domingo, 28 de julio de 2019

REAL VS. DIGITAL


DOBLE VIDA
(Doubles Vies / Non-Fiction)
2018. Dir. Olivier Assayas.

         El editor en jefe de una centenaria editorial, Alain (Guillaume Canet) a la cual ha podido sacar adelante a pesar de los cambios tecnológicos platica con uno de sus autores, Léonard (Vincent Macaigne) para rechazar su última novela. Piensa que es idéntica a su anterior por la autoficción, ya que es su estilo: transferir su vida y experiencia al texto con cambios para desviar la atención de personas reales. Además, la situación contemporánea se ha transformado: ahora debe pensarse en el libro electrónico más que en el impreso. Por eso ha empleado a Laure (Christa Théret) como jefa de transferencia digital. Su esposa Selena (Juliette Binoche) es actriz en una exitosa serie de televisión, de la cual ya se ha hartado. En el caso de Léonard, su mujer Valérie (Nora Hamzawi) trabaja en el staff de un candidato político.
         Estos personajes permitirán que se realicen largas y constantes conversaciones donde se discute la hegemonía de lo real contra lo digital; la proliferación de blogs porque el público prefiere leer de manera gratuita y rápida temáticas de su interés; la disminución de la palabra crítica que posea la autoridad suficiente para convencer al público; la desvalorización de las obras visuales (libros, peliculas) al tenerlas en conjunto, sin cronología ni lógica, en los Ipad o Smartphones. Y todo esto se viene reflejando en las vidas privadas de los protagonistas: cada hombre es infiel a su esposa (Alain con Laure, Léonard con Selena) como respuesta a la insatisfacción cotidiana, a la falta de comprensión o simplemente por mero narcisismo.
         Sin embargo, todo lo que se discute resulta ser cercano al espectador y no aburre ya que, al contrario, provoca la reflexión a pesar de las contradicciones (la importancia del libro digital contra la paradoja que ahora se venden más libros impresos; la alternativa de que los blogs inciten al lector a comprar los libros de sus autores; la compulsión de consumir series de televisión sin mayor búsqueda que calmar el ansia de la emoción primaria). Nada puede estar en blanco y negro pero la realidad nos rodea y no podemos negar sus amenazas o evoluciones. Es la película más discursiva y verbosa del maestro Assayas que nos devuelve a las disertaciones en el cine de Eric Rohmer o las estructuras de las cintas primeras de Woody Allen: están involucradas tanto la moral como la tecnología y la inquietud intelectual, por lo que todo resulta fascinante.