JULIETA
2016. Dir.
Pedro Almodóvar
Tres etapas en la vida de Julieta, tal
como sucede en los cuentos de Alice Munro en que está basada esta película. Desde
2011 en La piel que habito, Almodóvar
mostraba a la protagonista Elena Anaya leyendo Escapada que es el libro donde vienen los tres relatos que
inspiraron al realizador para escribir su guion. Ya tenía en ese momento la
intención de crear un argumento sobre los cuentos de una de sus escritoras
favoritas (y en 2013, Munro se ganaría, justamente, el Nobel de Literatura). Los
cuentos mostraban tres tiempos de una misma protagonista (Juliet, en ellos, con
acción en Canadá). Almodóvar los unió para narrar 30 años en la vida de la
protagonista más reciente de su película.
Julieta (Emma Suárez, madura; Adriana
Ugarte, joven) va a mudarse a Portugal con su novio Lorenzo (Darío Grandinetti)
cuando se encuentra casualmente a Beatriz (Michelle Jenner), antigua amiga de
su hija Antía, quien le cuenta que acaba de verla en Suiza, que andaba con sus
tres hijos. Julieta queda impactada porque lleva trece años sin verla.
Impulsivamente abandona la idea del viaje, se muda a un edificio donde vivía
años atrás y comienza a escribir un diario donde narra todos los
acontecimientos que ocurrieron desde antes que concibiera a Antía y hasta el
momento que estamos viendo en la película. Conoció a Xoan (Daniel Grao) en un
tren mientras ella viajaba a un empleo temporal. Se reencontraron e iniciaron
su vida matrimonial. Nació Antía. Xoan murió durante una tormenta en el mar. De
ahí se desprenden varias situaciones que llevaron al alejamiento de Antía… Y no
es posible seguir contando la trama.
La película muestra la madurez de
Almodóvar. El director nos habla de la ausencia de los seres queridos tanto directamente
(Antía desaparece de la vida de Julieta) como en forma reflejante e indirecta
(Julieta no visita con frecuencia a sus padres). Ha sido uno de sus temas
recurrentes (Volver, Todo sobre mi madre, La piel que habito) y en este caso se
vuelve la sustancia principal. Al inicio de la película, Julieta es una mujer
madura que acepta vivir su historia de amor y hasta piensa en dejar atrás la
misma nación. Entonces, de pronto, se le aparece el pasado súbitamente. Lo
siente como premonición. Luego de tantos años, sería posible el reencuentro con
la hija. Al ponerse a escribir su historia (para la coherencia entre relatos y
el conocimiento del espectador) Julieta intenta aceptar su destino y hundirse
en la resignación, o desafiarlo para que brille alguna esperanza.
Es la precisión que utiliza Almodóvar
en lo que está narrando y que equipara su escritura fílmica con la literatura
de su fuente de inspiración. Alice Munro es precisa. Ella misma lo ha dicho en
una entrevista: “Me gusta contemplar la
vida de la gente a lo largo de una serie de años sin continuidad. Como si los
captara en instantáneas. Y me gusta la forma en que la gente guarda relación o
no con quien era anteriormente... Creo que esa es la razón por la que no me atrae
escribir novelas. Porque no veo a la gente en un desarrollo que llega hasta
algún lugar. Sólo veo a la gente viviendo a fogonazos. Entre un momento y otro…”.
Es la
razón por la cual no se llega a los extremos emocionales ni suceda alguna
catarsis melodramática. Julieta ha aceptado la ausencia hasta que llega ese
otro momento.
Rossy de Palma, eco vivo de otras etapas
del ciclo Almodóvar. Todo mundo la alaba,
quizás porque rememora viejos tiempos.
La magia narrativa de Almodóvar,
demostrada a lo largo de su brillante obra, se despliega en esta película: una
toalla encima de la joven Julieta mientras su hija le seca el cabello será la
transición hacia la Julieta mayor. La portada de un libro de arte complementa
el significado hacia cierta etapa definitiva y condenatoria para Julieta aunque
ella no lo sepa hasta muchos años después. El tatuaje destrozado en el cuerpo
mutilado del Xoan muerto en el mar como símbolo del corazón dibujado en la piel
con las iniciales de sus amadas. Y el humor, ahora limitadísimo, que no deja de
estar presente. Almodóvar habla de la ausencia como pase obligatorio de la
existencia y eso es lo que no ha gustado a quienes esperaban la frivolidad
inteligente de sus cintas. Ahora es la madurez que reflexiona. Será otra de sus
cintas subestimadas que alcanzará mayores dimensiones en el futuro.
Almodóvar dirige a Adriana Ugarte (Julieta joven)