DIVERGENTE
(Divergent)
2014. Dir. Neil Burger.
En un mundo futuro, luego de
una terrible guerra, los sobrevivientes están divididos en cinco facciones:
abnegación, verdad, cordialidad, erudición y osadía. Los jóvenes deben elegir a
cuál facción dedicarán su vida. Beatrice (Shailene Woodley) es hija de familia
que vive dentro de la “abnegación”.
La cinta está basada en otra
serie de novelas populares entre el público juvenil. Puede compararse con “Los
juegos del hambre” aunque resulta menos elaborada y más inteligente. Su gran
cualidad resulta ser la constante serie de retos a los cuales se enfrenta la
heroína y los contrastes entre ilusión y realidad que le van permitiendo
conocerse a sí misma y sus límites personales. Es interesante que el tema
principal se vaya hacia el control de los sentimientos de la humanidad y que la
villana (Kate Winslet, excelente, asumiendo su madurez)
Un gran acierto fue la
selección del realizador Burger cuyos antecedentes residen, precisamente, en el
manejo de la ilusión contra realidad.
Sus trabajos previos lo avalaban (“Sin
límite”, donde una droga permitía la aceleración del tiempo personal o “El
ilusionista” donde la falsa realidad era la manera de alcanzar los fines del
protagonista) y el resultado demuestra la efectividad de su enfoque hacia la
temática. Las mejores secuencias de la cinta son aquellas donde Tris (nuevo
nombre de Beatrice) es enfrentada con sus miedos. Cumplen visualmente con el
afán de mantener perplejo al espectador además de que narrativamente, es la
forma en que la protagonista va comprendiendo su naturaleza.
Nueva saga fílmica que tendrá
sus dos secuelas naturales en los próximos años, avaladas por el éxito
(merecido) que está teniendo la película primigenia.