AVES DE PRESA
(y la fantabulosa emancipación
de una Harley Quinn).
(Birds of Prey and the Fantabulous
Emancipation of One Harley Quinn)
2020. Dir. Cathy Yan.
Luego del éxito taquillero de Escuadrón suicida (Ayer, 2016) donde los personajes eran delincuentes a los cuales se les daba oportunidad de reformarse combatiendo a una fuerza maligna, uno de ellos fue rescatado para el Universo DC Comics. Harley Quinn (Margot Robbie) quien era la novia del Guasón (interpretado por Jared Leto). Ahora ha roto con su amado y para acabar con toda relación, destruye la fábrica de químicos donde se conocieron. No toma en cuenta el hecho de que una vez que ya no tiene la protección de Guasón, todos los criminales que la odian empiezan a atacarla. Eso es lo que corresponde al personaje principal.
La cinta inicia con una inteligente animación que nos cuenta la vida de Harley hasta ese momento. Aunque es un ser que actúa negativamente, fuera de la ley, el hecho de romper con su novio le ha permitido adquirir algunos sentimientos. Traiciona y finalmente busca su beneficio, pero las cosas han cambiado. En la cinta, apoyará a Roman, o sea Máscara Negra (Ewan McGregor) para que recupere un diamante cuya estructura cristalina tiene la clave para acceder a una inmensa fortuna en una cuenta secreta.
Sin embargo, hay otros personajes que luego conformarán al grupo Aves de Presa, y que tienen que ver con Harley indirectamente: la adolescente ladrona Cassandra (Ella Jay Basco), la cantante vuelta chofer Dinah (Jurnee Smollet-Bell), la policía humillada por sus colegas Montoya (Rosie Perez, siempre magnífica) y una vengadora Cazadora (Mary Elizabeth Winstead) quien debe matar a todos los que tuvieron que ver con el asesinato de su padre.
La cinta nos lleva a establecer cada personaje y para ello, la narración se fragmenta, se repite desde diversos ángulos, se crean los antecedentes para dimensionarlos, pero se narra una anécdota simple (la adolescente se roba el diamante y se lo traga: Harley tendrá que recuperarlo o será muerta por Roman; Perez quiere resolver el caso, Dinah quiere liberarse de las garras de su patrón, Cazadora quiere venganza). La cinta se dedica a la forma más que a contenido y se dedica, principalmente, a aplicar la fórmula de los ataques cuerpo a cuerpo que se repiten al infinito.
Ese es el problema de una película que explota a otro personaje, en este caso antihéroe, de otro universo de historietas, pero no pasa del divertimento inane: muy bien hecho, con cierto humor (que nunca alcanza los niveles del desparpajo y cinismo de Deadpool, por ejemplo), elenco atractivo (hay que destacar a Chris Messina quien, como el ayudante mercenario desollador de Roman, aparece sádico y seductor, robando cámara en sus intervenciones), y la total indiferencia final.
Cathy Yan, la directora, adquirió fama por su producción previa (Dead Pigs, 2018, que puede verse en algunos servicios de streaming) donde el estilo de narrar era semejante: pasar de uno a otro personaje para establecerlos. La diferencia es que el asunto era más trascendente (manipulación de terrenos, hampones, cerdos muertos por un engaño familiar) y aquí no había más que efectos especiales: al menos posee agilidad en su manejo del ritmo. Aparte, la tendencia de introducir actores, actrices, guionistas, directores, de razas o géneros diversos, para satisfacer a quienes pugnan por la diversidad, tendencia contemporánea, no precisamente resolutoria de viejos atavismos. En fin.