LA GRAN MURALLA
(The Great Wall)
2016. Dir. Zhang
Yimou.
Una gran coproducción entre China y
Estados Unidos donde se busca una mejor penetración del cine chino en el mundo
y, por otro lado, aprovechar la grandísima cantidad de potenciales espectadores
solamente en China donde hay una enorme cantidad de salas de cine. El director es Zhang Yimou, prestigioso realizador surgido
a finales de los años ochenta con películas acerca de la condición humana
(sobre todo femenina) en los años del pasado (treintas y cuarentas) o
remontándose hasta los tiempos imperiales. Títulos como Sorgo rojo, Linternas
rojas o Ju Dou lo colocaron en la atención de festivales y público. En 2002 filmó una
costosa producción, Héroe, donde narraba una trama que jugaba con la verdad y
la mentira en la corte de un rey amenazado por tres guerreros. Luego volvió al
género de las artes marciales con La casa de las dagas voladoras para ir
alternando sus producciones con cintas menos espectaculares, siempre hablando
de los seres comunes y corrientes.
El realizador Zhang Yimou con Matt Damon
Ahora llega con esta película que
mezcla ese heroísmo, las artes marciales, la filosofía de plenitud con el
género del terror, al narrar la historia de dos mercenarios en el siglo XVII
que van en busca de pólvora negra, material que los mismos chinos consideran de
extrema peligrosidad para su uso si cae en manos de la humanidad. El británico William
(Matt Damon) y el español Pero (Pedro Pascal) buscan la preciada pólvora y
entre sus aventuras se traicionan y se salvan, creando una curiosa amistad.
Perseguidos, llegan hasta la Gran Muralla donde son hechos prisioneros por un
general que comanda a un inmenso cuerpo de soldados, aunque durante este
proceso se dan cuenta que están defendiendo el lugar contra unos seres
monstruosos llamados “tao teis” que aparecen cada sesenta años para alimentarse
de seres humanos. Son dirigidos por una reina (como en el caso de las abejas).
Los mercenarios apoyan con sus habilidades en la batalla por lo que son
aceptados. Se enteran que la muralla ha servido para evitar que estos asesinos
penetren en la capital imperial.
El chileno Pedro Pascal y Matt Damon
como los dos mercenarios
La cinta tiene momentos extraordinarios
de acción y, de manera constante, está la belleza visual. No se diferencia de
las producciones de Hollywood del género, pero Yimou sabe darle sustancia,
explicar a sus personajes, crear la atmósfera de amenaza y tensión, además de
insistir en el sentido de heroísmo y disciplina espiritual ya tradicional en la
raza china. Luego están los efectos especiales que resultan espectaculares por
lo que se explica que la cinta haya alcanzado los 150 millones de dólares. El guion fue escrito por el responsable de la saga del personaje de Jason Bourne, además del creador de Guerra Mundial Z, entre otros.
La reina de los monstruos
La amenaza de los “taoteis” puede verse
como una metáfora de la penetración de otras culturas en la china (algo que
ilustra la película) o la necesidad de establecer una hegemonía en las cualidades
del cine chino (el guion, la coproducción, los protagonistas, proceden de
occidentales; todo lo demás es un despliegue del poderío oriental). Es una
película fascinante, que atrapa por las variaciones ingeniosas de ataque,
además de la colaboración y sacrificio entre razas: no hay desequilibrio en la
imagen del héroe (y heroína en este caso), aunque se valga de la experiencia del extranjero para alcanzar la victoria.
Un gran despliegue técnico y humano
Ingeniosos ataques: los globos chinos de papel