sábado, 29 de noviembre de 2014

EL DESPERTAR DEL SEXO



 CLUB SANDWICH
2013. Dir. Fernando Eimbcke.



         Luego de sus desesperantes Temporada de patos y, sobre todo, Lake Tahoe, el realizador Eimbcke ofrece una cinta más entrañable y menos estática acerca de las etapas de la vida: una madre soltera que descubre, en unas vacaciones, que su hijo adolescente comienza a alejarse de su mirada y su cuidado. Paloma (María Renée Prudencio) está con Héctor (Lucio Giménez Cacho), su hijo quinceañero en un hotel de Oaxaca. Es temporada baja por lo que están prácticamente solos en el lugar. Pasan el tiempo en la alberca, comiendo, poniéndose crema protectora, durmiendo. Cierto día llega Jazmín (Danae Reynaud), otra adolescente, con su padre paralítico y una enfermera. Al principio tímida, luego se acerca a Héctor, quien dormido se ha quemado al sol. Lo invita a su cuarto para aplicarle humectante y así inicia una relación, primero inocente, luego, ligeramente sexual, ante el asombro y la tristeza de Paloma.


         En un lapso corto, Eimbcke narra los cambios naturales en las personas y la necesidad de irlos aceptando, ya que la vida es así. Del niño protegido surgirá el jovencito con necesidades que su mismo desarrollo le exige. En este caso es la sexualidad incipiente: las masturbaciones o los sueños húmedos. De los juegos de cartas o de mesa que en un día disfrutan madre e hijo, además de otro ritual con las manos (piedra, papel, tijera), inicia el alejamiento, las vueltas de Héctor al cuarto de Jazmín o viceversa donde hay tocamientos (ella es un año mayor que el muchachito).


Y esa es la cualidad de la película: que en poco tiempo (apenas hora y media) nos muestra el momento de ruptura entre madre protectora e hijo pequeño para transmutarse: ahora serán madre amorosa e hijo independiente en sentimientos, emociones, carnalidad. Son las vacaciones del metafórico club sándwich: tres piezas de pan. A diferencia de las otras cintas mencionadas, Eimbcke no abusa tanto de los planos fijos (aunque no los abandona) y la cinta va fluyendo en trama y situaciones por lo que atrapa la atención del espectador quien es cómplice en este despertar de un proceso humano.


Otra cara del niño que se va tornando hombre tal como nos lo mostraba de manera dramática y frustrante el episodio de Manuel Michel en Viento distante (1964), o divertida y satisfactoria en Anoche soñé contigo (Sistach (1992): una consecuencia esperada ante la sexualidad del siglo XXI que se enfoca de otra manera y le da mayor libertad al adolescente.  Giménez Cacho no es carismático pero transmite esa aberrante actitud del adolescente terco y callado al cual dan ganas de golpear. Hay apariciones momentáneas de dos excelentes actores: Enrique Arreola, arielado pero siempre menospreciado porque no tiene facciones de galán, y Carolina Politti, más dedicada al teatro.





CHICOS Y GUILLERMO ¡A COMER!
(Les garcons et Guillaume, à table!)
2013. Dir. Guillaume Gallienne.


         Gallienne, actor de La comedia francesa, ha filmado su autobiografía como adolescente y joven, interpretándose tanto a él mismo como a su madre. En forma de teatro dentro del cine, Guillaume recuerda que era tratado de manera distinta en el seno de su familia y en el ámbito escolar. Con tono fársico, narra cómo todo mundo lo consideraba homosexual cuando su único pecado era odiar los deportes, amar el arte, ser algo afeminado. Orillado a definir su sexualidad, pasa por diversas experiencias que lo llevan a descubrir que simplemente fue víctima de las circunstancias: seguir los dictados de la sociedad y luego darse cuenta que era un heterosexual de closet. Muy divertida y bastante ligera.