domingo, 3 de febrero de 2013

EL PLACER DE VER A LA GENTE ENVEJECER



EL EJECUTOR
(Bullet to the Head)
2013. Dir. Walter Hill.

         Sylvester Stallone aparece como Jimmy Bobo, un pistolero a sueldo que cae víctima de una trampa: mata, junto con su compañero Louise (Jon Seda) a un ex policía que se ha apoderado de los secretos de un corrupto poderoso de Nueva Orleans. Éste, a su vez, pide que asesinen a los pistoleros: Louise sucumbe mientras que Jimmy se salva. A partir de este momento, su meta será la búsqueda y exterminio de su rival. A su vez, un detective  Taylor (Sung Kang) busca al asesino del ex policía.
 
 
La cinta nos lleva por momentos oscuros a través de una narración magistral: la primera secuencia es prácticamente de las últimas previas al desenlace, solamente que con alto contraste y falta de color. El diálogo nos dice que a un policía se le ha salvado asesinando a otro policía. La película nos muestra las diferencias entre ética y moral con una trama basada en una novela gráfica francesa, se denuncia la corrupción policiaca, el juego sucio de los poderosos y los personajes que, a pesar de su rudeza (y dureza) mantienen un poco de sentimentalismo que les redime.
 
 
Aquí vuelve a mostrar su atención hacia el héroe vuelto aparente criminal, aunque nunca mata mujeres ni niños. Siempre sus víctimas serán perversos o culpables comprobados para que se cumpla la justicia del hombre. Otra odisea dentro de un laberinto para llegar al villano superior. El hombre que es moralmente congruente y cumple sus promesas: “Te voy a matar” significa precisamente eso.

Es una cinta del maestro Walter Hill
 
 a quien le debemos “El peleador callejero” con un Charles Bronson rudo, equiparable al héroe de esta cinta (cuya acción también sucedía en Nueva Orleans, pero en 1933)
 
o “El conductor” con atmósferas tan oscuras. También fue el creador de “Los guerreros” (The Warriors), lectura contemporánea de “La Anábasis” de Jenofonte ya que era una expedición a través de la noche contra los enemigos entre pandillas de Nueva York
 
o “Calles de fuego”, otra versión sobre antiguas épicas que nos traen de vuelta a los grandes clásicos griegos.

La cinta denuncia la corrupción policiaca y la alianza con los poderosos. Qué mejor momento que el que se vive mundialmente con el trastocamiento de los ideales morales y la perversión de los valores. Uno siente que se encuentra en el medio ambiente universal. Una fábula de nuestro tiempo contada de manera directa, sin concesiones y cumpliendo con sus fines sin retrasar los hechos.

Jimmy Bobo es un criminal de carrera. Ha iniciado sus latrocinios desde la juventud y eso sirve como pretexto para mostrar diversas fotos de Stallone
 
desde que apareció en “Rocky” hasta nuestros días: lo vemos envejecer en pantalla ya que ahora, a los 66 años, sigue menudo (siempre ha sido de estatura mediana), con sus cirugías que ya no engañan, su piel ajada, pero la musculatura en su lugar y el papel de héroe, intacto. Es un placer verlo envejecido en un papel justo que nunca pierde la dignidad y que se da cuenta que, al final de la vida, más vale disfrutar de aquello que le puede dar sentido: en cualquier momento se puede morir.

Y se cuenta con un reparto secundario de primera clase: Sung Kang, actor usual en las cintas de Justin Lin (“Rápido y furioso”, por ejemplo),
 
como el noble detective Kwon, así como Jason Momoa, el segundo “Conan” que ahora aparece como villano espléndido.
  

“El ejecutor” ha sido bastante subestimada por la mayoría de la crítica convencional y calificada como “torpe” o “churro” por gacetilleros. Es una de las mejores películas que han surgido del cine norteamericano en lo que va del año y que marca el retorno, luego de una década de uno de los genios del cine surgidos en los años ochenta. No es para palomeros que quieren la acción por la acción y solamente buscan la “arrachera”.