miércoles, 24 de marzo de 2010

CHUCHERÍAS



En el canal de cable donde exhiben viejas comedias de la televisión mexicana, me tocó disfrutar un capítulo del programa "Chucherías", en blanco y negro, realizado en 1962, donde Chucho Salinas (baterista, cómico talentoso y hermano de los otros integrantes del Quinteto Salinas), Héctor Lechuga y Leonorilda Ochoa eran los protagonistas estelares con las actuaciones secundarias de Alejandra Meyer, Ricardo Pascual, Alfonso Zayas y Alejandro Suárez. El locutor era Jorge Labardini quien aparecía adelante de las imágenes de marcas comerciales (productos Herdez y pasta dentífrica Tami) que por entonces eran quienes mandaban sobre la programación que las agencias de publicidad vendían directamente.
En este programa Leonorilda canta "Son tus ojos verde mar" (de Gonzalo Curiel) y junto con Chucho Salinas interpreta el "dúo de los paraguas" (de la zarzuela "El año pasado por agua" de Chueca y Valverde); luego, Chucho, Lechuga y Leonorilda interpretan su versión de "Pretty Baby" (una bella canción de 1916), vestidos al estilo de los años veinte.
Hay un par de sketches sobre mujeres neurasténicas que reclaman a sus maridos que uno de ellos nunca pase la noche con ella, ante lo que le responde que no puede ser posible ya que trabaja como velador. Otra le exige que ya no llegue sucio a casa y el hombre le dice que es muy difícil porque trabaja como albañil.
En una sección fija llamada "Lo que sueña un mexicano", Lechuga narra que soñó que iba a reclamar el sobrecargo de un peso en su recibo de luz. Todos los empleados de la compañía renunciaban y el director de la misma iba a la cárcel porque era un deshonor. Lechuga jamás volvería a pagar un recibo y podría conseguir gratis todos los electrodómésticos deseados. Luego decía que lo había soñado mientras esperaba su torno en la compañía de luz al haberle cobrado 350 pesos en una casa que estaba vacía. El responsable de quejas lo corría y hasta le reclamaba.
Finalmente llegaba la entrevista política donde Salinas platicaba con un tipo que había ido a España y criticaban veladamente a Franco.
Fue muy disfrutable porque mostraba la manera en que se hacían estos programas en vivo, con mínima producción y apresuradamente porque no había cortes y se estaba grabando con el tiempo encima.
Siempre me toca la nostalgia (una característica que siempre percibirán en este blog) y recordé los domingos por la tarde cuando nos llegaba este programa, una semana después, al canal 3 local. Lo veíamos toda la familia y mi memoria es de que me carcajeaba con lo que ahora solamente me hace sonreír, conmover y añorar.
Hoy ya no están entre nosotros Meyer o Labardini ni Chucho; Leonorilda padece Alzheimer y está internada en una casa de reposo; Lechuga, muy viejo y enfermo, de repente aparece por algún rumbo.
¡Qué rico programa!
¡Qué rico programa!