sábado, 7 de noviembre de 2015

¿QUIÉN ES EL ENEMIGO?


LOS HIJOS DEL DIABLO
(The Hallow)
2015. Dir. Corin Hardy.

 


         El título en español es tan estúpido como una “krítika” periodística que no decía nada sobre la cinta y simplemente la comparaba con otras que guardaban cierta relación. Ya sabemos que los fondos no son originales sino las formas. Y ya desperdicié parte de este espacio, como en su momento lo hizo su ingenuo responsable. En inglés la cinta se traduce literalmente como “Lo consagrado”, “lo venerable” u otros sinónimos. Sería también “santificado” porque así viene en inglés el adjetivo cuando se reza el Padre Nuestro en dicho idioma (Hallowed be thy Name). Esta coproducción británico-irlandesa es una extraordinaria tesis ecológica equivalente al karma: lo que haces mal, se te devolverá. Bien sabemos que los estragos que ha sufrido la flora del planeta nos lo responde con huracanes o estaciones que ya no tienen identidad ni fecha de creación o caducidad.

 Los bosques del norte de Irlanda
con el realizador Hardy

         El botánico Adam (Joseph Mawle) se ha mudado, desde Londres, a los bosques del norte de Irlanda. Lo han acompañado su esposa (Bojana Novakovic) y su bebé. Es visto con malos ojos por los otros habitantes del lugar ya que tienen miedo de las criaturas del bosque: hadas, duendes, robachicos. Adam, quien no cree en esos mitos, trabaja marcando árboles que serán talados. Las tierras que eran públicas, inmensas, plenas de verdor, ahora han pasado a manos privadas con las usuales consecuencias de ambición y codicia sin considerar los daños que se producen.


La pareja con su bebé y su perro,
luego de un primer ataque de los seres del bosque
 
         Cierto día, Adam encuentra un ciervo muerto, con una especie de hongo lodoso que al examinar bajo el microscopio  lo muestra como una célula agresiva que punza a otras buenas y sanas para fortalecerse. Esa noche comienza un primer ataque que luego se irá multiplicando a la noche siguiente cuando ocurre toda la trama: un enfrentamiento entre seres fantásticos que aborrecen la luz y se van transmitiendo y reproduciendo por medio de esos hongos.


Cada personaje sufre amenazas en mayor
o menor medida; se rinde justicia
 
         La cinta utiliza los elementos básicos del terror efectivo: la aparición repentina de algo o alguien; la presencia amenazante que no es tal; la necesidad del uso de amuletos o talismanes (en este caso son simplemente los objetos de fierro y la luz), el perro vulnerable, además de la referencia del “Libro de las invasiones”, obra medieval del siglo XI que narra la creación del mundo, luego pasa a la serie de invasiones que sufrió el territorio que se llamaría Irlanda. Una sucesión de mitos, leyendas, cuentos, con partes históricas. En este caso, la nueva invasión hace que los seres del bosque luchen y busquen la manera de acabar con el dominador.

 

El enemigo deberá ser víctima de la justicia,
aunque sea solamente un animal de sacrificio
 
         Sin embargo, lo que permanece es la metáfora ecológica. Uno pasa casi noventa minutos de momentos terroríficos (la presencia del bebé incrementa la angustia del espectador), disfrutando una batalla que, finalmente, está siendo un discurso contra los crímenes hacia la Naturaleza. Adam y su esposa Claire no toman conciencia de que ellos son los enemigos. El rechazo de otra víctima previa (su hija fue robada por el bosque) manifiesta su condición de personas non gratas. Y esa es la gran cualidad de esta cinta. Si uno permanece en la sala durante los créditos finales, se dará cuenta de ese estado “kármico”.
 

Corin Hardy realizará una relectura
de "El cuervo", la cinta que cobró la vida
de Brandon Lee.

         Ópera prima de su joven realizador Corin Hardy que ha causado sensación en diversos festivales y formó parte del programa de “Scary Movies” que anualmente organiza el Lincoln Center, la cinta posee una narrativa coherente, además de una fotografía espléndida (por el holandés  Martijn Van Broekhuizen) que apoya el suspenso: se ve, pero no se ven por completo a las criaturas. Los tonos verdosos del bosque en panorámicas o tomas cercanas son conmovedores en cuanto se notan indefensos: ya sabemos lo que ha pasado con tantas áreas del mundo. ¡Ah! y por ningún lado se menciona o se aparece el diablo...