domingo, 29 de septiembre de 2019

UNA FAMILIA PERVERSA


BODA SANGRIENTA
(Ready or Not)
2019. Dirs. Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett.

         Cuando Grace (la atractiva Samara Weaving) se casa con el multimillonario Alex (Mark O’Brien) debe pasar por un viejo ritual donde los nuevos miembros de la familia participan en un juego: Grace debe sacar una carta que indica lo que se hará esa noche y a ella le toca jugar a las escondidas. Lo que se entera hasta después de iniciar es que si la encuentran, la matarán porque cada uno de sus nuevos parientes políticos traen hachas, pistolas, arcos y flechas. No tendrá escapatoria a no ser que permanezca escondida hasta la madrugada. 
         Lo que pudo ser otra cinta más, de bajo presupuesto, con litros de sangre y sustos ya trillados es, en realidad, una cinta divertida, plena de intriga, con humor e ironía, y cumple con los litros de sangre. Es nuevamente el juego del gato y el ratón con tono lúdico, aunque macabro. Es otra visión de la familia como núcleo de unión, aunque en este caso estamos ante la perversión total, sin alternativas de redención. La trama habla de un pacto que se realizó desde generaciones atrás con uno de los fundadores del vasto imperio de juegos de magia, salón y hasta equipos deportivos. Es la familia de altos vuelos, con mansión laberíntica y jardines amplísimos.
         El tono es realista pero va transformándose paulatinamente en fantástico: Grace será el cordero para sacrificar dentro de un ritual donde se ofrecerá su alma. La trama es metafórica en cuanto a una nación cerrada en su sociedad que no acepta la entrada de gente extraña a no ser que demuestre estar a su altura. Y lo más importante es que dentro de los hechos terribles que estamos viendo, se introduce de pronto el gesto o la ironía que provoca que uno se ría, aunque no se regodee en esto y nos recuerde que esto es horror. Según se acerca al final, el cierre es redondo, y nos ofrece la esperanza de solución. También el estilo visual es admirable porque estamos en interiores iluminados por velas o lámparas atenuadas que apoyan esta atmósfera oscura (en reflejo y en trama).
         La película se realizó para celebrar los 25 años de Fox Searchlight Movies, una subsidiaria de la Fox que se dedica a las producciones de bajo presupuesto o a las cintas independientes que se cosechan en los mercados de festivales o que se filman buscando competir por los Óscares. Con todo, tuvo un éxito mayor del esperado en Estados Unidos.
Un equipo exitoso: Chad Villela, productor, Bettinelli-Olpin, 
director y Gillett (codirector, extrema derecha). 
El tercero de izquierda a derecha es el actor Mark O'Brien.