EL BUEN AMIGO
GIGANTE
(The BFG)
2016. Dir.
Steven Spielberg.
Sophie (Ruby Barnhill) es una huérfana
que, cierta noche, es secuestrada por un gigante (Mark Rylance) quien la lleva
consigo hasta su tierra. Para buena suerte de la niña, es un gigante
vegetariano. La ha tomado prisionera porque no puede arriesgarse a que descubra
su existencia. En la tierra de gigantes (hay otros nueve), corre peligro porque
los demás son carnívoros. Juntos buscarán la manera de que sean exterminados.
Basada en una novela del imaginativo
Roald Dahl (del cual el mes próximo se conmemorará su centenario) que ya ha
sido adaptado en muchas ocasiones (Charlie
y la fábrica de chocolates, Matilda)
y adaptada por la desaparecida Melissa Mathison (1950 – 2015) quien fue la creadora
del grandioso y trascendente éxito de Spielberg E.T. El extraterrestre, estamos ante otra incursión en el espléndido
mundo visual de Spielberg. La trama, en realidad, es limitada: no hay grandes
momentos de enfrentamientos entre gigantes y hay toda una solución del problema
gracias a la Reina Isabel II que desvía la trama de la fantasía hacia una
realidad poco creíble. No obstante, la cinta cuenta con dos secuencias
maravillosas cuando el gigante lleva a Sophie hacia el mundo de los sueños
donde puede jugar con las corporizaciones de los mismos; y en otro momento,
cuando reparte los sueños que ha atrapado entre los niños que duermen.
Estas secuencias nos transportan a los
momentos oníricos y descriptivos de I.A.
Inteligencia artificial (Spielberg, 2001), para dar cuenta de la
imaginación visual del realizador. La cinta habla de la inocencia y sus
peligros; nos muestra el valor de los sueños; insiste en las fantasías
infantiles como soporte de la realidad. Es una cinta menor en la producción del
genial director que seguramente ocupará su lugar dentro de su cine
incomprendido. Los efectos digitales son sorprendentes: Mark Rylance ofrece
otra gran interpretación (no en balde su trayectoria: el año pasado su
galardonada actuación en Puente de espías)
y la pequeña Barnhill, debutante en cine, posee su gracia. Cualquier cinta
menor de Spielberg siempre tendrá mayor valor que cualquier producción inflada
y extravagante de Hollywood.