lunes, 11 de julio de 2016

ALMODÓVAR ES PRECISO

JULIETA
2016. Dir. Pedro Almodóvar


         Tres etapas en la vida de Julieta, tal como sucede en los cuentos de Alice Munro en que está basada esta película. Desde 2011 en La piel que habito, Almodóvar mostraba a la protagonista Elena Anaya leyendo Escapada que es el libro donde vienen los tres relatos que inspiraron al realizador para escribir su guion. Ya tenía en ese momento la intención de crear un argumento sobre los cuentos de una de sus escritoras favoritas (y en 2013, Munro se ganaría, justamente, el Nobel de Literatura). Los cuentos mostraban tres tiempos de una misma protagonista (Juliet, en ellos, con acción en Canadá). Almodóvar los unió para narrar 30 años en la vida de la protagonista más reciente de su película.
La entrañable Emma Suárez de "Vacas"
o "El perro del hortelano" como la Julieta madura

         Julieta (Emma Suárez, madura; Adriana Ugarte, joven) va a mudarse a Portugal con su novio Lorenzo (Darío Grandinetti) cuando se encuentra casualmente a Beatriz (Michelle Jenner), antigua amiga de su hija Antía, quien le cuenta que acaba de verla en Suiza, que andaba con sus tres hijos. Julieta queda impactada porque lleva trece años sin verla. Impulsivamente abandona la idea del viaje, se muda a un edificio donde vivía años atrás y comienza a escribir un diario donde narra todos los acontecimientos que ocurrieron desde antes que concibiera a Antía y hasta el momento que estamos viendo en la película. Conoció a Xoan (Daniel Grao) en un tren mientras ella viajaba a un empleo temporal. Se reencontraron e iniciaron su vida matrimonial. Nació Antía. Xoan murió durante una tormenta en el mar. De ahí se desprenden varias situaciones que llevaron al alejamiento de Antía… Y no es posible seguir contando la trama.

         La película muestra la madurez de Almodóvar. El director nos habla de la ausencia de los seres queridos tanto directamente (Antía desaparece de la vida de Julieta) como en forma reflejante e indirecta (Julieta no visita con frecuencia a sus padres). Ha sido uno de sus temas recurrentes (Volver, Todo sobre mi madre, La piel que habito) y en este caso se vuelve la sustancia principal. Al inicio de la película, Julieta es una mujer madura que acepta vivir su historia de amor y hasta piensa en dejar atrás la misma nación. Entonces, de pronto, se le aparece el pasado súbitamente. Lo siente como premonición. Luego de tantos años, sería posible el reencuentro con la hija. Al ponerse a escribir su historia (para la coherencia entre relatos y el conocimiento del espectador) Julieta intenta aceptar su destino y hundirse en la resignación, o desafiarlo para que brille alguna esperanza.


         Es la precisión que utiliza Almodóvar en lo que está narrando y que equipara su escritura fílmica con la literatura de su fuente de inspiración. Alice Munro es precisa. Ella misma lo ha dicho en una entrevista: Me gusta contemplar la vida de la gente a lo largo de una serie de años sin continuidad. Como si los captara en instantáneas. Y me gusta la forma en que la gente guarda relación o no con quien era anteriormente... Creo que esa es la razón por la que no me atrae escribir novelas. Porque no veo a la gente en un desarrollo que llega hasta algún lugar. Sólo veo a la gente viviendo a fogonazos. Entre un momento y otro…”. Es la razón por la cual no se llega a los extremos emocionales ni suceda alguna catarsis melodramática. Julieta ha aceptado la ausencia hasta que llega ese otro momento.
Rossy de Palma, eco vivo de otras etapas
del ciclo Almodóvar. Todo mundo la alaba,
quizás porque rememora viejos tiempos.

         La magia narrativa de Almodóvar, demostrada a lo largo de su brillante obra, se despliega en esta película: una toalla encima de la joven Julieta mientras su hija le seca el cabello será la transición hacia la Julieta mayor. La portada de un libro de arte complementa el significado hacia cierta etapa definitiva y condenatoria para Julieta aunque ella no lo sepa hasta muchos años después. El tatuaje destrozado en el cuerpo mutilado del Xoan muerto en el mar como símbolo del corazón dibujado en la piel con las iniciales de sus amadas. Y el humor, ahora limitadísimo, que no deja de estar presente. Almodóvar habla de la ausencia como pase obligatorio de la existencia y eso es lo que no ha gustado a quienes esperaban la frivolidad inteligente de sus cintas. Ahora es la madurez que reflexiona. Será otra de sus cintas subestimadas que alcanzará mayores dimensiones en el futuro.

Almodóvar dirige a Adriana Ugarte (Julieta joven)