domingo, 10 de julio de 2016

SALVAR AL HOMBRE Y A LOS ANIMALES...


LA LEYENDA DE TARZÁN

(The Legend of Tarzan)

2016. Dir. David Yates.

 


         La pregunta más razonable es ¿por qué revivir a Tarzán en el siglo XXI? Es uno de los grandes personajes de la literatura clásica, además de un icono fetiche desde 1918 cuando se filmó la primera versión fílmica con Elmo Lincoln, para después ser tan gracioso y atractivo como Johnny Weissmuller en 1932 para continuar siéndolo por once títulos más y quedar irremediablemente encasillado y limitado como actor. Otros actores tomaron el personaje (Gordon Scott, Lex Barker, entre muchos otros). Se hicieron series de televisión y hasta Disney le dedicó un largometraje animado. Luego de ver la película se comprende la necesidad de hablar acerca del racismo, del trato de personas, de los ecocidios, de los animales, entre otros temas.

Elmo Lincoln, el primer Tarzán (1918)
 
Johnny Weissmuller (1904 - 1984), el primer Tarzán sonoro
y el que dejó una huella perdurable


         Es 1890 y el rey Leopoldo II de Bélgica quiere enriquecer a su patria explotando a su colonizado Congo Belga. Envía a su mensajero León Rom (Christoph Waltz ya estereotipado como villano chaparro) para conseguir los fabulosos diamantes de Opar, una mítica ciudad de los textos de Rice Burroughs, el creador del personaje. El jefe de la tribu de Opar (Djimon Hounsou) le pide que le entregue a cambio de las piedras a Tarzán (Alexander Skarsgard) quien ahora ha vivido como Sir John Clayton en su residencia de Greystoke al lado de su esposa Jane (Margot Robbie). John se niega a aceptar la falsa invitación del rey belga pero un ex militar norteamericano, George Williams (Samuel L. Jackson), quien está investigando las injusticias del mandatario, le solicita que acepte. John accede pero se niega a que lo acompañe la entusiasta Jane quien, finalmente, parte con su esposo. En el Congo, Rom atacará a los viejos amigos de Tarzán, secuestrará a Jane, con tal de atraer al personaje a la región de Opar.
 
 
         La película está muy bien estructurada. Al inicio de la película unos letreros nos establecen la realidad en su tiempo del Congo Belga y el estatus actual de Sir John. A lo largo de la cinta, como recuerdos que se van uniendo entre John y Jane, se revisan los orígenes de Tarzán (quizás muchos espectadores jóvenes los desconozcan). El personaje de John se ha acostumbrado a su nuevo entorno urbano. Sin embargo, al retornar a su hábitat anterior, va reactivando sus cualidades de fuerza física y la revaloración de sus iniciales compañeros, los animales, junto con los nativos que le acogieron.

Desafía gravedad y vuela con las lianas...
y en dos ocasiones escuchamos el famoso "grito"
aunque nunca lo vemos externarlo
 
         Y es la estructura adecuada la que no permite que arranque pronto la película. Hay una secuencia de acción y violencia al inicio que luego pasa a todos los preámbulos del regreso de John/Tarzán al Congo. Entre la etapa inglesa, los tejemanejes de Rom, los recuerdos del pasado, las experiencias que cuenta George Williams, se va retrasando la acción esperada y prometida. Finalmente, todo eso ocurre y el espectador queda fascinado por los atributos del personaje. Hay una secuencia maravillosa donde Tarzán y George encuentran a una manada de elefantes junto con sus crías y el diálogo habla de todo lo que pueden expresar los ojos de dicho animal. En otro momento, Tarzán prácticamente vuela gracias a la gravedad y a las indispensables lianas. Todos los personajes son magnéticos por distintas razones: Tarzán reflexiona y es inteligente (y su físico no es exagerado), Jane es astuta y audaz (además de muy bella), Rom es detestable (y provoca antipatía en quien lo mira).


         Se nota que los guionistas se documentaron. El personaje George Williams fue real y denunció las tropelías del monarca belga (como una especie de tribunal de derechos humanos primitivo) así que estamos ante una mezcla oportuna y brillante de ficción con realidad para permitir una trama de corte humanista. En algún momento Rom expresa “el futuro es nuestro” para que sus palabras nos enlacen con “el mañana nos pertenece” que presumían los nazis. Finalmente, como dato lateral, fue la última producción de Jerry Weintraub (1937 / 2015), legendario productor de Hollywood. Con sus defectos, la película deslumbra y conmueve. Ahí están los motivos para rescatar a Tarzán en el siglo XXI.

La última producción de Jerry Weintraub
 
El realizador David Yates cuyas cintas anteriores
fueron las cuatro más recientes de "Harry Potter"