ME GUSTA PERO ME ASUSTA
2017. Dir. Beto Gómez
El
sexto largometraje de Beto Gómez vuelve a la comedia (como en su exitosa Salvando al soldado Pérez, 2011) para
narrar una historia de amor y reflexionar sobre los temores que nos rodean, nos asustan, pero nos atraen como todo peligro. Claudia (Minnie West) y Brayan (Alejandro Speitzer,
simpatiquísimo) son personas fuera de lo común. Han sufrido el rechazo social
desde niños y adolescentes, pero ahora, ya como jóvenes adultos, tienen que
enfrentar sus realidades. Todo indica que Brayan pertenece a una tenebrosa
familia ranchera de Sinaloa. Claudia es hija de un empresario de bienes raíces.
El deseo de Brayan es ser chef de alta cocina; Claudia simplemente no quiere
tomar la rienda de su vida hasta que su padre le exige que trabaje en su
empresa. Brayan debe ir a la capital para extender el negocio y va acompañado
por su tío-padrino Norris (Héctor Kotsifakis, excelente). Requieren rentar una
casa y da la casualidad que encuentran a Claudia. Surge la atracción pero
también el temor de la muchacha (y sus compañeros de departamento) al pensar
que el joven es narcotraficante.
Los actores-productores
Una
comedia de enredos y de apariencias que engañan. La cinta se va desenvolviendo
de manera fluida y ágil sin caer jamás en baches narrativos. Beto Gómez es un
excelente director de actores y sabe filmar: uno ve sus películas y es
absorbido por el ritmo y los personajes. Una constante en sus argumentos es que
presenta a seres en la encrucijada de sus vidas: Brayan no desea continuar en
el negocio de la familia y Claudia está apenas probando si su existencia tiene
sentido. Alrededor de ellos se encuentra un grupo de actores en roles de
soporte que afinan y enfatizan el desarrollo de la trama, además de los toques
de cultura popular omnipresentes en sus películas (canciones como “Eres” de
Napoleón o “Así no te amará jamás” de Amanda Miguel; referencias fílmicas al
mostrar una mansión que se supone fue de Pedro Infante y de la cual Claudia
responderá que es “Un rincón cerca del cielo” luego de pasar ahí la noche; los
estereotipos del charro y el jaripeo o la serenata, entre tantas cosas). Una cinta que refleja amablemente el temor que se siente alrededor de quienes ya son considerados dueños de nuestro país.
Un grupo carismático de actores
Aparte
de los actores principales-productores Minnie West y Alejandro Speitzer, más
conocidos por series de televisión, se repite la presencia, aunque incidental,
de quienes han sido constantes en las cintas de Gómez (el travesti Roberto
Espejo o Rodrigo Oviedo), además de conocidas personalidades del cine
contemporáneo, aunque estereotipadas en sus roles (Joaquín Cosío, Silverio
Palacios). Extraordinarios están los coestelares Kotsifakis y Camila Selser.
Sin ser la mejor película de su carrera, estamos ante una comedia digna que no
utiliza lugares comunes ni copias de tramas extranjeras ni abusa de las
situaciones para extraer la falsa carcajada. Beto Gómez sigue fiel a su
temática, filma con gusto, aporta su sutil sentido del humor, vuelve
entrañables a sus personajes, y todo eso se transmite al espectador que lamenta
que la cinta llegue a su fin.
Beto Gómez, uno de los mejores directores
del cine mexicano contemporáneo