martes, 28 de febrero de 2017

LAS TRAMPAS DE LA FE


SILENCIO

(Silence)

2016. Dir. Martin Scorsese.





            Cuando se enteran que el padre Ferreira (Liam Neeson) quien había sido su mentor y ejemplo ha apostatado en Japón, los jóvenes sacerdotes jesuitas Sebastián Rodrigues (Andrew Garfield) y Francisco Garupe (Adam Driver) solicitan permiso para ir en su busca, a pesar de que los católicos son considerados enemigos en ese país. Es el año 1630 y de esta manera inicia una odisea donde lo que estará en juego será la fe y, debido a las terribles torturas y matanzas de las que son testigos, el silencio de Dios.





            Martin Scorsese nos brinda otra de sus incursiones acerca de las acechanzas contra la fe, además de mostrarnos la gran fragilidad  de ésta, pero también su contrastante perdurabilidad a pesar de toda circunstancia y amenaza. El personaje principal será Rodrigues quien cree fielmente en los principios de su formación jesuita donde todas las cosas en ese mundo son medios para alcanzar la salvación del alma, además de que la iglesia católica es la única que posee la verdad absoluta. Sin embargo, su fe se verá quebrantada ante las pruebas y trampas que le ponen sus enemigos naturales: los celos por la preservación de la cultura japonesa.





            Como en las viejas películas de Bergman, donde Dios no hablaba a sus protagonistas (“Luz de invierno”, “A través de un espejo oscuro” y la más obvia, “El silencio”) y los colocaba en la terrible duda existencial, en este caso el joven sacerdote llega a asumirse como un Cristo sobre la tierra y se echa a cuestas la necesidad de salvar almas al grado de llegar al otro extremo de sus creencias, aunque sea solamente en apariencia. Igual que Jesús sufre tentaciones y efímeros triunfos.





            Scorsese tardó 28 años en llegar a la pantalla con esta cinta basada en la novela del escritor Shusaku Endo (que ya había sido filmada en 1971 por Masahiro Shinoda). Viene a completar una trilogía sobre la vocación religiosa desde varios aspectos (“La última tentación de Cristo”, “Kundún” y ahora “Silencio”) y comprueba su calidad de maestro, cinéfilo y apasionado realizador. Andrew Garfield comprueba que es uno de los mejores actores jóvenes en Hollywood (contra el extraordinariamente feo Adam Driver). La fotografía de Rodrigo Prieto es espléndida.


Extraordinario Andrew Garfield



            “Hay que buscar y hallar la voluntad de Dios” es una frase de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, que viene a dar sentido a la caída del padre Rodrigues, porque al terminar el silencio, debe encontrar la manera de vencer al enemigo, salvar al prójimo y, al final de cuentas, salvarse a sí mismo. Una obra maestra.