domingo, 20 de julio de 2014

¡QUÉ INÚTIL PELÍCULA!

PÁNICO 5 BRAVO
2013. Dir. Kuno Becker.
         

          Una primera escena muestra al paramédico Alex (Kuno Becker) despertando en cama donde lo acompaña su novia (y futura esposa) Felicia (Sofía Sisniega). Se besan y se dicen frases que les son significativas a ambos.



Luego se pasa a la toma de una ambulancia que está cercana a la frontera entre Arizona y México donde Alex bromea y platica con sus compañeros Bobby (Aurora Papile), Josh (Dan Rovzar) y Richard (John Henry Richardson).



Se dan cuenta que algo ha ocurrido a pocos metros de ellos, del lado mexicano: un tipo está tirado, quejándose, con un balazo encima. Deciden jugársela e ir a recogerlo aunque sea en el otro país. Lo hacen, pero entonces, cuando van de regreso, la ambulancia es embestida por un auto que la voltea y los deja sangrados y heridos a todos. Lo que sucede es que el balaceado es alguien que le interesa a unos narcotraficantes. Uno en particular que se escucha durante la cinta pero se le ve hasta el final, Agustín (Raúl Méndez) que pondrá a prueba, sobre todo, claro, al personaje principal.

Los paramédicos cuestionan al balaceado Rafael (Shalim Ortiz)

          La primera cinta escrita y dirigida por el actor Kuno Becker es producción mexicana, filmada en México, con actores mexicanos (excepto el segundón Richardson), pero hablada en inglés, con subtítulos, entre los cuatro paramédicos, pero en español cuando hablan la víctima y el traficante. Así, nos damos cuenta del interés principal de esta producción bastante elemental que sucede en un 99% dentro de la ambulancia, para llegar a mercados internacionales. En nada se diferencia a las producciones de tercera que filmaban los Cardona en los años setenta y ochenta con repartos de actores norteamericanos o europeos ya con sus carreras declinantes para participar en el extranjero.

La parte melodramática hace que uno sí sepa reír en vez de llorar

          La trama es bastante elemental y el hecho de que el conflicto se desarrolle en un espacio cerrado que simplemente confunde al espectador (aunque eso es lo que menos importa) es para que la tensión se sienta como callejón sin salida. Todo es tan artificial; uno pensaría que el traficante tendría mayores recursos para abrir la ambulancia, matar a todos y conseguir lo que buscaba. Claro que entonces no habría película ni se podrían realizar todos los trucos y efectos que se presentan con la idea de asombrar al espectador que, en lugar de hacerlo, suelta la carcajada (sobre todo en los momentos de melodrama o de descubrimientos inesperados sobre las otras personas).


          No se lo cuento por si la va a ver. Solamente le diré que es el tipo de película donde un personaje dice “después de cuarenta años, ya me retiraré dentro de unos días” y uno sabe que está condenado a que lo eliminen. En estos tiempos cuando insisten en doblar las películas con horrendas voces, estamos al revés: una producción mexicana con subtítulos. Bueno, Kuno Becker es “internacional”. No podría esperarse menos de él. Hay un epílogo final tan inútil e innecesario como la película misma… (y Kuno como director, también).


¡Ay Kunito, tan cerca de Estados Unidos!