivir gracias a la fuerza que se le ha incrustado y que le sirve como “empuje” de conciencia.
         Venom atrapa por esta manifestación del mal que transforma al cuerpo. Sus cualidades y sus armas son múltiples por lo que siempre sorprende: ya sea aventando objetos punzantes, adhiriéndose a las paredes, amortiguando balas, tomando la viscosidad y fluidez a través de superficies que recuerdan a La mancha voraz (The Blob, Yeaworth, 1958), transportándose a través de cuerpos como la fuerza antinatural en Poseídos (Fallen, Hoblit, 1998), pero advirtiendo que ciertos decibeles de sonido y el fuego son sus enemigos. Como todo héroe, Eddie será un hombre cuyas debilidades lo definan por sus limitaciones emocionales, para compensarlas apoyando al prójimo. Tom Hardy sorprende ante la vulnerabilidad manifiesta que lo separa de sus roles duros y rudos que nos ha ofrecido previamente.
Ruben Fleischer, el director de la sobrevivencia