PÁNICO 5 BRAVO
2013. Dir. Kuno
Becker.
Una primera escena muestra al
paramédico Alex (Kuno Becker) despertando en cama donde lo acompaña su novia (y
futura esposa) Felicia (Sofía Sisniega). Se besan y se dicen frases que les son
significativas a ambos.
Luego se pasa a la toma de una ambulancia que está
cercana a la frontera entre Arizona y México donde Alex bromea y platica con
sus compañeros Bobby (Aurora Papile), Josh (Dan Rovzar) y Richard (John Henry
Richardson).
Se dan cuenta que algo ha ocurrido a pocos metros de ellos, del
lado mexicano: un tipo está tirado, quejándose, con un balazo encima. Deciden
jugársela e ir a recogerlo aunque sea en el otro país. Lo hacen, pero entonces,
cuando van de regreso, la ambulancia es embestida por un auto que la voltea y
los deja sangrados y heridos a todos. Lo que sucede es que el balaceado es alguien
que le interesa a unos narcotraficantes. Uno en particular que se escucha
durante la cinta pero se le ve hasta el final, Agustín (Raúl Méndez) que pondrá a prueba, sobre todo, claro, al personaje principal.
La primera cinta escrita y dirigida
por el actor Kuno Becker es producción mexicana, filmada en México, con actores
mexicanos (excepto el segundón Richardson), pero hablada en inglés, con
subtítulos, entre los cuatro paramédicos, pero en español cuando hablan la
víctima y el traficante. Así, nos damos cuenta del interés principal de esta
producción bastante elemental que sucede en un 99% dentro de la ambulancia,
para llegar a mercados internacionales. En nada se diferencia a las
producciones de tercera que filmaban los Cardona en los años setenta y ochenta
con repartos de actores norteamericanos o europeos ya con sus carreras
declinantes para participar en el extranjero.
La trama es bastante elemental y el
hecho de que el conflicto se desarrolle en un espacio cerrado que simplemente
confunde al espectador (aunque eso es lo que menos importa) es para que la
tensión se sienta como callejón sin salida. Todo es tan artificial; uno
pensaría que el traficante tendría mayores recursos para abrir la ambulancia,
matar a todos y conseguir lo que buscaba. Claro que entonces no habría película
ni se podrían realizar todos los trucos y efectos que se presentan con la idea
de asombrar al espectador que, en lugar de hacerlo, suelta la carcajada (sobre
todo en los momentos de melodrama o de descubrimientos inesperados sobre las
otras personas).
No se lo cuento por si la va a ver.
Solamente le diré que es el tipo de película donde un personaje dice “después
de cuarenta años, ya me retiraré dentro de unos días” y uno sabe que está
condenado a que lo eliminen. En estos tiempos cuando insisten en doblar las
películas con horrendas voces, estamos al revés: una producción mexicana con
subtítulos. Bueno, Kuno Becker es “internacional”. No podría esperarse menos de
él. Hay un epílogo final tan inútil e innecesario como la película misma… (y Kuno como director, también).
¡Ay Kunito, tan cerca de Estados Unidos!